Capítulo 26 "Bienvenido a mi refugio"

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Bienvenido a mi refugio


Jadeo dejándome caer en la banca cansada, me tiemblan las piernas y los brazos que creo que me caeré si sigo parada. No odio el deporte pero en estos momentos ¡No quiero saber nada de él! Joder, me duele el cuerpo y siento que cada paso que di hasta aquí me pesaban las piernas, como si alguien me las estuvieran jalando.

Suspiro esperando que las chicas salgan para poder bañarme porque siento mi cuerpo pegajoso, es muy incómodo. Y cuando salen prácticamente corro hacia una ducha.

Una vez que acabo de bañarme me enrollo con una toalla y salgo. Siempre soy de las últimas porque no me gusta cambiarme con las chicas, me siento muy incómoda. Así que cuando salgo ya no hay nadie.

Sonrío caminando con calma hacia mi casillero y me pongo de manera rápida la parte de abajo sin quitarme la toalla, no quiero que alguien regrese y me vea. Sería muy incómodo además de vergonzoso para ambas.

Le sigue el pantalón y cuando voy a abrir la toalla la puerta es abierta.

-¡¿Qué haces aquí?!-chillo horrorizada apretando la toalla a mi cuerpo-¡Sal!

Sonríe de manera ladeada sin hacer caso a mis palabras y me recorre con la mirada de arriba abajo, me encojo nerviosa e incómoda. Parpadea y se encoge de hombros arrimándose a los casilleros.

-Te dije que dejaras de huir.

-¿Qué?

-Te dije que te buscaría si fuera necesario.

-Sal de aquí Cooper-murmuro con el corazón a mil por hora.

-¿Tienes miedo?-sonríe.

¿A qué se me caiga la toalla y mostrarte todo? ¡Pues claro que sí!

-No.

-Entonces si yo hago esto-da un paso en mi dirección y yo retrocedo el mismo que dio-no deberías de retroceder.

-Sal de aquí.

-¿Por qué debería hacerlo? Es la primera vez en la semana que me hablas.

-Es por que recién inicio la semana-digo de manera obvia aunque sé que es una excusa.

-Abigail.

-No te acerques. No des un paso más-no me obedece-Para, detente. Ni uno más.

No me hace caso y termina al frente mío, trato de alejarme lo más que puedo pero choco contra los casilleros sin poder retroceder más.

Rayos.

Mis piernas tiemblan y no sé si es por el ejercicio que hice o porque estoy nerviosa. Aunque me inclino más por la segunda. Su mano roza mi mejilla y suelto un suspiro sin poder retenerlo. Él sonríe de manera ladeada.

-Tenemos que hablar-susurra.

-¿Podría primero vestirme?

Mira hacia abajo para subir la mirada con rapidez, se aleja y asiente pasándose la mano por su cabello mirando hacia cualquier lado que no sea en mi dirección. Parece que recién es consciente de la situación en la que estamos.

-Te esperare afuera-murmura viéndome por debajo de sus pestañas-si no sales entrare por ti. Y no intentes huir otra vez.

-No lo haré.

No podía, el bloqueaba mi única salida. Había ventanas pero estaba cien por ciento segura de que yo no entraba por ahí y si en tal caso yo intentara pasar por ahí, seguro me atascaría.

Te enamoraréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora