Capítulo 29- VS Zarkon.

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Los ánimos en el Castillo no eran precisamente alegres. Había más un aura de nerviosismo y estrés por todo el lugar.
Se habían reunido con los Olkari y la Espada, y ahora todos marchaban a la locación de Zarkon como una marcha fúnebre.
Nadie había hablado en minutos, probablemente horas. Todos estaban metidos en sus pensamientos. Era un hecho que Zarkon ya los estaría esperando, y esto definitivamente no sería fácil, pero lo lograrían. Estaban seguros, iban a vencer a Zarkon. Tenían que vencer a Zarkon.
Los ataques llegaron incluso antes de que la nave de Zarkon estuviera completamente a la vista. Fue casi ridículo la facilidad con la que cayeron las primeras naves enemigas, casi como si Zarkon estuviera burlándose, no dejando salir aún sus más poderosas armas. Estaba sacrificando naves y tropas en vano, esto era un juego para él. Realmente estaba confiado.
Finalmente, se encontraron frente a frente. El castillo de los Leones frente a la nave de Zarkon. Hubo un momento de eterno silencio, y entonces la batalla comenzó.
Todo fue un borrón a partir de ahí.
Los Paladines salieron en sus Leones con un propósito: infiltrarse en la nave de Zarkon y hacerlo salir. Una vez fuera, podían dar un golpe certero con el arma que crearon los Olkari.
Naves Olkari y de la Espada se enfrentaban contra las tropas personales de Zarkon. Había explosiones y ruido por todos lados.
Lotor estaba en la nave que cargaba el arma, listo para disparar en cuanto Zarkon diera la cara.
Shiro y Lance fueron los únicos en entrar a la nave, los demás se quedaron protegiendo sus Leones. Coran y Allura también estaban brindando apoyo desde el Castillo, aunque los sistemas aún no estaban recuperados al 100%.
Shiro fue directo hacia Zarkon, Lance a sus espaldas, ambos peleando su camino hasta la sala principal de la nave. Lance estaba sorprendido de que Haggar aún no apareciera tampoco, eso sólo podía significar que tenía un plan.
Varios agentes de la Espada se infiltraron también, ayudando a Lance y Shiro a abrirse camino.
Entonces el radio en sus cascos se activó, la voz de Coran sonando con algo de angustia.
—¡Se activó la barrera de partículas de la nave! No pueden salir a menos que alguien la desactive desde adentro.
—Nos encargaremos, Coran —aseguró Shiro.
—Háganlo antes de atraer a Zarkon afuera. De otra manera, el arma no le hará nada —dijo ahora Allura.
—Entendido princesa.
—Iré adentro a ayudar con la barrera —dijo Pidge.
—Pidge, te necesitamos afuera. Alguien de la Espada puede encargarse —respondió Keith.
Pidge gruñó, pero no puso resistencia alguna ante eso. Las cosas parecían empezar a ponerse difíciles afuera.
—¡Llegan más tropas! —sonó la voz alterada de uno de los miembros de los Olkari.
—A este paso van a superarnos en número —informó otro.
—Necesitamos a Voltron, pronto —interrumpió un miembro de la Espada.
—La prioridad es la barrera de partículas —sonó ahora la voz de Lotor—. Si logran desactivarla y atraen a Zarkon afuera, no habrá necesidad de que formen a Voltron.
—Concuerdo con Lotor —dijo Allura—. Apresurense por favor.
Y con eso la línea se quedó en silencio de nuevo, dejando a Lance y Shiro avanzando por la nave de nuevo.
Una multitud de centinelas se aproximó sobre ellos, cortándoles el paso. Maldiciendo por lo bajo, Lance cambió su Bayard a su arco y empezó a disparar, con centinelas cayendo uno detrás de él otro. Shiro lo miró con sorpresa.
—¿Desde cuándo puedes cambiar la forma de tu Bayard?
Lance se encogió de hombros a modo de respuesta mientras disparaba 3 flechas más.
—Podemos seguir —dijo Lance. Pero Shiro aún seguía mirándolo de la misma manera.
—No tenía idea de que podías ser así de serio, Lance. Tu actitud cambia cuando estamos peleando.
Y sin decir más, Shiro siguió su camino por el largo pasillo, con Lance rápidamente a sus espaldas.
Vaya que era verdad. Era como un interruptor dentro de Lance que simplemente cambiaba cada que estaban en mitad de una batalla. Una de las cosas que tenía en común con su padre, que era un bromista de primera, pero era el hombre más estoico y serio de la galaxia en mitad de una batalla.
Finalmente, Haggar hizo aparición detrás de ellos.
—Están de regreso —los saludó con un tono casi macabro. Lance aún estaba convencido que planeaba algo.
Se dio la media vuelta en un segundo y cargó su arco, apuntándole directamente.
—No te atreverías a dispararme, ¿o sí?
Lance la miró con los ojos entornados.
—¿Y por qué no lo haría?
Haggar, a pesar de su capucha que cubría en sombras su rostro, le dio una misteriosa sonrisa a Lance.
—Tú sabes porqué.
Esa respuesta logró efectivamente hacer que Lance bajara la guardia. ¿Haggar sabía...? No podía saberlo, era imposible. No lo reconoció la última vez, ¿cómo...? ¿De verdad lo sabía...?
Era imposible.
Haggar se aprovechó de cuando Lance bajó la guardia, lanzándose al ataque.
Lance logró esquivarla a duras penas, gruñendo.
—¡Shiro, tú sigue adelante! Yo me encargo de ella.
Lance intercambió una mirada con Shiro, y este rápidamente obedeció, escapando en dirección a la sala principal de la nave.
—¿De qué demonios hablabas hace un momento? —preguntó Lance. Haggar no contestó, y en su lugar, se lanzó a atacarlo con quintaesencia de nuevo.
Lance gruñó.
—¡Contéstame!
De nuevo, Haggar no ofreció ninguna respuesta a eso más que otro ataque.
Lance hizo una mueca, pero decidió dejar de lado las preguntas y se concentró en la pelea.

My Blood [Voltron Legendary Defender] Where stories live. Discover now