4. ¿Estás solo?

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Suhwan lleva dos días en la universidad y aún no sabe qué hacer. Su carrera no está en todos los centros y ha tenido que cambiarse a otra ciudad, sin conocer a nadie y con miedo a no poder encajar. Necesita que alguien esté a su lado, tiene que hacer algún amigo, si no, siente que se va a desesperar.

Tiene un compañero de habitación en el colegio mayor, alguien a quien no conoce. Sólo se ha quedado con su nombre y espera poder conocerlo lo antes posible, ya que la primera noche que ha hecho en el centro no lo ha visto.

En su colegio mayor sirven cena, es algo por lo que pagan al momento y que él tiene decidido que va a aprovechar. ¿El problema? No tener con quién cenar. Para su suerte, en una esquina cerca del grifo y de las salsas, encuentra a un chico que, al igual que él, está solo. Incluso si no debe, decide acercársele y platicar con él.

—Hola. Soy Choi Suhwan. ¿Puedo sentarme aquí? —No quiere soñar tierno, pero inevitablemente lo hace, ganándose la mirada del desconocido.

—Claro, puedes. Soy Kim Kookheon, por cierto —se presenta con una sonrisa cálida. Puede que no haya sido mala idea acercarse a él. —¿Estás solo? —Tras unos instantes de silencio, pregunta.

—Sí. Me he acercado a ti porque te he visto solo también —tímidamente consigue hablar.

—Yo estoy esperando a mis amigos. Pero tranquilo, puedes quedarte; te caerán bien —asegura. No está del todo seguro de si se llevará bien con todos, espera que sí. Para muchos es difícil encajar con ellos, graffiteros, skaters, bailarines callejeros... ese tipo de personas son las que forman el grupo.

Al cabo de unos minutos, empiezan a llegar los amigos de Kookheon. Él se los presenta a medida van llegando, aunque no consigue quedarse con todos los nombres. Se acuerda de varios por ser sencillos o llamarle la atención por lo distintivos que son: Geumryul, Baek Jin, Hangyul... También se queda con los nombres de las tres chicas presentes: Somi, Eunbi y Yena.

Entre todos los nombres, hay uno que le suena: Yuvin. Se le hace familiar pero no cae en el porqué. Suhwan analiza al chico por unos segundos hasta que le devuelve la mirada; en cuanto eso ocurre no deja que el contacto visual dure y mira al chico tailandés que también está presente en la mesa.

—Hey, chico bajo —Hangyul lo llama —, preséntate, ¿no? No mordemos y ya te han hecho el favor de decirte nuestros nombres.

Sabe que aquel chico de áspera voz no lo dice con mala intención, pero su forma de hablar hace que parezca que está ansioso por saber su nombre, como si el hecho de que no lo hiciera fuese irrespetuoso y ofensivo. Antes de hablar, observa a todos y trata de memorizar sus nombres; puede con algunos, pero otros va a tener que volver a consultarlos más adelante.

—Bien, yo soy Choi Suhwan. Es mi primer año aquí y, al haber visto a vuestro amigo Kookheon solo, me he acercado con intención de socializar. Espero no ser una molestia para vosotros —su voz tiembla un poco cuando dice la última frase. No está acostumbrado a presentarse con mucho más que su nombre ni a una multitud tan grande.

—Suhwan-ah, no serás tú el que está en la habitación 207, ¿no? —Yuvin es el que le pregunta. Ahí es cuando se da cuenta de que el nombre le es familiar porque él es su supuesto compañero de habitación. Hace una cara de sorpresa y, efectivamente, ambos se han entendido.

—Tú debes de ser mi compañero de habitación, el cual anoche no pasó a nada más que a dejar sus cosas. ¡Si no hubiese visto la ropa en los armarios hubiese pensado que no tenía compañero! —Algunos están cenando y hablando entre ellos, sin embargo, los hay que están contemplando la escena de ambos chicos hablando y ese comentario les ha causado mucha gracia.

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