Assasin's Puppet

"Capitulo 12=Una Oscura Navidad"

Martes 24 de diciembre
Víspera de navidad...

Era fantástico, realmente era impresionante la manera en la que Jimin se aferró tanto a ese pincel con pinturas de óleo por toda esa semana.

Se propuso en terminar ese lienzo y así fue, ahora limpiaba los pequeños restos de sudor en su frente, admirando con afán a su obra finalmente terminada y casi perfecta.

¿Que podría decir un asesino que busca la perfección en todos sus actos? No mucho, solo sabía que era lo más perfecto y etéreo que había creado en mucho tiempo.

Pero... le faltaba algo y aún no sabía que era

Su preciosa obra debía ser la simple representación de la "perfección" y para su desgracia aún no lo era.

Porque Jungkook es así... Perfecto

—Realmente es precioso...—Jimin suspiró mirando el brillo vivaz en los ojos oscuros de Jungkook. Admiro sus mejillas sonrojadas demostrando así la sangre que corría debajo de su piel... toda esa pintura representaba la vida.

Aquello era totalmente extraño para el, antes solía pintar y representar la muerte en sus cuadros, pero Jungkook hizo que todo aquello se fuera por la borda.

Era verdad, Jimin quería a el castaño vivo, lo quería feliz, quería verlo con una preciosa sonrisa y viviendo plenamente... pero el egoísmo estaba floreciendo en su corazón y quería todo eso pero con él en medio, siempre con él junto a Jungkook.

Mierda, no sabía a qué venían esos deseos de el corazón, pero eran tan persistentes y desgraciadamente no había nada más que sobrellevar aquellos ruegos.

Jimin salió de el almacén con una orgullosa sonrisa plasmada en su rostro, tomó su gran saco de corte inglés de el perchero y miró la nieve fina caer por su ventana, iluminado el pasillo de manera tenue.

Badalló pensando en los villancicos ó canciones que seguro ya alegraban a el pueblo y giró su mirada a esas escaleras que llevaban a el frío sótano.

Sus impulsos le hablaron pero él los ignoró olímpicamente y se dispuso en salir de su mansión en dirección a la residencia de Namjoon.

—╼⊳⊰ 𖤍 ⊱⊲╾—

Jungkook se levantó de el suelo y bebió el resto de agua que quedaba en el recipiente que le había traído Jimin en lo que suponía era la mañana...

Tomó un pequeño trozo de metal de el suelo, proveniente de el destruido farol y con este marco una línea más en la pared, una línea más... un día más.

Se volvió a tumbar en el suelo y contó de nuevo cada línea y para su pesar calló en cuenta de que era víspera de navidad... esa que era su época favorita pero que ahora se veía como un lejano momento ya que lo único que veía era lo mismo, el sufrimiento de cada día, la soledad, la falta de amor y cariño.

Le faltaba su hermana, le faltaba su madre...

Las quería a ellas como su regalo de navidad, ¿es tan difícil?

Tomó el trozo de metal y sus manos se entretuvieron jugando con el, era bastante filoso... tanto que podría cortar su piel, podría cortar sus tendones y llegar a sus venas.

Ese pensamiento llegó tan rápido a su mente que Jungkook se estremeció con algo de temor, pero ese temor se desvaneció cuando pensó en que después de morir no volvería a sentir nada, no volvería a ver a Jimin y tampoco sentiría el sufrimiento que él le causó.

La muerte le parecía algo tan dulce, una salvación.

Sin embargo algo le impidió cortar sus muñecas, un impulso fugaz lo hizo levantase de el suelo y correr hacía la puerta.