Treinta y dos

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Jimin mordía su dedo pulgar en un acto desesperado por calmarse mientras esperaba en el sofá a su marido.

Namjoon estaba a nada de llegar y él ya no podía aguantar la espera. Necesitaba hablar con su marido sobre lo que había averiguado en la casa de acogida de niños, pero por su trabajo y por su maldito suegro que ahora parecía un bar andante, Nam ya no podía ni respirar.

Miró las hojas en la mesa una vez más y suspiró. Las tomó y se levantó de su lugar para ir a guardarlas.

Esa rutina se había repetido por lo menos en dos ocasiones. Jimin no alcanzó a llegar a su bolso cuando Namjoon abrió la puerta de su hogar y lo encontró a medio camino.

Jimin apretó los papeles en su pecho mientras su marido se acercaba a él para dejar un tierno beso en sus labios. Namjoon frunció el ceño al darse cuenta que Jimin estaba temblando y en silencio.

—¿Que pasó bebé? —preguntó preocupado.

Jimin negó con los papeles aún en sus manos —Nada, yo... ¿Cómo te fue en el trabajo?

El más alto fijó su mirada en las hojas que su esposo tenía en sus manos —¿Qué es eso? ¿Es para el trabajo?

Jimin mordió su labio y en un arranque de valentía se los entregó.

Namjoon los recibió pero sintiendo una pequeña presión en su pecho. Miró los papeles que ahora estaban en su poder y levantó la mirada hacia su esposo.

—¿Qué es esto? —dijo con voz temblorosa —¿Me vas a pedir el divorcio?

—No, claro que no —Jimin dio un paso hacia él y lo miró a los ojos —¿Porqué mejor no los revisas y me das tu opinión?

Namjoon suspiró aliviado y levantó los papeles para leer.

Los segundos pasaron a ser minutos y horas según Jimin, quien veía el rostro desencajado de Nam al revisar los documentos.

Finalmente el mayor alzó la mirada y Jimin supo enseguida que nada bueno vendría.

—Jimin... —se rascó la nuca —¿Porqué quieres niños? Pensé que ya habíamos hablado de esto...

—Tú sabes que siempre he querido ser padre Nam.

—Lo sé... Y está bien, pero no creo que sea el mejor momento para nosotros.

El abogado apretó sus puños y respiró dos y tres veces rápidamente antes de estallar.

—¿Y cuando es el momento? Tú ya casi tienes treinta y cinco. Yo no quiero llegar a esa edad sin tener un bebé con nosotros.

—Apenas tienes treinta ¿Porqué tanto apuro? ¿Has pensado bien esto?

—Por supuesto que sí, llevo años pensandolo ¿Porqué no quieres un bebé Nam?

Namjoon cerros ojos unos segundos y cuando los abrió vio la mirada llena de tristeza de su marido.

—Simplemente porque creo que estamos bien así... Tenemos tan poco tiempo que a veces ni nos vemos, tú trabajas un montón al igual que yo, viajas fuera del país cada dos por tres ¿Pretendes traer un hijo a esta casa sabiendo todo esto? No es como un perro Jimin. No estás pensando bien las cosas.

El abogado arrugó el ceño —Lo he pensado muy bien, señor perfección —Namjoon abrió su boca para hablar pero Jimin no lo dejó —He pensado en todo, hasta pensé en tu respuesta y por supuesto que acerté.

—Yo nunca te he dicho que no quiero niños... Solo que ahora no Jimin... —Namjoon se tomó el puente de su nariz y respiró para calmar un poco los ánimos —Entiende también mi parecer. Por favor.

Nadie Como Tú ✓<JinTae> Libro #2  [Finalizada]Where stories live. Discover now