24.- De vuelta al mundo real

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Shawa miraba el cielo amoratado, estaba a punto de amanecer, soltó un suspiro cansado, que alertó al dragón que estaba descansando a su lado, su enorme hocico fue a parar a su hombro, le sonrió y acaricio escamosa mejilla.

—Estoy bien, vuelve a dormir—le dijo con ternura.

—No deberías consentirlo tanto, no es una mascota, te va a perder el respeto—dijeron a su costado.

Miró a Hoseok quien estaba parado mirando el reino, ambos se encontraban en la azotea del castillo, no les gustaba estar dentro y ser partícipes de aquel drama familia, suficiente tenían con sus propias peleas internas.

—¿Estás de mal humor? —preguntó con una ceja alzada.

Hoseok no respondió, cosa que sorprendido a Shawa quien siempre obtenía una respuesta del hechicero, aunque fuera corta, este nunca le dejaba con la palabra en la boca, eso le dio indicios suficientes para pensar que ese estado emocional no era propio de Hoseok, sentía en su propio interior una opresión que le dejaba sin aliento, ambos compartían un lazo del destino, lo que sentía uno de ellos, era claramente percibido por el otro, por eso no podían mantener oculto nada, algo le estaba preocupando a Hoseok, algo que de alguna manera iba a afectarles.

—¿Qué es lo que pasa? —preguntó con una mueca.

—No es nada—suspiro sin dejar de mirar el horizonte—. Estaba pensando en algo, según Jimin, mi padre habló sobre un hechizo poderoso...para romper lazos.

Las palabras del pelirrojo hicieron que Shawa boqueara, incapaz de decir algo coherente, porque su mente no podía analizar con precisión sus palabras, parpadeo perplejo, ahora comprendía aquella opresión preocupante en su pecho, la cual no le dejaba respirar con libertad. Miró así sus manos, encontrándo en ellas la distracción necesaria para poder analizar en su mente sus propios pensamientos y emociones en torno a lo que Hoseok quería hacer. Se quedaron un tiempo en silencio, ninguno se movió o suspiro, estaban absortos en el dolor que les causaba la idea de separarse.

—¿Quieres romper nuestra unión destinada? —habló por fin el pelinegro con una mueca contrariada.

—Una unión que ninguno de los dos quiso—dijo con voz baja, como si decirlo más fuerte lo hiciera real.

Shawa se levantó, camino inseguro hasta Hoseok y le miró de perfil. Hoseok era apuesto, a medida que crecían juntos era algo que fácilmente pudo notar, su cuerpo era grande, musculoso, el color de su piel tenía un sub tono rosado, su cabello rojizo era largo y bonito, pero lo que más le gustaba de Hoseok, eran sus ojos brillantes y de un color ámbar, que siempre le miraban con cariño y su sonrisa, esa que estaba tatuada en su mente, una que le hacía sentir una serie de sensaciones en su estómago, la que le reconfortaba y al mismo tiempo le asustaba. ¿Cómo una sonrisa podría causar en él tantas cosas indescriptibles?

—¿Eso es lo que quieres de verda? —preguntó con un nudo en la garganta—. ¿Y si sale mal? No voy a arriesgar tu vida.

Hoseok le miró y negó, sus ojos parecían haber perdido el brillo, la tristeza los adornaba. —Nada malo va a pasarte, ya no somos unos niños, ahora tenemos opción, podemos decidir, puedes irte con tu hermano, recuperar tu vida, nunca es tarde para hacerlo, no pienses en mí, piensa en ti.

Sus ojos se cristalizaron, podía sentir en su interior el dolor, pero no de Hoseok, sino el propio. Cuando se conocieron eran unos niños, el destino había jugado en su contra, los había unido a pesar de saber que era incorrecto, las decisiones de otros fue lo que los encarcelo, a ambos, la culpa había sido una mochila en sus hombros, una que se hacía más pesada cuando se hallaba disfrutando de su vida en Sihirli, cuando creía que podía abrirse y entregar lo que estaba creciendo en su interior desde que cumplió los quince años, el amor, no sentía que merecía amar, no después de saber que su partida había afectado a su familia, ver a Yoongi, puso en su mente una nueva perspectiva, verlo bien le hizo sentir libre, al igual que saber que su padre no lo odio, sino que le buscó, su lagrimas se derramaron, porque hubiese dado todo por despedirse de él.

En el Reino de las hadas ♡Yoonmin♡Where stories live. Discover now