Ella no debió mirarlo, no debió retarlo y mucho menos hacer todas las cosas que hizo después de eso. Una sola tarde de verano desencadenará toda una montaña de situaciones y emociones. Ellos son inestables y pasionales, ellos son Black & Blue.
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RED
—¡Por favor! —ruega Andrew, un chico nuevo, de rodillas frente a mí. Suspiro, cansado de esto.
—¿Para qué prestas dinero si no podrás pagarlo? ¿Crees que hacemos caridad? —le grita Gray, un chico de mi pandilla antes de obligarlo a ponerse de pie y empujarlo contra la pared de un lado de la universidad comunitaria.
—Les pagaré, lo prometo.
Tomo el hombro de Gray como si lo calmara y le sonrío a Andrew.
—Gray, no seamos tan bruscos, —aparto a Gray y enfrento a Andrew, el cual me sonríe con la esperanza de un mejor trato. Aprovecho su vulnerabilidad para envolver mi mano alrededor de su cuello, estampándolo contra la pared, —Me estoy cansando, —aprieto su cuello y él se aferra a mi muñeca desesperado, —¿Sabes que pasa cuando me canso?—Andrew lucha por liberarse, rasguñando mi mano y muñeca, la falta de aire haciéndolo retorcerse. Su rostro se enrojece y lo suelto, sacudiendo mano como si hubiera tocado basura. Andrew cae de rodillas, tosiendo una y otra vez.
—Estás advertido.
Le digo y meto mis manos en los bolsillos de mis pantalones para comenzar a caminar, alejándome de él. Gray escupe cerca de Andrew y luego me sigue.
—Los primerizos son tan molestos. —Gray comenta y yo no digo nada, —escuché que Black ha vuelto, ¿es cierto?
—Si.
—¿Lo has visto? ¿Hablaste con él? ¿Qué te ha dicho?— entiendo la curiosidad de Gray, Black, él y yo solíamos andar juntos de arriba para abajo, —¿cursará la universidad comunitaria con nosotros?
—Eso creo.
—¡Esto es excelente, Red! Podemos empezar esto a lo grande, los tres juntos, como en los viejos tiempos.
—¡Red!— esa voz fina que conozco tan bien me llama desde atrás y no necesito girarme para saber quien es, aún así lo hago.
Amber Richmond, el mejor promedio de este pueblo, hija del alcalde y poseedora de un cuerpo increíblemente sexy y un cabello rubio natural del cual me agarré muchas veces mientas me la follaba en el baño de la preparatoria.
Ah, viejos tiempos.
—Ey, Amber. —la saluda Gray con una sonrisa.
—Te envié un mensaje anoche. —Amber me reclama, cruzando sus brazos sobre su pecho.
Me paso una mano por la cara.
—Estaba ocupado.
—¿Toda la noche?
—Me pongo a jugar en línea y se me va la noción del tiempo.
