Capítulo 38 "Recuerdos"

1.2K 70 45
                                    

Recuerdos


Dicen que los besos son portales para algo más. Como si fuera una conexión, una puerta. Y por primera vez lo entendí. Porque en un segundo estaba besando a Cooper y al siguiente...al siguiente estaba debajo de un árbol llorando y abrazando mis rodillas.

El dolor que siento es tanto para el pequeño órgano de vida que tengo. Me consume, me ciega, me mata.

Me hace sentir más desolada de lo que siento que estaba.

Todo lo que puedo percibir es el frío contra mi piel, las hojas caer y el sonido de mi corazón. Pero lo que siento es diferente. El nudo en mi garganta hace que esta sienta que me ahogo, pero no hago nada por liberarlo.

No puedo hacerlo, no debo hacerlo.

Mamá me ha dicho que si finjo que nada ha pasado, no lo ha hecho.

Pero yo sé que si ha pasado.

Yo lo vi, yo toque su mano helada. Yo la oí llorar. Aunque todos crean que nada ha pasado, yo sé que si lo ha hecho. Que él sí se ha ido.

Mis ojos se nublan pero trago y no suelto las lágrimas que mueren por salir. Ya ha pasado una semana, una semana que sé que él no está de viaje. Que no volverá para navidad, para año nuevo, ni para mi cumpleaños.

Él no volverá jamás.

Y eso, duele.

Suelto un quejido lastimero mientras escondo mi cabeza entre mis piernas. No puedo, no debo llorar.

Unos gritos suenan pero no les hago caso, se oye un golpe sordo y suelto un quejido cuando siento que un balón golpea mi espalda.

Escucho pasos y con rapidez me limpio las lágrimas. Nadie lo sabe, nadie en este pueblo debe saber.

-¿Me pasas la pelota?

Asiento sin prestar atención y se la entrego sin alzar la cabeza para luego darle de nuevo la espalda.

-¿Estás bien?-pregunta con voz suave.

Asiento sin ánimos de hablar.

Se aleja y suelto el aire retenido. Cierro los ojos y trato de pensar en otra cosa que no sea esta semana, que no sean mis pesadillas.

Una mano cae sobre mi hombro y me sobresalta. Salto y me alejo.

-Tranquila, soy yo-dice con tono divertido Estefan-lo siento por lo de hace rato, Darwin es un poco chueco al momento de patear.

No respondo, escucho como se sienta a mi lado y toma mi hombro tratando de voltearme pero me rehusó, no puedo dejar que nadie me vea así.

-Bien, lo entiendo. Estás enojada pero ¡vamos! No es para tanto. No seas una llorona.

Aprieto los labios sintiendo el dolor puntiagudo en mi cabeza.

-Cállate Estefan-gruñe Cooper-toma tu balón y vete.

-Te vas a enojar tú también por esto ¡ha sido un accidente! ¡Que tu amigo ha provocado!

-No grites-se queja-solo te dije que tomaras tu balón y te fueras.

Él gruñe pero se va, suelto un suspiro cuando oído sus pasos alejarse. Pero el alivio me dura poco cuando alguien se sienta a mi lado arrimándose al árbol.

-Gracias-murmuro.

-¿Por qué?-pregunta-no hice nada por ti, solo quería una excusa para dejar de jugar con él.

Te enamoraréWhere stories live. Discover now