CAPÍTULO 7

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Horas más tarde todos estábamos borrachos, o al menos yo sí, no todo daba vueltas, pero la visión era borrosa, me dolía la cabeza, y me reía por cualquier cosa. Permanecíamos en la sala de Kenia bailando y riéndonos.

La primera en caer literalmente fue Thali, pues cuando la acompañe al baño toda su fuerza se había esfumado y se había caído, yo no supe hacer otra
cosa más que reírme mientras que, Franco la llevaba al sillón de la sala para que se quedara durmiendo.

Así paso más rato, yo seguía haciendo bromas, pero de un momento a otro me di cuenta que algo faltaba, o más bien dicho, alguien, y es que ni Santi ni Kenia estaban en la sala, mi primer pensamiento fue irlos a buscar, me sentía mal, y no solo borracha, tenía enojo de que justamente ellos dos faltaran
en la sala.

̶ ¿A dónde vas Sopa, Sofia? ̶  decía Franco borracho y riéndose.

̶ Al baño ̶ mentí agarrándome de la pared para no caer, en ese momento mi equilibrio estaba inestable.

La casa de Kenia no era grande, pero con mi borrachera veía todo lejos de mí, abrí las dos recamaras que estaban cerca pero no había nadie, quizá Santi y Kenia habían ido a comprar más alcohol o que se yo, iba de regreso a la sala cuando escuche ruido en un cuarto más abajo, lo que yo suponía que era el sótano, pero las luces de las escaleras estaban apagadas, sumemos eso con mi mente borrosa, se seguía escuchando ruido, quizá era un ladrón escondiéndose de nosotros, mi valentía de borracha era de aplaudirse pues me decidí irlo a enfrentar, borracha y a oscuras pise el primer escalón y al segundo solo sentí mi cuerpo yéndose hacia al frente, y el dolor en mi cuerpo comenzó crecer y lo último que escuche fue...

̶ ¡Oh por Dios, Sofí!…


¿Santi?...


* * *

Cuando desperté estaba acostada en un sillón que no era de mi casa, ni el de Santi, me dolía la cabeza y mi boca la sentía y sabía como si un perro se hubiera muerto en ella, tenía muchas ganas de volver el estómago, cuando intenté levantarme Santi se acercó a mí.

̶ Tranquila Sofí, ¿Cómo te sientes? ̶ tenía la cara de preocupación y su cabello estaba desordenado de tanto pasar su mano de desesperación y preocupación, supongo.

̶  Como si un camión hubiera pasado sobre mí ̶  dije tratando de moverme, pero me dolía todo.

̶ Digamos que tu pasaste sobre el camión, o las escaleras mejor
dicho ̶  dijo Franco con una media sonrisa

̶ ¿De qué hablan? ̶ realmente me dolía todo, y me seguía sin tienda mareada.

̶ Te caíste de las escaleras Sofí ̶ dijo un Santi tranquilo.

̶ Ay, no lo recuerdo ̶  dije agarrándome mi cabeza por el dolor, Thali y los demás estaban sentados comiendo algo que no alcanzaba a visualizar.

̶ Ya casi amanece, tienes que reponerte para que llegues a tu casa ̶ comentó Santi.

Kenia me dio una pastilla para el dolor de cabeza, y una hora más tarde todos limpiamos la sala, aunque me sentía un poco mal, el dolor ya no era tan grande.

Después de limpiar todos nos emprendimos a nuestras casas, ya que eran las nueve de la mañana, Santi y yo decidimos irnos juntos.

Un Nuevo Amanecer Where stories live. Discover now