VIII

3.4K 541 321
                                    

En un momento estaba persiguiendo a Dazai al siguiente estaba corriendo de Dazai.

No estaba seguro de cómo había sucedido pero no podía dejar de reír ni de correr, no hasta que llegó a la habitación del vampiro donde se encerró.
Controló su respiración y con una sonrisa en sus labios recogió su cabello.
Con cuidado empezó a observar la habitación;  era su segunda vez ahí pero se sentía como la primera.

Si bien en la primera incursión observó los libros y pinturas había muchos detalles que no logró captar la primera vez.

La gran ventana estaba cubierta por oscuras y gruesas cortinas, impidiendo se filtrara algo de luz; sin pensarlo demasiado corrió las oscuras y pesadas telas.

A diferencia de sus cristales, los de Dazai eran de colores y al correr las cortinas un sinfín de colores iluminó la habitación, provenientes del paso de la luz por cada uno de los rombos de la vidriera con todos los tonos del arcoiris que cambió la atmosfera del dormitorio de un lugar de recogimiento para descansar a uno sagrado.

Sin despegar la vista de la ventana se sentó en la cama, observando cómo los demás objetos brillaban con la luz;  los muebles no solo eran de madera, las esquinas tenían acabado de oro o plata, brindando un mayor espectáculo visual al lugar.

Absorto comenzó a deslizar su mano por las sábanas, suaves y cálidas. Al igual que la habitación se veían diferentes con los reflejos. Si antes eran blancas y grises ahora los colores daban brillo.

Sin darse cuenta se recostó en la cama y el olor de Dazai en los cojines le embriagó.
Con los párpados cerrados y el aroma de Dazai rodeándole una gran paz se instaló en su pecho al mismo tiempo que una sonrisa se formó en sus labios.

ー ¿Te gusta? ー susurró una voz en su oído y el encanto se acabó. Chuuya se levantó tan rápido que se mareó y soltó un grito. Dazai rió y le atrapó antes de que cayera, atrayendolo hacia sí con un abrazo.ー Soy yo. Tranquilo. ー susurro nuevamente haciendo sonrojar al pelirrojo.

ー Quizá por eso me asusté. ー bromeó y al instante sintió a Osamu tensarse.

ー¿Me temes, Chuuya? ー preguntó con un hilo de voz.

ーNo.ー respondió honestamente, relajando al vampiro.ー Pero no confío en ti.

Dazai suspiro y le soltó. Su mirada cambió, aunque Chuuya no pudo interpretarla.

ー¿Te gusta mi alfombra? ー preguntó cambiando abruptamente el temaー Es persa.

ー¿Persa?

ーSi, la traje desde muy lejos, un viaje que humanamente no podría realizarse en menos de un año.ー Dazai se sentó en el suelo y acarició su alfombra con una sonrisa ー Pero mírala Chuuya, dime si has visto color igual.

Nakahara no entendía que tenía de especial, para él era una simple alfombra roja, mas Dazai parecía maravillado con ella. Se sentó junto a él y la tocó, al igual que Osamu.

ー¿Qué la hace especial?  ー decidió preguntar.

ーChuuya, todo tiene su propia historia, aún si para ti es insignificante esta alfombra vio surgir el amor de dos amantes,  una princesa y su sirviente cuyo crimen no fue más que sentir amor.

ー¿Todo tiene su historia?

ー Todo Chuuya, incluso esta alfombra Persa.

ー¿Cuál es tu historia, Dazai?

El vampiro le observó sorprendido. Tras unos segundos se recompuso y sonrió con malicia.

ーTu sabes, Chuuya. Cuando mamá vampiro y papá vampiro beben mucha sangre, su deseo carnal aumenta, entonces...

Samsāra Where stories live. Discover now