"Capitulo 26=Wildwood"

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Viernes 5 de Junio

Jungkook cerró la valija de piel y suspiró con su corazón bombeando con rapidez, aunque lo negara constantemente, los nervios se encontraban carcomiéndole por completo...

Viajaría a Wildwood junto con Jimin, fue algo que habían estado planeando desde ya hace varias semanas y habían acordado que ese era el día indicado, era un día bastante soleado, con un viento fresco y una tranquilidad apacible, pero no en todos lados ya que Jungkook sentía su corazón bastante alterado.

Conocería a las dos únicas personas realmente importantes en la vida de Jimin, claro además de el; y se sentía en una especie de obligación de quedar bien con ellos.

—¿Porque tan nervioso príncipe?—Escuchó una dulce voz a sus espaldas mientras Jimin le abrazaba por la espalda.

—¿Y si no les agrado?—Jungkook hizo un leve mohín.

—¿A Tae y Yoongi? ¿Que dices?—Jimin río y Jungkook tan solo refunfuño molesto, nunca lo tomaban realmente en serio—Cariño, si no les agradas yo les partiré la cara hasta que les agrades, ¿te parece?

—¡No! Idiota no puedes obligar a alguien a que le agrade otra persona...—Jungkook rodó los ojos y se sentó en la cama con un puchero en sus labios y su entrecejo fruncido, como si realmente estuviera haciendo alguna especie de rabieta bastante infantil.

—Ya, entiendo cariño... pero no debes preocuparte, Yoongi y Tae son unos idiotas bastante agradables, seguro te llevarás muy bien con ellos, además hoy habrá un festival muy hermoso y la pasarás increíble

—¿Tu crees?—Jungkook le miro con esos ojitos de perrito que tanto adoraba.

—Lo afirmó bebé... anda vámonos, se hace tarde—Jimin sonrió ampliamente y acto seguido, salió casi a saltos de la habitación en realidad se veía feliz, bastante feliz y Jungkook no era quien para arrebatarle esa alegría así que tan solo se levantó con un leve suspiro.

—╼⊳⊰ 𖤍 ⊱⊲╾—

—Llegamos...

La gran sonrisa en el rostro de Jimin era imborrable, se encontraba de nuevo en su viejo hogar, el lugar en donde lo acogieron cuando era un simple niño perdido, sucumbido por la maldad de el mundo, un niño dañado y desgraciadamente, transformado en un monstruo que a esa edad aún no sabía que era.

Jimin ayudó a Jungkook a bajar las dos valijas de la carroza y le dio un par de monedas de plata a el cochero que agradeció con una cálida sonrisa.

—Es un lugar muy pintoresco—Jungkook sonrió, pero la sonrisa no era a causa de el bello lugar la realidad era otra y esta era que se sentía pleno con el simple hecho de ver a Jimin sonreír.

—¿Verdad que si?... y esto no es nada cariño, pronto anochecerá y el festival comenzará, sera aún más bello—Aseguró el asesino mientras cargaba su propia valija.

—Jimin... ¿en donde dejaremos las valijas? No son de el todo livianas—Jungkook pronto se apresuró en seguirle el paso

—Tranquilo Jungkook, déjamelo a mi, solo relájate ¿bien?—Jimin río, río con esa encantadora risa que tanto le distingue y Jungkook no pudo evitar ceder con facilidad. ¿Como no caer ante aquellos encantos?

Caminaron un par de metros y pronto arribaron a una zona bastante poblada, en donde numerosos puestos tapizaban las calles, puestos de comida, flores, ropa, baratijas, y cualquier cosa que te puedas imaginar, ademas en cada esquina había familias grandes brindando por razones que Jungkook desconocía pero era inevitable el hecho de sonreír con tan solo verles.

Assasin's PuppetWhere stories live. Discover now