PRÓLOGO

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Un extenso pasillo blanco se encontraba frente a él, incluso si iba rápido el camino se le hacía infinito, sentía que no avanzaba. La desesperación y el anhelo lo motivaban a avanzar, pero cada paso que daba se sentía tan corto y le hacía pensar que nunca llegaría a su destino.

"Habitación 102" -pensó al cruzar otro de los tantos corredores blancos.

Tanto del color lo estaba cansando, probablemente no podría soportar verlo de nuevo ya que solo le recordaría la impaciencia y miedo que sentía en ese momento... O quien sabe, tal vez no sería tan malo y le recuerde el alivio, alivio de ver a esa persona, ver que está bien, que al fin despertó y que pronto estarán juntos de nuevo.

Sí... ese pensamiento no era tan malo.

"Pronto" -se repitió mentalmente.

Sus plegarias fueron respondidas al ver frente a él el número 102 de la habitación.

Con un respiración profunda extendió la mano hacia la perilla y la giró lentamente para abrir la puerta.

Dentro de la habitación blanca, tan blanca como los pasillos que recorrió, tan blanca como la vestimenta que caracterizaba y eran distinción de su secta, ahí se encontraba él.

Estaba sentado mirando a través de la ventana, sus ojos grises concentrados en el paisaje de afuera.

-Wei Ying... -susurró al verlo, fue un susurro bajo pero el nombrado lo logró escuchar y volteó para ver quien lo llamaba.

-¿Lan Zhan? -preguntó confundido al verlo. El nombre salió de sus labios de forma automática pero a Wei Ying no se le hacía familiar, sentía que debía conocerlo pero nada llegaba a su mente, todo se bloqueó.

Lan WangJi se acercó a él, sus ojos desbordantes de varias emociones, anhelo, esperanza, alivio de verlo, pero Wei Ying no comprendía el por qué lo miraba así.

-Disculpa, ¿te conozco? -preguntó finalmente al no encontrar tales memorias en sí mismo de esa persona.

Y esas palabras sólo trajeron desilusión y rompieron más al jade.

GOPHERWhere stories live. Discover now