BURNING DESIRE - JinTae × TaeJin [Cmpt✔]

quince

Cuando me dirigía hacía él dispuesto a responder y dejar en claro que Yoon no me gustaba, él jamás había atinado a alejarse de mi. Estaba inmovilizado y me observaba mientras sus pupilas se dilataban.

Luego de dejar en claro eso, comenzaba a morder mi labio, tenerlo cerca no era bueno para mí.

— ¿Qué reprimes? —volvía a preguntarme.

— ¿Por qué crees que reprimo algo? —responderle con otra pregunta me salvaba de tener que sincerarme con alguien que acababa de conocer.

—Es una suposición. ¿Qué reprimes? —«¿Por qué insistes en saberlo?».

—La ganas de hacer alguna idiotes de la que me vaya a arrepentir luego —su mirada me estaba quemando y necesitaba salir de allí, así que me dirigía con paso firme a la puerta—. ¿Podrías abrirme?.

Estaba más que dispuesto a irme y no volver a verlo nunca más. Era una tortura los sentimientos encontrados que me provacaba y apenas llevábamos dos días de conocernos.

No le dije que reprimía, había sido un juego de palabras donde de todas formas había respondido con la verdad.
Cuando sentía sus pasos detrás de mí, su calor en mi espalda se intensificaba cada segundo que lo tenía cerca, había colocado la llave en la hendidura, más no abría la puerta.

«Dejame salir y no volveremos a vernos, Seokjin»

Era entonces cuando su aliento golpeaba mi nuca, me había estremecido absolutamente todo y con voz ronca me susurraba—: No tengo muchos amigos, me gustaría que fueras uno. Pero entiendo si soy insoportable.

Decir que me había puesto la piel de gallina era quedarse corto, específicar que mi estúpido corazón palpitaba como queriendo escaparse de mi pecho sonaba cliché, pero diablos así me sentía.

No había podido responder nada, lo cual lo obligaba a SeokJin a abrir la puerta para dejarme salir.

«Taehyung, tú no quieres dejarlo»

Sin más suspenso giraba sobre mis pies y exclamaba—. También quiero que seas mi amigo, Jin Hyung —y de la nada sin pensarlo dos veces me tiréñaba sobre su rostro para besar su mejilla.

Era lo más lejos que llegaría, y debía entender eso, él me observaba sonriendo.
Sin poder aguantar más sus dulces facciones salía de su vista y corría hacia el ascensor que por suerte se encontraba solo un piso arriba.

— ¡Habla con Irene y cuéntame cómo te fue luego! —ya dentro le brindaba una de mis mejores sonrisas y él hacía lo mismo conmigo.