Capítulo 12- La efímera victoria.

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—¡Por la victoria! —brindó Hunk, los demás Paladines soltando un grito conjunto de júbilo y dándole un trago a su bebida, sólo para casi escupir dicho líquido ante el sabor.

Habían decidido que haría una fiesta, en celebración por su victoria ante la máquina de Haggar, además, considerando que ya sabían su ubicación, ahora tendrían que irse de Arus antes de que recibieran otro ataque, así que de alguna manera era también una fiesta de despedida.

Todo al rededor de la sala eran risas, baile y diversión. Tanto se estaban divirtiendo que nadie notó la inminente amenaza irguiendose sobre el castillo.

Una figura se desplazó por las sombras, adentrándose al Castillo. Una vez adentro, evadió con éxito la sala donde se llevaba a cabo la fiesta y se dirigió a otra sala, en busca de algo en específico: el cristal que le brindaba energía al Castillo de los Leones.

Una sonrisa victoriosa se posó en el rostro de la figura mientras se acercaba al cristal, la luz que este emanaba iluminando su rostro. Se trataba de un Galra.

El Galra sacó un pequeño dispositivo y lo activó, dicho dispositivo emitiendo un pequeño pitido antes de adherirse al cristal como si de un parásito se tratara.
El Galra activó ahora una especie de brazalete en su muñeca.

—Mi señor Sendak, el explosivo ha sido plantado con éxito.

—Buen trabajo, Haxus. Regresa inmediatamente, yo me encargaré de lo demás —contestó una voz gruesa proveniente del brazalete.

—Entendido. Vrepit Sa.

La comunicación se cortó, y tan fácilmente como entró, Haxus salió del castillo sin ser visto.



Horas habían pasado desde la fiesta, y los Paladines, a pesar de ser tarde, seguían despiertos. Coran había ido a la sala del Castillo donde se encontraba el cristal, ya que aún tenía que arreglar algunos de los sistemas del Castillo. Se había llevado a Lance con él, con la excusa de que necesitaba algo de ayuda, y Lance había sido el que estaba más cerca de Coran en ese momento, así que él fue quien terminó por ser arrastrado por el Alteano mayor.

Aunque Lance no podía quejarse, le gustaba pasar tiempo con su tío Coran, a pesar de que este no sabía quién era Lance en realidad.

Mientras tanto, Pidge, Shiro y Allura habían partido a investigar los restos de la nave Galra que los había atacado, con esperanzas de encontrar algo de información útil. Hunk estaba en la cocina, intentando preparar algo con los extraños y viejos ingredientes Alteanos que encontró, y Lotor había accedido a unirsele a Keith en una sesión de entrenamiento.

Esas eran sus últimas tareas del día antes de marcharse de Arus a primera hora de la mañana.

Todo se sentía relativamente pacífico luego del ataque del experimento Galra, casi demasiado pacífico...

—Algo está mal con los sistemas del Castillo... —murmuró Coran, enredando su dedo en su anaranjado mostacho en un gesto pensativo—. Quizás tenga algo que ver con el Cristal, tiene 10, 000 años de antigüedad después de todo...

Lance miró el Cristal que le daba energía al Castillo, frunciendo levemente el ceño al notar algo extraño en él.

—Coran... ¿Qué es eso?

El hombre se giró, mirando a lo que apuntaba Lance antes de fruncir el ceño de igual manera.

—Es tecnología Galra. Creo que es una... —un pitido proveniente de dicho aparato interrumpió a Coran. El pitido empezó a ser más fuerte y en intervalos más cortos, casi como una cuenta regresiva.

My Blood [Voltron Legendary Defender] Where stories live. Discover now