Capítulo XXXIV: Heridos.

57 7 10
                                    

Narra Thiago

-¿Te duele? -me pregunta con cara de dolor mientras venda mi brazo.

-Acaban de arrancar piel de mi antebrazo con una navaja, sin previo aviso ni anestesia, ¿tú qué crees? -el tono sarcástico abundaba en esa oración que dejo mi boca sin siquiera pensarla.

-Gracias-me dijo con una voz seria-nos sacarás de este infierno y no tienes que, pero aun así te interesa.

-¿Cómo crees que me iría sin ustedes?, desde que llegué me han ayudado en todo, además te debo una, me salvaste la vida ¿recuerdas?

-Listo-dice interrumpiendo el silencio que se estaba formando entre nosotros-tengo la frecuencia, nos llevará al último universo donde estuviste, más vale que siga ahí, porque si no estaremos perdidos en el espacio-tiempo.

Esas palabras me hacen recordar que el último universo donde estuve fue donde murió Aidan.

Me da una sonrisa roja, sus dientes manchados por la sangre que ahora brotaba de su boca y que ahogaba sus palabras-lo logramos, habrá un salto-respira profundamente y luego deja de hacerlo, sus latidos eran nulos y su mirada ya no era más, brillosa...

Un apretón en el lugar donde la piel me había sido arrancada, me devuelve a la realidad-¡Auch! -lo siento, tenemos que irnos.

Me levanto lo más rápido que puedo y nos dirigimos a otro garaje en la parte trasera de esta pequeña casa-¿todas las casas donde van tienen una garaje oculto o qué?-pregunto soltando un quejido de dolor.

-Aquí está la máquina de saltos, la hemos traído aquí desde el antiguo centro de saltos de la ciudad, después de la colisión pensamos que no la necesitarían-dice mientras levanta delante de nosotros una gran puerta.

-Wow, es más pequeña de lo que pensaba.

-Es un prototipo más pequeño que se creó antes de que todo este desastre pasara-dice Audrey desde atrás de mí abriéndose paso entre nosotros. Entra al garaje-vamos solo tenemos que insertar estás frecuencias y nos vamos.

Nos pusimos de pie en la plataforma circular, mientras Audrey iba al panel que se encontraba frente a la máquina para insertar las frecuencias.

-¿Listos? -nos pregunta luego de haber tecleado unos números en aquel panel.

-Si, pero antes, ¿no creen que deberíamos evacuar a las demás personas que están aquí?

-Debemos probar si es seguro primero, esto es un prototipo y no fue diseñado para saltar dimensiones, es arriesgado hacer un salto en masa, podría solo explotar en el proceso.

-Bien.

-Es hora de irnos-digo sin pensarlo ni una vez.

Audrey corrió hasta la plataforma para esperar el salto cuando un martillo golpea el panel, en segundos chispas se forman a su alrededor haciendo una pequeña explosión en el lugar. Los destellos cegantes que produjo tal explosión nos hicieron apartar la vista por unos segundos, una sombra más negra de lo usual de pie en la puerta del garaje nos mira con sus ojos rojos que destilan desprecio.

-No otra vez-digo mientras se tensa mi mandíbula.

-¡Estás cosas me tienen harto! -exclama West dejando su lugar a mi lado en la plataforma para bajar de la misma.

Se dispone a avanzar, pero mi mano lo detiene-No, esta cosa es mía-el tono de rabia en mi voz lo sorprende y da un paso hacia atrás.

La sombra avanza rápidamente hacia mí lanzándome un puñetazo que logro esquivar, golpeo su cara repetidamente hasta tirarle al suelo donde usa sus pies para lanzarme al suelo, se sube encima de mí y golpea mi cara tantas veces que puedo saborear la sangre en mis labios. Como puedo lo tiro de encima de mí.

Audrey se acerca al panel a ver qué puede hacer, la sombra corre hacia ella, me giro sobre mi torso en el piso me pongo de pie y corro detrás de eso.

-¡Ah no, con ella no! -le tomo del hombro y le doy vuelta, golpeó su cara con fuerza haciéndole caer al suelo, lo levanto por el cuello y lo estampo contra la pared golpeando su torso repetidamente con mi mano libre y el antebrazo de la otra contra su cuello.

-¿QUÉ QUIERES? ¿QUÉ CARAJO HACES AQUÍ? -pregunto furioso al ver su silencio, me enojo más y lo tiró hacia el otro lado del garaje donde se encuentra West.

West lo levanta y estampa nuevamente contra la pared-Oye, puede ser que él te tenga paciencia, pero yo no la tendré, habla si no quieres que te golpee como a él le faltó por golpearte.

Me acerco a Audrey-¿Tienes la navaja con la que me cortaste?

-Si-la veo sacarla de su bolsillo-toma-me alejo lentamente.

-¿Qué harás Thiago? -escucho a lo profundo del lugar, pero la furia ciega todos mis sentidos, solo me puedo ver caminando hacia West.

Lo empujo-Aléjate.

Ahora tomo yo a esa cosa por el cuello y la arrastró hacia una silla que se encuentra frente a un armario metálico, lo siento con fuerza en la misma, abro la navaja y la acerco a su pecho-No se si tengas corazón, pero lo comprobaremos-la frialdad con la que ahora hablo hace que corran escalofríos por el cuerpo de West y Audrey que se encuentran observando a unos pocos pasos. Clavo ferozmente la navaja en su pecho, un chillido ensordecedor aparece en el lugar, de pronto lo negro de esta sombra empieza a desaparecer de la parte de la cabeza de alguien dejando al descubierto una persona.

Mi cuerpo se paraliza y todo en el lugar empieza a moverse lento, siento el sudor frio bajar por mi frente y mis párpados abrirse y cerrarse con rapidez. La parte negra de esta sombra deja la cabeza de Nath descubierta dentro de ella, me mira y perplejo busco la Nath que conozco en sus ojos, pero son todos frialdad, furia, desprecio y terror, tal sorpresa me obliga a dar unos pasos atrás tambaleándome.

Cual segunda piel esta parte negra vuelve a cubrir su cabeza, aprovechando mi estado de perplejidad patea mi torso con tanta fuerza que termino estampado sobre el armario metálico de atrás, cayendo al piso los quejidos de dolor dejan mi boca, Nath o lo que queda de ella escapan del lugar herida dejando un ambiente de tensión y a todos en el lugar atónitos, ahí supe que todo estaba perdido.


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Efecto Mandela  [Completa ✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora