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14. Besos y secretos.

El primer sábado de otoño empezó todo. Aquel fin de semana Hyunbin no podía quedar por tener un compromiso familiar en otra provincia; su prima acababa de nacer y se comprometieron a ir a verla. Por otro lado, Jungmo tenía revisión del dentista por su aparato, dejando a Minhee y Wonjin solos durante parte de la tarde.

          En vez de esperar a que su amigo saliese, decidieron quedar a la hora de siempre los dos solos. El otro se incorporaría aproximadamente una hora después, una vez le hubiesen atendido, revisado y reajustado las gomas.

          Por la ausencia de Hyunbin, cambiaron el lugar donde quedaron para reunirse a un lugar más cercano a las casas de los otros tres. Esperando a la hora, los dos jóvenes subieron a casa de Wonjin a jugar a la consola. Tenían casi una hora para ello, por lo que les daría tiempo a varias partidas de alguno que otro juego.

          Wonjin era muy competitivo a la hora de jugar a algo y no soportaba no ganar, por lo que en el momento en el que Minhee ganó una de las partidas su primer reflejo fue lanzarlo al suelo, no de forma muy bruta. En respuesta, el otro se levantó y trató de hacerle lo mismo, quedando por accidente sus cuerpos muy cerca.

          Tras varios segundos de estar mirándose fijamente y estar aproximando sus faces, unieron sus labios. No fue mucha cosa, solo el primero de varios besos que llegarían a darse sin llegar a sentir nada el uno por el otro.

Para Minhee fue la primera vez besando a alguien y no causó duda alguna en su ser, estaba seguro de qué le atraía y de cómo se sentía respecto a ello, pero para Wonjin significaba descubrir algo nuevo. Con anterioridad había sentido algo por más de una chica, pero tras el suceso, se dio cuenta de que podría llegar a sentir algo por su mismo género también; no era heterosexual.

Semanas pasaron y su amistad seguía igual. En presencia de otros se comportaban como siempre, para ellos seguían teniendo el mismo vínculo con la diferencia de tener que ocultar algo. Tras aquella vez, en más de una ocasión se reunieron después de clase para ir a casa del uno o del otro, para acabar uniendo sus bocas a escondidas.

Entre todas las veces que sin motivo específico habían acabado besándose, una de ellas marcó la diferencia para Minhee. Una tarde en la que subieron a su casa, Wonjin accedió a ayudar a su amigo con el examen de historia que en unos días tenía. Una vez habido repasado lo suficiente, volvieron a lo mismo de siempre sin percatarse de que la puerta estaba entreabierta. El señor Kang vio cómo su hijo besaba a alguien de su mismo género.

          Esa misma noche sus padres se lo mencionaron, mostrando estar en desacuerdo con que su hijo fuese así. No estaban a favor de que fuese "una deshonra" para su familia. Pudo haber sido peor, pero sus padres jamás se atreverían a alzarle la mano, mucho menos a recurrir a la violencia física.

Minhee acaba de contar toda su historia con Wonjin a Jungmo. Ambos dijeron en su momento que no lo mencionarían a menos que lo vieran totalmente necesario, para Minhee ese es un momento en el que necesita hacerlo.

Jungmo mira sorprendido al chico. En su mente ambos son muy inocentes y transparentes, nunca se le hubiese ocurrido pensar que podrían estar ocultando algo así. Pero no los juzga, son sus amigos y eso no va a cambiar.

—¿Cuándo ocurrió eso?¿Durante cuánto tiempo estuvisteis así? —Las dudas de Jungmo no van para nada dirigidas a la orientación de ninguno de los dos ni a nada negativo, solo quiere saber en qué período de tiempo sucedió todo.

—Poco después de que cumpliese yo quince. Fue en ese otoño. Estuvimos así desde mediados de septiembre hasta probablemente inicios de noviembre, cuando Wonjin empezó a conocer a Hyungjun y apenas me daba ese tipo de atención —le explica. Tras eso le cuenta los problemas con sus padres, la manera en la que no le aceptan y el porqué de haberse escapado esa tarde.

Para Minhee es toda una liberación hacer eso, contar todo lo que le ha sucedido. Es una sensación que vale oro. Tener a Jungmo y que lo haya entendido tan bien, que haya sabido escucharle y apoyarle, también.

Pero Minhee no es el único que necesita soltar algo que lleva dentro. Jungmo tiene algo que por nada en el mundo piensa revelar, o al menos, no en ese preciso momento.

╰ 🌼 ╮

—Dongpyo, te noto raro, ¿estás bien? —Hyungjun está preocupado por sus amigos desde hace varios días. Ve que no todos se comportan como siempre, en especial aquel al que ha preguntado.

—¿Por qué no iba a estarlo? —Responde formulando una pregunta retórica a la que no sabe ni debe responder.

Todo su grupo de amigos, formado por ellos dos junto a Jinwoo, Dohyon y, en ocasiones, Eugene, son de los chicos más inocentes de sus respectivos cursos. Mientras algunos se saltan clases, fuman o beben, ellos tratan de no hacer cosas que no deben. Además, no están informados sobre lo que es el sexo más allá de lo que el colegio o sus propios padres les han enseñado.

Nadie esperaría nunca que fuesen a tener algún problema. Risueños y estudiosos, son el tipo de alumno que todo profesor y compañero adora. Pero algo de lo que no se atreven a hablar está ocurriendo con Jinwoo y Dongpyo. Hyungjun no está al tanto y sólo ve que sus tan alegres amigos no tienen un comportamiento del todo común.

Aquello que está pasando con esos dos jóvenes podría afectar a Hyungjun de forma personal, por lo que han acordado no decírselo hasta que sepan qué hacer.

La tercera tarde de la tercera semana de clases es el día donde sale a la luz todo, aunque no es Hyungjun el que se entera. Casualmente, Lee Jinhyuk, estudiante el cual está paseando con intención de relajarse, encuentra a Jinwoo llorando escondido tras un árbol cercano a las conocidas campas universitarias.

Se acerca a él con intención de ver qué le sucede. Saluda cordialmente al adolescente y este alza la cabeza, mostrando su rostro rojo de tanto llorar. Jinhyuk le cede la mano para levantarlo del suelo y, aunque no se conozcan, Jinwoo sabe que no va a hacerle nada malo.

—Wooseok —llama por teléfono a su compañero y amigo —, he encontrado a un chico de secundaria llorando y con heridas, ¿te importa mucho si viene a nuestra habitación?

—¿Ya podrás burlar la seguridad? ¡Quieres meter aquí, a una zona de universitarios, a un estudiante de secundaria! —No dice que no por él sino por respetar las normas del lugar, no quiere ser expulsado ni recibir una sanción.

—¿Si lo consigo, podemos? —Y Wooseok acaba accediendo. Tras lograrlo, se dirige a Jinwoo —Bueno, chico, yo soy Lee Jinhyuk. No tengo por qué hacer esto pero voy a curarte las heridas que tienes antes de que vuelvas a tu casa, ¿te parece?

Jinwoo lo mira dudoso. No lo conoce y es por ello que no quiere ir con él, pero se ve que está haciendo un esfuerzo por ayudarlo y le sienta mal decir que no; cuando necesitas ayuda, lo mejor siempre es acceder a ella.

—Soy Lee Jinwoo —sonríe y le da la mano para que lo guíe al colegio mayor. Sí, va a acceder a que el mayor le ayude y si se siente lo suficientemente valiente, le va a contar qué le ha pasado.