Quinceavo año

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El señor Loud se levantó primero con una fuerte urgencia de ir al baño. A su lado su esposa continuaba dormida. No pensó que el plan de su hijo fuese a dar resultado, pero había funcionado tal y como se lo recomendó. Una alarma habría sido riesgosa ante la posibilidad de despertar también a Rita. Con cuidado salió de la cama, se puso las pantuflas y abrió la puerta para salir.

Encontró a Lincoln ligeramente soñoliento sentado contra la pared a un lado de la habitación todavía con el pijama puesto, lo había estado esperando leyendo uno de sus cómics de Ace Savy ayudándose con una linterna. Al ver a su padre, el niño de ocho años enrolló la historieta y se la puso por debajo de su pijama para guardarla, lo mismo intentó hacer con la linterna dejándola dentro de uno de sus bolsillos, pero por el peso casi se queda sin los pantaloncillos.

—Dame eso —se la pidió su padre hablándole en voz baja. La casa estaba en un inusitado silencio, por lo que les era fácil escucharse hablar en susurros—. Yo te la guardo para después. ¿Tienes mucho esperándome?

—Quince minutos. Descuida, papá. ¿Qué tal hasta ahora?

—Bastante bien. El truco que me enseñaste funcionó a la perfección.

—Te lo dije. Tres vasos de agua antes de dormir y tienes garantizado el madrugar sin necesidad de usar el despertador. A mí siempre me resulta cuando no quiero despertar a Lynn o a Lucy.

—Genial. Sin duda... un momento. ¿Qué tienen que ver tus hermanas si se supone que duermes solo en tu propia habitación?

El chico se encogió de hombros como si el asunto en realidad no tuviese importancia alguna.

—A veces una de ellas tienen pesadillas y quieren pasar la noche conmigo. Lo normal.

Cuando más pequeñas, Lori, Leni, Luna, Luan, al igual que ahora de tanto en tanto lo hacían las gemelas, e incluso Lisa cuando lloraba, lo más normal era que buscaran a sus padres para pasar la noche con ellos, siendo Leni la primera en superar esta fase, a no ser que tras nacer Lincoln ella...

—Hijo, siendo tus hermanas como son, me cuesta imaginarme a cualquiera de las dos asustándose de una pesadilla hasta ese punto, incluso siento que Lucy hasta las disfrutaría.

Más de una vez la había descubierto intentar ver a escondidas películas de terror. Cuando le llamaban la atención por esto, la pequeña de cinco años se limitaba a decir que le parecían divertidas, además estaba el asunto de los libros que leía, tan distantes de ser las típicas fábulas infantiles. Se preguntaba si en serio su hija no se aburría con los libros de Edgar Alan Poe, o si era verdad que podía comprenderlos. Lincoln le aseguraba que los entendía mejor que él mismo.

—Papá, no tenemos tiempo para discutir eso. Tenemos que poner en marcha la Operación: "Intentar levantarse antes de las seis de la mañana, hacer un desayuno especial, preparar su regalo de aniversario y montar un tema romántico en toda la casa antes que mamá y las demás despierten". ¿Qué opinas?

—Primero, que tu operación tiene un nombre demasiado largo. Este tipo de planes suelen tener nombres más sencillos de una o tres palabras como mucho.

—Bueno, entonces más tarde buscaré un nombre más corto para la operación.

—Segundo... ¡Ah! Primero deja ir al baño.

Su padre estaba por advertirle que quería retomar esa conversación acerca si en serio sus hermanas inmediatas continuaban escabulléndose de vez en cuando a su habitación para pasar la noche con él, pero cierta incomodidad le hizo olvidarse del asunto por completo.

* * *

Rita estiró los brazos y bostezó ruidosamente. Más que la alarma, fueron sus hijas quienes entre gritos animados tocando a su puerta lo que la despertaron. Cuando se dio la vuelta, se extrañó de no encontrar a su esposo en el otro lado de la cama.

Aniversarios (The Loud House)Where stories live. Discover now