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Lisa POV.

Así como estaba, de pie, desnuda con el pelo suelto, apoyada contra su tocador, Jennie parecía una diosa, como Afrodita. Daba esa impresión, sino fuera por la expresión en su rostro que iba entre la tristeza, pasaba por la ira y terminaba en la sorpresa.

-¿Estás bien? -pregunté acercándome rápidamente. Parecía que en cualquier momento se iba a desmayar.

La cercanía entre su cuerpo desnudo y el mío me alteró los nervios por un segundo. Quería hacerle el amor de nuevo pero, no era el momento.

Ni siquiera se inmutó. Alguien seguía hablando al otro lado de la línea, tan rápido que no pude entender lo que decía.

-Entiendo... -respondió Jennie parpadeando varias veces como para recuperar el control de los músculos de su cara.

De nuevo la persona al otro lado del teléfono siguió hablando. Jennie parecía tomar nota mental de lo que le decían al tiempo que apretaba la mandíbula. Noté que no quería demostrarme debilidad. Finalmente, colgó.

Su brazo cayó a un lado sin vida y el teléfono se estrelló contra el suelo, si no fuera por la alfombra se habría roto. Los ojos de la porrista estaban, de nuevo, muy abiertos.

-Jennie,¿que pasa? -insistí cogiéndole de los hombros para sacudirla un poco.

No reaccionó.

¿Que coño pasaba? ¿Desde cuando Jennie se pasmaba de esa forma?

El teléfono comenzó a sonar a nuestros pies. Cuando vi que ella no contestaría, lo recogí y contesté.

-¿Sí? Casa de la señorita Kim -dije fingiendo la voz de alguna empleada del servicio. No quería que nadie supiera que yo estaba ahí.

-Habla con el padre de Jennie,¿podría pasármela, por favor? -respondió un hombre al otro lado de la línea.

Wow...y yo que pensaba que ese señor solo existía en forma de dinero.

La miré. Ella seguía sumergida en un lugar muy lejos de aquella habitación.

-Se está duchando,¿quiere dejarle algún mensaje? -contesté.

-Sí, dígale que su madre ha muerto, tiene que ir a la clínica de reposo donde la abandonó hace meses para firmar los papeles -pidió con enfado.

-Esto...claro,¿algo más? -tartamudeé. Ahora entendía la expresión de mi amante.

-Sí, dígale también que no le enviaré ni un euro para el entierro -y colgó.

Cuando me giré hacia la morena la encontré más tranquila. Su expresión era fría, casi resentida. Estaba segura de que había escuchado lo que su padre había dicho.

-Vístete, tenemos que irnos -ordenó alejándose en dirección al armario.

Creo que no entendí la completa gravedad del asunto hasta que no me vi en el asiento del copiloto de su descapotable mientras ella conducía a toda velocidad en dirección a un lugar fuera de la ciudad.

-¿Quieres que conduzca? No creo que estés en condiciones de conducir -dije desde mi lugar bastante aferrada al cinturón de seguridad.

No respondió.

¿Que se suponía que significaba todo esto? Es decir, ¿desde cuando a ella le afectaba tanto alguien que le importaba tan poco? O, en realidad,¿sí que la quería?

Friends With Benefits [JenLisa]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora