Capítulo 3: Megan, no pintas, ¿verdad?

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Papi comía los cupcake que quedaron de ayer , mientras que yo esperaba a que mamá baje y me regañe por los lapices de colores, ella era tan im-pre-de-ci-ble. Quería ocultarlos pero papi me dijo que quería verme pintar, dice que ese será su nuevo pasatiempo favorito. Mentía, porque lo que más le gustaba eran los autos de carrera.

- Pequeña, come un poco

- No tengo hambre.- Mentí

Me moría de ganas por probar uno pero ya podía escuchar a mis padres discutir por ese pastelito. No quería eso, tenia suficiente con las miles de peleas. Tomé un poco de agua y me senté a su lado, ya quería dibujar y hacer un castillo y muchos caballos con gatos.

- Megan, espero que no estés comiendo esa cosa. - La voz de mamá hizo que soltara mis lápices.

Por todos los cielos, mi madre querida me daba sustos horribles. 

- Lo sabrías si no estuvieras encerrada en la habitación. - Papá me ayudó con mis colores, todos quedaron en el suelo. Qué torpe era, mi mamá tenia razón. 

- No empieces, ¿sí?

- ¿Yo empiezo?

- ¡Papi me regaló estos colores! Mira mami, son hermosos y tienen distintos colores.

Dije para que no discutan, ya sabía que empezarían a gritar y aún estaba despierta, no quería que se enterara de los colores pero no sabía que decir para que su atención quede en mi. 

Siempre gritando, siempre peleando. Nuestro padre Dios debe estar molesto porque a él no le gustan las peleas. Señor, le pido que hable con mis padres aunque ellos peleen, yo sé que se quieren mucho y también le pido que la señorita Betty piense en mi Gatuno y se queden juntos. Me olvidaba, ¿puede hacer que la serie "My friends" vuelva? Si es así, le juro que seré obediente y si mami no quiere que pinte no volveré a tocar un lápiz jamás.

- Que lindo, la hija de mi amiga necesita esos, sería un buen regalo de tu parte. Ella no tiene talento para dibujar pero puede practicar, además es muy popular y te  conviene su amistad.

- Son para Megan, querida.

Papa pocas veces pronunciaba mi nombre y solo lo hacia cuando estaba molesto. No pienso darle mis lápices a Darleen, jamás. Eran míos solo míos. Señor, olvide lo que dije sobre los lápices...

- Y tú sabes que ella no pinta.

Sí pintaba y papi lo sabía. 

¡Todos lo sabían!

- ¡Claro que sí! Y lo sabes, Diana.

Mamá se sentó frente a papá cruzaba los brazos, estaba molesta. Intenté evitar una pelea y ahora solo empeoré las cosas. Era un desastre, otra vez. Papá dejó de comer y se frotó la cara para después juntar ambas manos en la mesa.

- No te bastó con el casting y ahora quieres destrozar la vida de mi hija, ¿no? - Sus ojos estaban hinchados de tanto llorar, justo como los míos. - Megan, no pintas, ¿verdad?

Ay no. 

No quiero mentir, me encanta pintar es mejor que bailar y cantar todo el día. No juego con muñecas ni salgo con mis amigos. Solo quiero que me dejen dibujar. Vamos Megan, no puede hacerte nada. Papi está a tu lado.

- Sí pinto mami. - Lo dije tan bajito que le molestó pero sí escucho y papi también

- Deja de bromear, deja eso para los perdedores, tú eres una estrella.

- Diana...

- Mami, me gusta pintar y lo hago muy bien, ¿quieres que te enseñe mis dibujos? Tengo uno de...

- No me hagas reír, tienes talento para ser una estrella no para pintar, solo vas a perder tu tiempo con niñerías.

- ¡Diana! - Papi se levantó de la silla y mami hizo lo mismo. Aquí vienen de nuevo.

- ¿Qué? Es la verdad

- Estoy cansado de lo mismo, siempre estas diciéndole lo mismo, deja que pinte y haga lo que quiera.

- ¿Lo que quiera? ¿Piensas que los artistas famosos hacían lo que querían sin tener disciplina? Esa es la clave del éxito, cariño. No lo entiendes. 

Me alejé hasta subir a mi cuarto, todo el día era lo mismo. Todos los días tenia que hacer lo mismo, sus peleas eran demasiadas, y casi siempre los escuchaba gritar y a veces cuando estaba dormida.

Mamá y papá no se cansaban de pelear, y yo solo los molesto. El señor Gatuno estaba acostado en mi cama, me senté a su lado y le abracé, se molestó pero me dejó. Sabía que me sentía triste su ronroneo me advirtió que se sentía feliz de estar a mi lado.

- Volvemos de una batalla señor Gatuno. Mamá y papá están en guerra y pronto rescatarán a su princesa. Llegarán y me desearán dulces sueños, no te preocupes señor Gatuno...

- Puedes irte cuando quieras, pero deja a mi hija en paz!

Miaw

- Ya no tienes que preocuparte por mi... - Le susurré.

Y como tantas noches, me dormí llorando esperando que vuelvan a ser amigos.




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