Capítulo 18: Buenos amigos

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La coreografía estaba completa, todos estaban listos para el concierto y yo me sentía agotada. Luchaba por mantener el ritmo entre el baile y vocalizar la letra de mis canciones.

- Muy bien chicos, lo hicimos bien. - Agradecí su trabajo porque por fin terminamos la rutina y solo faltaba reforzarla.

Todos aplaudían cansados pero felices, y ahora solo faltaba unos ensayos sin ningún error y luego estaba el ensayo final que sería un día antes del concierto junto con la prueba de sonido.

Charlie quería salir a comer conmigo, pero rechacé su invitación, estaba agotada y solo quería descansar en mi cama. Keysi tomó mi bolso con el agua para mí, y me quedé viendo esa bendita botella con una boba sonrisa en mis labios.

-¿Pasó algo? -Keysi estaba preocupada con el móvil en su mano lista para remediar su falso error. - Si quieres otra puedo...

-No - la corté. La miré fijamente antes de subir al coche. - Espérame en el auto, tomaste fotos mientras ensayaba, encárgate de subirlas y pon algo como... algo referente al concierto. Ryan se encargará del resto, yo volveré en un momento.

Su cara de estupefacción fue divertida, jamás lo habría esperado y fue grandioso decir eso por primera vez, pero hoy quería que el día acabe de manera diferente. Hoy vamos a romper las reglas.

- ¿Hola?

Entré en el mini market junto con Peter que esperaba en la puerta, esta vez con ropa casual. Traté de no desvelar mi rostro fuera del lugar porque, aunque este lugar era totalmente privado, tenía que ser precavida.

- Genial. -Su voz sonó más a una maldición que el significado de la palabra. - Parece que le gusta venir cuando estoy a punto de cerrar.

-¿En serio? No me di cuenta. Solo tomaré algo, señor simpatía.

Admito que me divertía ver su gesto malhumorado, molestar su día se sentía como una venganza dulce y sabrosa. Me dirigí a la sección de agua consciente de su mirada penetrante. Esos ojos azules se achinaron cuando me tomaba mi tiempo con las marcas.

- Ok, le recomiendo esta, - me mostró una de color verde, una que jamás había probado. - si está tan indecisa por el sabor del "agua".

- Tú consumes calorías, ¿qué sabes de agua sin azúcar? - Le miré molesta.

Su sonrisa se extendió, una que trató de disimular muy tarde y pude descubrir unos hoyuelos muy tiernos.

¿Qué dije?

-Bien, me atrapaste. Soy todo lo que aborreces, me encantan los Cheetos, el pastel de chocolate, las hamburguesas y las sodas.

¿Por qué se veía tan bien si comía basura?

-¿Como es que estás vivo?

Una pequeña carcajada salió de él, tomó una bolsa de Cheetos que estaban abierta. Su osadía fue incomparable cuando me tendió la bolsa. Esta vez la carcajada me tocó a mí, ¿estaba loco?

-¿Es consciente que está rechazando el paraíso?

-No me vendas tu falsa promoción. – Volví a rechazar la bolsa llena de grasa.

-Bien, tú te lo pierdes. - Me tuteó, lo que era normal por la diferencia de edad. Mientras masticaba hacía sonidos exagerados como si fuera la mejor comida del mundo. - Delicioso.

-¿No deberías estar trabajando?

-Tranquila, ya terminó mi hora laboral. - Volvió a ofrecerme la bolsa. - ¿En serio no quieres? No volveré a ofrecerlo, no doy terceras oportunidades.

-No quiero ninguna, señor calorías.

-Bueno...- Seguía comiendo mientras guardaba unas llaves. - Aún guardo tu foto en mi móvil y mi dedo se quedó con las ganas.

-¿Es tu manera indiferente de echarme?

- Uhm...- Dudó un momento. -Sí, creo que sí. Además, no creo que a tu madre le guste saber que estás aquí.

Eso me dolió.

Especialmente por dos cosas. Mi madre estaría furiosa y esperaba que Peter no haya dicho nada, y lo otro era que tenía razón, él escuchó mi conversación con mi madre.

-Tú escuchaste... la conversación...

- No mucho, pero una señorita se encargó de reafirmar mis dudas.

¿Natalia...? Ni siquiera sé porque ella vino a mi mente, supongo que es la representación de mi madre para hacer el trabajo sucio.

-Olvídalo, - mi mecanismo de seguridad estaba activado. - puedo venir las horas que quiera.

-Por favor, no. - Le miré mal, él suspiró pesadamente. - ¿Al menos puede ser un poco antes? Algunos tenemos deberes y clases al día siguiente.

-Sí, lo sé - él me miro confundido. – No creas que por ser una artista no tengo deberes.

Y pienso que tenía más presión que el resto.

-Entonces, deberías venir antes...

-¿Quién dijo que volvería? - Ahora él sonreía burlón. - El servicio es pésimo.

Lastimosamente no era cierto, claro que volvería solo para ver su cara gruñona. ¿Por qué? No lo sé. Supongo que quiero una aventura, un escape de mi vida controlada. 



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