25.- Tres meses

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El constante tintineo de las pinzas al hacer contacto directo con aquellas púas, era lo único que se escuchan en esa habitación blanca, con luminosidad alta, la criatura que estaba frente a él, en esa cama de metal inerte, dejaba rastros de los recuerdos que tres meses atrás había vivido, los mejores de su vida y también los que lo habían sumido en la miseria.

—Doctor Jeon—dijo alguien que entraba a la sala interrumpiendo su labor.

No le miró, siguió quitándole a aquella criatura parecida a un lagarto, las púas venenosas, su rostro estaba cubierto por una cubre bocas quirurjuco y unas gafas de gran tamaño de acrílico transparente que cubría sus ojos, además de una careta.

—Doctor....el señor Kwon está aquí y quiere verlo—repirtió con miedo, porque su jefe era aterrador molesto.

Jungkook suspiró, dejo las pinzas y tapo el cuerpo con una sábana azul, se quitó los guantes negros y lavó sus manos en el lavabo que estaba cerca, al final de cuentas, estaba en la morgue del laboratorio, en donde se había encerrado para no ser molestado. Se deshizo de la careta, los lentes y el cubre bocas, se quitó el traje azul quirurjuco y caminó a la salida.

La mujer se hizo a un lado cuando el doctor se disponía a salir. Le miró alejarse, con el corazón latiendole con fuerza, mordió su labio inferior y suspiró completamente enamorada.

Jungkook caminó con el semblante sombrío, no le gustaba que lo molestaran y todo el que trabajaba con él lo sabía, lo había dejado muy claro, tres meses después de su regreso, donde su personalidad cambio por completo, Jungkook se había encerrado en sí mismo, no quería estar cerca de nada ni de nadie, que de alguna manera le recordara sus errores, lo que había hecho para alejar a la persona que se robó su corazón, Taehyung.

No podía sacarlo de su mente, era como si este hubiese anidado en lo profundo de su ser, todas las mañanas al despertar se recriminaba frente al espejo, por haber sido un completo idiota, debió sincerarse, pedirle perdón, pero no lo hizo y ahora estaba pagando las consecuencias.

Él sabía que no era normal, antes había tenido rupturas dolorosas, pero nada en comparación al sufrimiento que le causaba la ausencia de Taehyung, era ilógico tan sólo imaginarlo, porque ellos no se conocían, habían estado juntos tres días. ¿Por qué estaba sintiéndose de esa manera? Jungkook pudiera dar todo lo que poseía para dejar de sentirse tan miserable.

Cambió y todos pudieron darse cuenta de ello, ya no era el mismo, no salía con sus amigos, hablaba con sus compañeros de trabajo, coqueteaba con las chicas lindas de la oficina, se negaba a ver a sus padres y no contestaba las llamadas, al único que le atendía de vez en cuando era a Yoongi, y eso era porque tenía la esperanza de que este le dijera algo acerca de Taehyung, pero hasta el momento no había sucedido.

Tocó la puerta de la oficina de su padrastro, tras escuchar el típico "adelante" entró, su semblante no cambio, con seriedad avanzó por la oficina, esta era grande, con un sinfín de decoraciones sobre criaturas mágicas, hasta ese momento no se había puesto a pensar en aquella extraña obsesión de Kwon Jiyong por los objetos extraños sobre los Sihirli.

—Me llamaste—dijo con frialdad, como nunca antes le había hablando a un hombre que respetaba.

Jiyong asintió, se quitó los lentes de lectura y señaló la silla que estaba frente a él.

—Tama asiento.

Jungkook se movió de forma robótica, como si todo estuviese marcado en su mente, no actuaba por voluntad.

—¿Para qué me llamaste? Estaba en medio de algo importante.

—Entiendo que estés concentrado en el trabajo y créeme que eso me alegra mucho, pero, debemos hablar. Tú madre está preocupada.

En el Reino de las hadas ♡Yoonmin♡Where stories live. Discover now