~The Letter~ Jenlisa | Chaesoo

XLII

Rosé respiraba rápido, intentaba calmarse mentalizándose a si misma hablando de esto, algo de lo que no habían tocado el tema desde hace más de 5 años.

-Siéntate - habló con autoridad y seriedad - y no hables hasta que termine - miraba hacia sus pies, aferrándose con sus manos a la orilla de la cama

-Ros... - Rosé levantó la mano, indicándole que guardará silencio

-No... Digas... Nada... - Dio otra bocanada de aire - lo que te voy a contar quizá cambie la perspectiva que tienes de mi. Solo Lisa y Bambam lo saben y dios sabe que ni siquiera yo quisiera recordarlo. - Jisoo abrió la boca y la cerró inmediatamente al ver el ceño fruncido de Rosé - Hace años practicaba gimnasia, era una pasatiempo que me mantenía con la mente despejada, en una pirueta hice un mal movimiento y caí, terminé teniendo una lesión, algo que lastimo uno de los discos en mi columna, no era algo permanente pero necesitaba reposo y medicamentos para el dolor. Sin embargo era víspera de nuestra aventura de explorar el mundo - Miro al techo de la habitación sonriendo con ironía -  así que me salte lo de el reposo y me mantuve en movimiento con muchos medicamentos, a veces ni siquiera me dolía simplemente las ingería - se detuvo un momento apretando los ojos - yo solo me tragaba las pastillas para el dolor y cuando Lisa me preguntaba siempre me dolía, aunque no fuese así. Una vez en Italia... Mi medicamento no era legal, el resto de los medicamentos que conseguíamos ni siquiera llegaban a una dosis de mis medicamentos normales, así que...

-Empezaste a sufrir síndrome de abstinencia - Rosé se tenso un momento al escuchar la voz pensativa de Jisoo, no quería verla, no quería ver la decepción en ella, se limito a asentir

-Lisa empezó a preocuparse, temblaba, vomitaba y sudaba, me había vuelto en una adicta en muy poco tiempo, además que la sensación de dolor invisible como un miembro fantasma empezaba a apoderarse de mi - Rosé se abrazo como si el recuerdo de repente le causará frío - Lisa llevaba días investigando, chicas como nosotras con suficiente dinero podíamos conseguir droga en cualquier parte, pero Lisa se había empeñado en creer que no me daría cualquiera, sino la que yo necesitaba - dijo haciendo comillas con los dedos, su voz tenía cierta ironía y uyna sonrisa burlona - habíamos conocido a Bambam llegando a Italia, en ese momento era un niño igual que nosotras, pero se encargaba de engañar a las chicas para la red de prostitución de sus padres - Rosé apretó fuerte sus párpados una vez más- Bambam había creído que Lisa sería una excelente adquisición, sin embargo, a Lisa le había dado mala espina desde el primer momento, y lo mando a investigar, descubrimos que trabajaba para la familia Bhuwakul, una gran red de tráfico de personas y droga. Lisa pensó que el sería una gran conexión para conseguir el medicamento.

-Quédate aquí vale? - dijo Lisa preparando una pequeña mochila, llevaba puesto unos Jeans negros ajustados y una camiseta rosa con unos converse negros, con una cola de caballo ajustada - tengo todo bien planeado, debes confiar en mi y quedarte aquí mientras consigo lo que necesitas - Rosé en cambio estaba en la cama, abrazada a si misma, pálida y preparada para vomitar en cualquier momento - prometo que estarás mejor - Lisa le dio un pequeño beso en la frente perlada por el sudor frío que su cuerpo transmitía y salió de ahí

-No sé si pasaron minutos u horas, pero me preocupe, la estúpida adicción que yo misma me provoque estaba llevando a Lisa a la boca del lobo y la había dejado irse, sabía dónde se encontraría con Bambam, así que me dirigí ahí, los encontré, era una plaza concurrida Bambam tenía el papel de ser algún tipo de guía turística y mostrarle a Lisa lugares, empezaba a llevársela de ahí, pude detenerlos, estaba tan cerca que pude detenerlos, pero no, dejé que Lisa siguiera con él, los seguí, Lisa se percato de mi presencia y me hizo señas de que me fuera y estuve a punto de irme y lo digo en serio, estuve a punto de dejarla ahí sola, entraron a una casa enorme, después de una hora Lisa salió, yo estaba en una cera, apenas podía mantenerme despierta, menos podía caminar, ella se acercó y me pidió que saliéramos de ahí rápido, yo estaba desesperada y solo pregunte por las pastillas.