Capítulo 14 "Un regalo inesperado"

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Un regalo inesperado


Me muevo inquieta de lado a lado sin poder controlar los nervios. Estoy incluso tentándome a jugar con mis manos para que el nudo en mi estómago se vaya. Los minutos pasan pero él no llega.

Rayos.

En realidad casi nadie lo hace, pero se debe a que salí un poco temprano de casa. Mierda, creo que la emoción y nervios de tener una idea me han dejado desorientada del tiempo. Unos segundos más y no lo soporto, decido salir en dirección al baño.

Cojo mi mochila y camino hacia el baño con la idea de mojar mi cara y controlar mis nervios. En el camino me topo a muchas personas y las saludo con una sonrisa.

Cuando entro al baño lo primero que hago es mirarme en el espejo. Mis mejillas que por lo general suelen estar pálidas están de un color rosado. Abro el grifo y mojo mis manos para luego ponerlas en mis mejillas.

-Respira-murmuro-tus pulmones te lo agradecerán.

El timbre suena y trato de salir lo más rápido para llegar al aula. Pero eso es algo difícil, ya que todos parecen gallinas culecas sin saber cómo salir del montón de gente. Y yo soy una de ellas.

-Mierda-me quejo cuando me chocó contra una chica.

-Lo siento-murmura en voz baja para seguir corriendo.

No le tomo atención y veo desde lejos como el profesor está por llegar. Abro los ojos y empiezo a tratar de pasar. Mierda, justo ahora debía venir temprano.

Veo en cámara lenta como va a cerrar la puerta a sus espaldas y en mi cara. Pongo mi mano en la puerta haciendo que la abra de nuevo. Me mira con ojos entrecerrados para luego verme curioso.

-Señorita Martins, esto es una sorpresa. Nunca había llegado tarde a mi clase.

Bueno, nunca había tenido el corazón en la garganta.

-Lo siento, he tenido una emergencia. ¿Puedo pasar?

Frunce el ceño y parece pensárselo. Miro a mis compañeros que empiezan a cuchichear entre sí. Me topo con la mirada a Cooper, está enmarcando una ceja y cuando sus ojos dan conmigo, sus labios se curvan en una sonrisa divertida.

Entrecierro mis ojos hacia él.

-¿Martins?

-¿Eh?

-He dicho que puede pasar.

-Oh, claro. Eh, muchas gracias-balbuceo entrando.

Camino hacia mi puesto con rapidez y me siento mirando fijamente hacia la pizarra. Siento que empiezo a sudar cuando Cooper me ve.

Así que antes de que el profesor empiece su clase y de que me acobarde, saco una hoja de notas adhesivas y escribo.

"Tengo algo que decirte ¿Podemos hablar en el receso?"

Listo. Y antes de caer en la tentación de no dársela, la doblo en la mitad y se la paso. Su mirada va de la hoja a mí y viceversa. Finalmente frunce el ceño confundido.

-¿Qué..?

-Solo léela-le interrumpo sintiendo mis mejillas calentarse.

Asiente con la cabeza empezando a leerla y cuando termina de hacerlo, una sonrisa se forma en su rostro.

-¿Y qué tienes que decirme?-susurra recostándose sobre sus brazos.

-No te lo diré-respondo también en un susurro.

Te enamoraréWhere stories live. Discover now