Capítulo 11: Pequeñas coincidencias, grandes problemas

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- Entonces ustedes se mueven cuando Iskra levanta su mano derecha, después del chasquido los quiero a todos en el suelo.

Dos horas de ensayo para el concierto, tengo media rutina que practicar, dos pasos que aún no manejo del todo y por las que recibo una clase privada, regaños de mamá y horas extras para mis compañeros. 

- No, no, no... Ustedes tres den un paso atrás, no pueden pisar el círculo, Iskra levanta la mano y caen, ¿ok?

Charlie era el mejor coreógrafo que conocí, era una estrella en su trabajo, tan profesional y creativo. Gracias a él y a mi equipo, tuve las mejores críticas de mis conciertos. A pesar de que con otros famosos no se lleve tan bien, nosotros teníamos química, él me enseñó a controlar las notas altas y crear los nuevos pasos de baile, era un genio.

- Gira, dos pasos a la derecha, - me moví con el micrófono y bastón en mano, ya que formaba parte de la rutina - estira el brazo, arriba, muñeca, abajo y bam.

- Creo que lo tengo.

- Tú puedes, pienso que si muevo a Mason tendrías más espacio para el giro, - con cuidado empecé la coreografía, pero aún me sentía incómoda. - eso es, gira y confía, jamás te dejaría caer, cariño.

-Sería mejor si fueras mi pareja. - Susurré.

- Que graciosa. - Soltó una risita coqueta.

Mi equipo seguía practicando, cada uno inmiscuido en sus deberes pero los chicos eran un gran soporte en el show y yo los necesitaba para expresar su talento. Pienso que nos llevamos bien aunque las personas me conozcan como diva, mi equipo no creía eso.

Bueno a veces... No sabía como controlar otras emociones.

El descanso de 15 minutos fue maravilloso, necesitaba respirar porque cantar y bailar seguía siendo un reto al que casi estaba acostumbrada. Los espejos del estudio estaban repletos de reflejos, exactamente estaban quince personas de las cuales muchas formaban grupos y hablaban entre ellos. Me senté en un esquina viendo todo un sueño que me parecía patético e inalcanzable. Ahora sentía temor y tristeza, temor por equivocarme sabiendo que ellos dependen de mí, tristeza porque seguía formando un muro con ellos cuando en realidad...

- Lamento la tardanza.

-Otra vez tarde, Keysi. - Rechacé el agua como la perra diva que era. - Ya no lo quiero.

¿Por qué era así?

No lo sé...Bueno sí, no quieres una asistenta.

Keysi era tímida, siempre tenía todo lo que le pedía y eso incluye todo. Desde revistas inéditas hasta el tipo de agua que bebía con la temperatura adecuada. Mis preciosas cuerdas vocales... Sé que era una perra con ella y con cualquiera que me hable con confianza excepto por mis amigos, me empeñaba en dibujar la línea del espacio personal. No se equivoquen, mi equipo y yo nos llevábamos bien y casi siempre trataba de estar para ellos pero fuera de eso era mi vida privada, y con eso era muy desconfiada.

Mamá estaba revisando mi agenda en su tablet junto con Roger, mi representante. Ellos estaba viendo todo sobre los conciertos y las posibles ciudades de mi gira.

- Pienso que en Washington podríamos tomar dos horas de descanso. - Opinó, Roger. - Ya sabes, necesita descansar...

- Lo puede hacer en el jet privado, esas horas pueden servirnos para la firma de autógrafos y fotos.

No quise escuchar más, espero que ella respete el viaje con mis amigas, solo quería eso. De pronto sentí que la respiración se me iba, sentía que me asfixiaba en ese lugar, mi cuerpo se adormecía y un sentimiento de estar muriendo de atravesó. 

ENTRE VERSOSWhere stories live. Discover now