(En Edición) ʟᴀ ᴄʜɪᴄᴀ ϙᴜᴇ sᴀʟᴛᴏ ᴇʟ ᴛɪᴇᴍᴘᴏ ↝ ᵏᵃᵏᵃʰᶤᶰᵃ ✓

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Disclaimer: los personajes no me pertenecen, son de Mashashi Kishimoto. El fic es de crazygurl12, yo solamente lo traduzco para que llegue a más lectores.

-ooo-
 
 

-Oye. ¿Todavía estás respirando? - Pakkun preguntó mientras inclinaba la cabeza hacia un lado y miraba a la chica que de repente estaba callada. Ella estaba hablando hace un momento y le estaba haciendo preguntas. Era un poco confuso porque ella le preguntaba las cosas que debería saber porque... bueno, se trata de sí misma. -No estás respirando.

El corazón de Hinata latía como loco y ella mira al pug. En el momento en que se dio cuenta de que las alucinaciones eran recuerdos, imágenes y flashbacks, inundaron su cabeza tan rápido que casi le dio un latigazo. Su cabeza se tambaleaba y si solo pudiera moverse, se habría echado a perder.

-K-Kakashi. - Ella murmuró y no dijo nada más. La manada de ninken siguió olisqueando y rodeándola, así que cerró los ojos y esperó al hombre que tiene muchas explicaciones que hacer. Su corazón todavía latía más rápido que el ritmo normal, así que trató de calmarlo respirando profundamente.

Esto es loco... todo esto es loco.

¿Entonces estaba enamorada de Hatake Kakashi?

Cuando Kakashi regresó, sus pensamientos se olvidaron temporalmente cuando vio la mancha oscura en su camisa. Sostenía una pequeña bolsa de tela en su mano derecha y un brillante kunai a la izquierda. -Tenemos que darnos prisa. - Gesticulando para que los siete perros fueran primero, se inclinó sobre ella y le dio unas palmaditas en el bolsillo. -¿Hay espacio para esto? - Preguntó. -Semillas de kanake.

-¿E-Estás herido? - Hinata preguntó. El aroma metálico de la sangre estaba llenando su nariz y sus ojos vagaron por su forma para verificar si había heridas visibles. Fue un intento inútil porque estaba oscuro pero ella continuó escaneándolo.

-Asignaron hombres fuera de nuestra habitación para que no pueda conseguir nuestros paquetes. Bueno, podría, pero tomaría tiempo, así que olvidémoslo. - Dijo Kakashi. Él insertó la pequeña bolsa en su bolsillo y la levantó. Lo hizo con suavidad pero también fue rápido.

-¿Estás herido?

-Mi ninken hará un desvío para que podamos dirigirnos hacia el este.

-¡Kakashi-san! - La voz de Hinata se elevó unas octavas. Ella lo habría llamado Kakashi-kun, pero él no necesita la distracción. No era el momento ni el lugar adecuados para llamarlo así. Apretando los dientes con frustración, volvió a preguntar. -¿Estás herido? - O Kakashi tiene algunas complicaciones auditivas graves o simplemente estaba evitando la pregunta.

-Hinata-chan—

-H-Hay sangre en tu camisa y—

Kakashi comenzó a correr y se movía a través de los árboles y arbustos tan rápido que podía escuchar el viento silbando por sus oídos. Seguía colgando sin fuerzas sobre su hombro, pero sus manos fuertes la aseguraron en su lugar. -No es mi sangre. - Su voz tiene un tono de ira. -Es de Yoda.

-¿Tú lo mataste? - Sus ojos se abrieron de par en par.

-No... Kali todavía necesita un daimyo. Solo le dejé un regalo de despedida.

Cualquiera que sea ese regalo de despedida, Hinata esta segura de que no era agradable. Jadeando un poco después de que el Copy Nin saltara hacia las ramas, cerró los ojos y preguntó. -¿Qué hiciste?

-Lo castré.

Para eso, Hinata no encontró palabras para decir, pero sus ojos se afinaron aún más... y si era posible, se quedó más quieta de lo que ya estaba. La voz de Kakashi era sombría porque no era difícil de creerle, aunque todavía esperaba que él solo bromeara y no se llevara a cabo ninguna castración. Yoda se lo merece, pero también podría ser demasiado.