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Chuuya cabalgó a Ezequias sin rumbo fijo, dejó que el caballo avanzara mientras sentía lágrimas caer por su rostro.
En su mente varias escenas empezaban a formarse al mismo tiempo que un fuerte dolor de cabeza.

Niños llorando y gritando mientras él reía.

Hombres intentando matarle sin oportunidad alguna, al igual que con los lobos.

—Chuuya, espera.

Mujeres pidiendo piedad al ver como devoraba a sus hijos o a ellas.

La luna llena en lo más alto, el suelo lleno de sangre.

Un hombre pelirrojo dándole sangre en un vaso.

—Chuuya, detente.

Las casas sin ninguna persona viva y él incendiándolas.

Una niña pelinegra y de ojos azules mirándole con ilusión.

Ranpo encerrándole en un calabozo.

Y como si fuese un mantra una voz repetía
"Ella volverá y tu hijo también".

El dolor en su cabeza empeoró. Su estómago se sentía revuelto y en cuanto Ezequias paró él bajó.
Cayó de rodillas y sin poder evitarlo vomitó.

Dazai se colocó junto a él y le entregó un pañuelo. Chuuya lo tomó mientras las lágrimas escurrían por sus mejillas.

—Odasaku, Ango, Kyouka, Freya. ¿Quiénes son?— preguntó entre sollozos, los nombres se repetían en su cabeza sin control.

Dazai le miró con  arrepentimiento — Mis amigos, mi esposa y mi hija.

—¿Tienes esposa? —preguntó casi sin voz.

Nuevas imágenes llegaron a su mente. Estas más familiares que las anteriores.

Una casa en el campo, una mujer idéntica a él tendiendo la ropa mojada mientras tararea una canción y él ayudándole.

"Cuando lo deseas, puedes ser muy amable."

"Me has obligado a ayudarte; por esto me dijo Odasaku que no debía casarme."

"En tus promesas al pedir mi mano estaba la de ayudarme siempre."

'No me refería a esto."

"¿Y qué hay sobre amarme por siempre?"

"Por ahora y para siempre, Freya. Te amaré en esta y mil vidas."

—Soy igual a ella... Por eso me encerraste aquí — murmuró Chuuya antes de perder la conciencia.

Dazai le atrapó antes de que cayera en el suelo.
Sin notarlo, Ezequias les había llevado al castillo de Mephisto nuevamente.

.
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Si  mi  último  deseo  egoísta  puede  ser  cumplido,  entonces,  por  favor. Morir  en  el  medio  de  la  noche  es  solitario  y  no  quiero  eso.
Si  es  posible,  lo  último  que  quiero  ver  es  la  luz  del  amanecer.
Sintiendo    la  brisa  de  un  nuevo  día
Sonriendo  y  cantando  rodeado  por  tus  brazos...

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