XXXVII

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El sonidos de besos, pequeños gemidos contenidos y respiración agitada era lo único que se escuchaba dentro del departamento, después de que Jisoo las guiará a la sala, habían estado tomando un poco de cerveza, hablando y besándose, rápidamente los besos habían subido de tono, en el sofá Jisoo aprisiona a Rosé contra su cuerpo, besando su cuello, su clavícula disfrutando del escote del vestido de está, pero este empezaba a estorbarle, Rosé tomó los hombros de la pelinegra y la guió hacia atrás haciendo que Jisoo quedara sentada en el sofá, esta la vio un poco confundida mientras Rosé se ponía de pie frente a ella.

-Ayúdame a quitármelo - Jisoo solo pudo asentir antes de seguir la orden de Rosé, su voz sonaba ronca y demandante, Jisoo trago en seco y paso las palmas de sus manos en su ropa para limpiar un poco del sudor de estas y tomar la pequeña cremallera del vestido verde aqua que se ceñía al cuerpo de Rosé a la perfección, respiro profundo antes de empezar a bajar la cremallera y sintió el pequeño temblor de escalofríos de la ahora rubia al rozar sus dedos con su blanca y cálida piel.

Veía como poco a poco se descubría la piel, no llevaba ropa interior en la parte superior, eso abría arruinado el escote perfecto del vestido, Jisoo ni siquiera lo había imaginado, debajo de esta fina tela, Rosé estaba prácticamente desnuda, sintió como su corazón se aceleraba cada vez más, si seguía así tendría un ataque, la cremallera llegó a su fin y Jisoo retrocedió dos pasos, Rosé se dio la vuelta viéndola y le sonrió de forma tímida antes de dejar caer el vestido frente a ella, dejando sus pequeños, perfectos y blancos pechos frente a Jisoo que inmediatamente sintió una invitación a besarlos junto a los botoncitos rosas que apenas se levantaban, su vista recorrió su abdomen y bajando a las bragas de encaje del mismo color del vestido, relamió sus labios y se acerco a Rosé con cierta timidez que no había experimentado desde la primera vez que había estado con una chica. Pasó su mano por el abdomen de Rosé, esta veía fijamente a la pelinegra subió despacio solo tocando con la yema de los dedos hasta el pecho de Rosé y tomo su pecho derecho llenando su mano, lo vio con dedicación como si fuese lo más hermoso y delicado que había visto en su vida y luego dirigió su mirada a la de Rosé, sonrojada hasta las orejas pero sobre toda curiosa, la beso, ese beso le daba una sensación de éxtasis que ni siquiera ella había experimentado nunca, se separo de la rubia y le tomó la mano, guiándola hasta la habitación.

La luz era tenue, aunque distinguía todo perfectamente, habían pequeños pétalos de rosas en el suelo, pero a diferencia del color rojo que se podía esperar para una ocasión como esta, los pétalos eran morados haciendo un contraste hermoso en la pulcra alfombra blanca de la habitación,Rosé había preparado esto con anticipación, Jisoo se dio la vuelta a ver a Rosé con los ojos muy abiertos, esta veía el suelo y se frotaba la muñeca de forma insistente, Jisoo le tomó de la mano haciéndola levantar la vista para verla, ambas estaban sonrojada, guió su mano hasta el cierre de su propio vestido y Rosé entendió al instante lo que Jisoo deseaba, sin despegar sus ojos una de la otra Rosé bajo la cremallera que se colaba a un costado del vestido, inmediatamente la pelinegra dejó caer el vestido a su pies, Rosé vio con admiración el cuerpo de la pelinegra, era hermoso, firme, tenía ganas de besar cada parte de ella.

La pelinegra se acercó de forma gracial hasta Rosé y la beso, pasando ligeramente sus dedos por la espalda desnuda de Rosé, esta sintió un calor recorrer cada uno de sus puntos hasta llegar a su vientre , solo con el tacto de Jisoo podía sentir la humedad de su cuerpo, todas las sensaciones le parecían demasiado surrealistas e intensas, cuando Jisoo se separo de ella y Rosé temió dentro de ella que Jisoo pudiese alejarse, después de tanto tiempo simplemente siendo amigas, pequeños besos fugaces y la insistencia y necesidad de que Jisoo fuese solo de ella, por un momento cayó en pánico.

-Rosé... - escucho decir fuera de sus propios pensamientos, enfoco la mirada y ahí se encontraba Jisoo, la mujer estaba solo en ropa interior de encaje rosa solo para ella, su sonrisa era tranquilizadora y algo boba, y sus ojos, dios sus ojos sentía que la oscuridad de esta la llevaba a lugares muy lejanos y a diferencia de lo que podía sentir dentro de la oscuridad, ahí se sentiría segura, no lo dudaba. - Quédate conmigo - dijo en un tono suave al ver como Rosé volvía a perderse dentro de sus pensamiento

~The Letter~ Jenlisa | ChaesooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora