Capítulo 25 "Primeras cartas"

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Primeras cartas


-¿Así que primera semana de trabajo y ya estaba indispuesta?-pregunta Maruja con el ceño fruncido-¿Cree que esto es un juego señorita Martins? ¿Qué un día solo dice no voy y al otro sí? ¡Eso no es correcto! Esta acción ha sido irresponsable de su parte.

-Lo siento, no volverá a pasar.

-Claro que no, eso se lo aseguro yo.

Miro mis manos sin decir nada más y eso parece tenerla entre curiosa y molesta.

-¿Por qué no vino Martins? ¿Puede si quiera decirme eso para justificarle?

Lo pensé mucho, aunque no lo crean lo hice. Así que mi respuesta es muy firme.

-No. Lo siento. Solo fueron insignificantes asuntos personales.

Eso le hace fruncir el ceño y mirarme fijamente, tal vez cree que miento. Al final se rinde y suspira antes de asentir.

-Este es el material para la siguiente clase-me entrega antes de sentarse en el escritorio y escribir en papeles.

Sonrío un poco y comienzo a dibujar figuras que los niños rellenaran con las huellas de sus manos. No es por nada pero ya podría ver el desastre de caras pintadas y mandiles manchados.

Eso me saca una sonrisa. Quedarán peor que Ben cuando juega con la harina. Bueno, no tan mal pero seguro será un digno espectáculo que admirar y sobre todo, sonreír.


***


Corro todo lo que me dan los pies y llego temprano a "Sunlight" para cambiarme de ropa y ponerme ropa junto con el mandil. Recojo mi cabello en una cola alta y salgo para recibir a los niños.

¡Son unas linduras!

Sonrío cuando dejan besos por toda la cara de sus madres, o las abrazan, incluso es lindo verlos caminando de la mano con ellas mientras parecen balbucear contándoles algo. Y es que los niños cuando son pequeños son lo más inocentes y puros de todo el mundo.

A sus ojos solo hay preguntas, dudas y curiosidad por el mundo. Hay alegría y emoción por aprender cosas nuevas. Por eso son lo más hermoso de ver.

Son la alegría en persona. La pureza del corazón. La inocencia de los humanos.

Me dan un abrazo la mayoría de niñas, ellas siempre son por naturaleza más cariñosas. Hay niños que son más reservados, unos me sonríen y me abrazan pero otros solo me dan una sonrisa de boca cerrada y corren al aula.

Hay todo tipo de niños: Los extrovertidos y los tímidos.

Así que no me sorprende oír sus risas cuando pintan o sus muecas de sorpresa cuando alguien les mancha la cara. Sonrío negando y me acerco para poner un poco de pintura en mi dedo y ponerlo en la hoja.

Si algo me ha dicho mi madre es que los niños no aprenden con golpes o groserías. Si quieres enseñarle algo a un niño debes darle el ejemplo, enseñarle y no solo decirle que hacer.

Así que sonrío cuando el niño hace lo mismo y el resto al ver, lo imitan por la curiosidad de ver como la hoja se tiñe de color amarillo.

Cuando acaban la actividad pongo los trabajos en las mesas para dejarlos secar y los llevo en fila a que se laven las manos. Al salir veo a Maruja parada con un recipiente de jabón líquido y les pide que muestren sus manos.

Ella los lleva al baño y me río al verlos seguir en colita.

-¿Los niños son lo más lindo, verdad?-pregunta Sami, una de las chicas que también es auxiliar.

Te enamoraréWhere stories live. Discover now