Nadie Como Tú ✓<JinTae> Libro #2 [Finalizada]

Treinta y seis

Dedicado a todas las personas que quieren esta historia tanto como yo.

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Yongsun se limpió una lágrima que cayó sobre su mejilla y entrelazó sus dedos. Estaba tan nerviosa mientras miraba a quien unas horas antes era su empleado.

El mejor vendedor que había pasado por su compañía.

Y ahora era su hijo...

Tragó y humedeció sus labios. Seokjin la estaba mirando y ella se quedó muy quieta en su silla mientras el castaño recorría su rostro con sus ojos.

—Tenemos la misma nariz —dijo cuando terminó de inspeccionar el rostro de su madre.

Seokjin se acomodó en la camilla y le sonrió.

—Estoy tan nerviosa... Yo no sé qué decir Seokjin, lo siento... Lo siento por no haber estado contigo en todos estos años —su voz tembló y sus ojos se volvieron a llenar de lágrimas.

—No diga nada... Esto es inesperado para los dos —Seokjin entrelazó sus dedos nervioso —usted es realmente bonita, siempre imaginé que mi mamá sería así de bonita.

Yongsun ahora sí realmente lloró y tapó su rostro con sus pequeñas manos.

—Yo... Lo siento... No quería hacerla llorar, no llore —Seokjin se sentó en la camilla y bajó los pies.

Yongsun se levantó y negó con su cabeza al ver que Seokjin se había levantado —No, acuéstate, debes descansar...

Se paró frente al castaño y miró hacia arriba —Eres tan alto como tú padre.

Jin le sonrió —Yo aún creo que estoy soñando...

—Me pasa lo mismo, todos estos años sintiéndome tan vacía y que me faltaba algo en mi vida... Y ahora te tengo a ti. Y una parte de mí sabía que estabas en algún lado.

Seokjin tragó y la abrazó. Yongsun apoyó su cabeza en su pecho y volvió a llorar. Sus brazos se aferraron a la cintura de su hijo mientras este también comenzaba a llorar.

Su abrazo fue apretado y lleno de sentimientos no dichos, los dos habían pasado por una tormenta antes de finalmente reencontrarse.

Yongsun lo apretó fuerte porque temía que todo fuera un sueño y ella no quería despertar, ella siempre supo que su hijo estaba vivo, lo sentía en su corazón, pero su madre mil veces le había dicho que eso no era así y ella simplemente se quedó con el sentimiento de angustia toda su vida de adulta.

Seokjin olió el cabello de quién era su verdadera mamá y sonrió. Su corazón golpeaba fuerte en su pecho y aunque seguía nervioso quería saber más de su historia, por más triste y difícil que podía resultar escucharla, él necesitaba cerrar la etapa.

—Creo que deberías acostarte.

Seokjin hizo caso inmediatamente y se acostó. Yongsun se rió y se limpió las lágrimas.

—Me siento bien... Solo un poco sorprendido, pero estoy bien y quiero escuchar la historia... Nuestra historia.

—Y la sabrás... Yo también quiero saber tu historia. Y sobre todo quiero saber de quienes te criaron... Creo que me daré una vuelta por ese lugar.

Seokjin contuvo las ganas de reírse fuerte ante la mirada seria de la pequeña rubia.

¿Era así como se sentía tener a alguien protegiéndote?