Friends With Benefits [JenLisa]

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Al abrir los ojos, el pánico recorrió la piel de Jennie al sentir unos brazos que la rodeaban. Se giró con cautela y el corazón se le detuvo al ver el rostro de Lisa profundamente dormido. La habitación estaba fría y una delgada capa de hielo había empañado las ventanas. El invierno había empezado y ese día sería la graduación.

Paralizada, Jennie intentó calmar su respiración. Nunca se le pasó por la cabeza que el día de su graduación despertaría en los brazos de Lisa. 

Armándose de valor, estiró el cuello y le dio un suave beso en los labios. No hubo respuesta. Frustrada, torció la boca y lo intentó por segunda vez. En esta ocasión, Lisa reaccionó y, medio dormida, le correspondió el beso. Jennie sentía que el corazón estaba a punto de saltarle del pecho.

-Ojalá despertara así todos los días -dice Lisa con una media sonrisa.

-¿Lo dices en serio? -preguntó sin poder contenerse.

Lisa abrió los ojos mientras asentía con la cabeza.

Ambas estaban desnudas y el único lugar caliente era el enredo de las sabanas que las envolvía. Sin embargo, había que desayunar así que Jennie salió de la habitación. La otra se quedó un ratito más en la cama.

Jennie fue a la cocina y encendió la cafetera, no era muy amante del café pero, con el frío que estaba haciendo,decidió hacer una excepción. El sonido del café colándose, la distrajo. Habían pasado dos semanas desde ese fallido partido de baloncesto. Como eran los últimos días antes de graduarse, sólo se habían visto unas horas por las tardes, ya que Jennie estaba ocupada todo el día con las preparaciones de la graduación. El problema o, más bien, lo que la confundía, era que sólo se habían visto para tener sexo. Le parecía irónico.

Lisa buscó algo de ropa y bajó en silencio a la cocina. Jennie estaba apoyada contra la barra de espaldas a la puerta completamente desnuda. 

-¿Qué es esto? -disparó la otra mientras Lisa se sentaba en una de las sillas de la barra -¿Somos novias? ¿Somos algo? -insistió con un pequeño tono de desesperación.

-¿Quieres que seamos algo? -preguntó Lisa.

-Esa no es la respuesta que buscaba -sin querer, los ojos se le llenaron de lágrimas.

El pecho de Lisa se comprimió al verla tan sensible y corrió para abrazarla. Sin embargo, Jennie la alejó.

-¿Qué pasa? -inquirió ya molesta.

-No me gusta ser tan débil cuando estoy contigo, no estoy acostumbrada a serlo con nadie -contestó dándole la espalda.

-Dijiste que querías estar conmigo...

-¡Y quiero estarlo! Pero, más que nada, quiero que tú quieras... -explicó casi susurrando.

A decir verdad, Lisa no sabía, exactamente, lo que quería. Todo había pasado muy rápido. Cuando la vio a un lado de la cancha de baloncesto en medio de todo el caos, una terrible confusión se apoderó de ella. Quiso defenderla, hacerle frente a Taehyung en su nombre. No le gustó esa sensación, sobre todo porque el recuerdo de Chungha estaba fresco, todavía sangrando. Sin embargo, la confesión de Jennie la tomó fuera de base. Fue como si llevara mucho tiempo esperando por esas palabras.