XLIV

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-Jennie...? - La voz de Lisa sonaba precavida, dio otro paso y reviso con la mirada la pequeña habitación, la luz apenas le dejaba distinguir algo, un sofá, una cama, un pequeña escritorio, se veía limpio, pero no olía tan limpio, olía a humedad, a abandono, tenía un pequeño olor a podrido. - Jennie - volvió a llamar Lisa y está vez unas pequeñas manos se asomaron de detrás del sofá y unos ojos entre el miedo y la incredulidad se asomaban, al verla Lisa intento correr hacia ella pero al ver que se escondió en el momento en el que se acercaba se detuvo - Cariño, Jennie. Soy yo, soy Lisa, vine por ti - Jennie volvió a asomarse, parecía un pequeño gatito asustado, Lisa dio otro paso lento y Jennie empezaba a salir de detrás del sofá, con precaución, Lisa temió que el tiempo aquí hubiese afectado a tal grado a Jennie como para no reconocerla, como para volverla uno de esos casos en los que al estar encerrada tanto tiempo no pudiesen volver a su vida normal. - Jenn..- no pudo articular nada más, Jennie había corrido hasta ella y la había abrazado, tan fuerte, la tenía en sus brazos y a Lisa aquello le empezaba a parecer irreal, pego su nariz a la coronilla de Jennie y aspiro, no olía a Jennie, estaba más delgada sentía sus huesos, se separo un poco de ella y la vio, estaba pálida, enormes ojeras y sus ojos, apenas y tenían un poco del brillo, de la luz que a Jennie le regalaba, por instinto apretó sus manos alrededor de los brazos de Jennie y volvió a abrazarla, quería llorar, pero en este momento no podía hacerlo, no ahora, no después de tanto. Un ruido los alertó a los tres, giraron hacia el pasillo al mismo tiempo.

-Señorita Manoban, quédese aquí, iré a revisar - Suk se dio la vuelta y cerró la puerta tras de sí, antes de irse Lisa vio como sacaba el arma que llevaba en la parte de atrás, escondida tras el saco, Lisa tomó a Jennie entre los brazos de nuevo, pero esta se soltó y la jalo para que se escondieran tras el sofá, no hablaba y eso le dio algo de miedo a Lisa, la siguió mirando de reojo la puerta. No se escuchaba nada, la poca iluminación solo permitía que se volviera un lugar tétrico y lúgubre, un sonido a su lado la distrajo, Jennie rasgaba con la punta de sus dedos la parte de atrás del sofá, ya estaba bastante mal trecho, al parece llevaba bastante tiempo haciendo eso, el rostro de Jennie estaba perdido en la nada, rasgaba aquella tela como si fuese un acto automático de su propio ser, de repente, un sonido en seco, ambas se tensaron, Lisa tomó la mano de Jennie y está la vio como si no entendiese el acto en sí. Pasaron unos minutos, se sentía cada uno más largo que el anterior, sintió la necesidad de levantar y ver que sucedía. Metió la mano libre debajo de la pequeña tela que la cubría y entre el sostén, dentro del relleno Lisa había metido una navaja plegable, si algo había aprendido en Italia era que debía de mantenerse preparada en todo momento y el hecho de que llevara poca ropa no impidió que metiera algo, la saco, toco un pequeña botón y esta se desplegó y se levantó aún aferrada a la mano de Jennie.

Un paso tras de otro, temía por lo que pudiese haber detrás, soltó la mano de Jennie y con la mano temblorosa abrió lentamente la puerta, el pasillo estaba libre, y sintió que nunca había visto un pasillo tan largo como aquel, parecía infinito y la cortina por la que habían pasado se veía tan lejano como si hubiese pasado por allí hace varias vidas atrás. Volvió a tomar la mano de la castaña, esta seguía callada, y cuando intento sacarla de la habitación Jennie se negó, giraba su cabeza de un lado a otro indicándole que no quería.

-Por favor Jennie - Susurro Lisa - salgamos de aquí juntas, prometo que no te pasara nada - Jennie negaba, el cabello le caía en la cara sin cuidado alguno hace cuanto que nadie le corta el cabello? - por favor cariño - Jennie se detuvo de sus negativas y apretó la mano de Lisa, analizo el pasillo con paciencia y salió tras de Lisa, el cuerpo le temblaba, Lisa pudo sentirlo, no tenía que verlo y a diferencia de ella Jennie llevaba un poco más de ropa, unos Jeans y una camiseta, iba descalza, caminaban con sigilo, pero los tacones de Lisa empezaban a resonar en aquel silencio ensordecedor, respiro, se detuvo un momento y se los quito, empezaban a acercarse a la habitación donde Jackson la había metido, esta estaba abierta, ellos la habían cerrado cuando salieron de ahí, Lisa estaba segura de eso, se acercó a la pared y se asomo lentamente, retrocedió de inmediato tapándose la boca mierda mierda mierda mierda miró la navaja en sus manos, esto no haría nada, volvió a dar otra mirada y analizo despacio la habitación, ahí estaba Suk, tirado en un charco de sangre, había caído de espalda pero su rostro estaba girado hacia arriba con la mandíbula desencajada y los ojos en blanco, estaba ahí, justo en el lugar en el que ella había dejado a Jackson tirado, imposible que fuese él, apenas unos segundo habían pasado desde que ellos habían salido de aquella misma habitación, pero sino, quien? Eso le causaba aún más temor, entonces la vio, la pistola de Jackson aún estaba en su mano derecha, al parecer no le dio tiempo ni siquiera de hacer un disparo, dio otro vistazo rápido alrededor de lo que se podía ver de la habitación, pero no vio a nadie, miró por el pasillo y se veía tan solitario como hacía unos minutos.

~The Letter~ Jenlisa | ChaesooWhere stories live. Discover now