Capitulo 9

9.4K 771 54
                                    

- Shiri - murmuré sorprendido cuando me di cuenta de tu estado de ánimo, estabas echa una furia, tus ojos estaban fijos en la chica. Lo próximo que vi fue tu puño en su nariz dejándome a mi boquiabierto, tus manos tiraron de mi muñeca mientras me empujabas a la salida - Shiri, mírame - no hubo caso, caminabas delante mío sin dirigirme ni la palabra ni la mirada. Aproveché tu agarre en mi para darte vuelta - Shiri no la...-

- ¿Quién es?- me interrumpiste.

- No la conozco- estrechaste tus ojos en finas líneas estudiándome con la mirada - me piropeó, la eché, luego viniste tú y estaba guardando mis cosas cuando siento que me hablan y dos segundos después ya la tenía encima -

- Vamos a casa - cambiaste de tema, ni siquiera me miraste. Tomé tu cintura - suelta...- tu vista quedó fija en algo atrás de mí y ni siquiera tuve tiempo de ver que era que tus manos me atrajeron hasta tu boca hundiéndome en un beso caliente, necesitado, un beso pasional. Rápidamente dominé el beso y mis manos fueron a parar a tu culo dónde lo apreté contra mí, tu gemido se ahogó en mi boca. ¿Por qué nos separamos? ¿Por qué me empujas? Creo que mi desconcierto es notorio hasta que pasa la chica ¿Estabas marcando tu territorio?

- Te amo - y puedo ver que en tus ojos hay un "Yo también"

Mi cerebro funcionaba perfecto para arruinar momentos como estos recordándome que no era a mí a quien celabas, no era a mí a quién besabas. Era a mi hermano, tu prometido. Maldito hijo de puta que se quedó contigo.

(...)

No puedes estar habiéndome esto, no me has dejado tocarte desde que llegamos a casa, me quitaste las manos bajo la mesa, apenas me miras, me dejaste duchándome solo alegando que tenías trabajo, y ahora, te duchas sin mí, es como "ver pero no tocar" puedo ver tu cuerpo a través de la mampara del baño, como el jabón corre por tu vientre y se pierde en tus piernas hasta que solo queda agua en tu cuerpo, cada maldita gota se burla de mí.
¡Ah No! No más, no más desear, eres mía y mía te voy hacer hasta que te quede claro. No me importó tu sorpresa cuando abrí el vidrio, tampoco tus quejas cuando te saqué de allí dentro, no me importó que te quedarás muda cuando sentiste lo duro que estaba. Necesitaba besarte, necesitaba reclamarte en esa cama de nuevo. Y aunque apenas me respondías los besos, sabía que tú resistencia era cuestión de tiempo. El colchón se hundió cuando te arrojé, tu respiración agitada, tus senos hermosos al aire, tan desnuda como me gusta. Volaron por el aire la única prenda que me vestía...

- ¿Sabías que sucede cuando haces desear a un hombre que puede ver pero no tocar lo que tanto desea? - mi control se estaba perdiendo mientras me subía encima tuyo, negaste a mi pregunta - abre las piernas - y como si fuera automático las cerraste -Abre las piernas...- mi voz salió más profunda y ronca que de costumbre -...mi boca se hace agua por lamerte, quiero sentir como te corres en mi lengua otra vez, quiero oírte gritar - me dolía la polla de tantas ganas de hundirme en ese cuerpo, pero primero debía hacer que me desearas igual de lo que yo te deseo.

- No vamos hacerlo - dijiste mientras cerrabas aún más las piernas, piernas que quería abiertas de par en par mostrando lo que es mío.

- Abre las piernas - demandé - estoy tratando de controlarme, necesito dejarte lista para cuando entre en ti -

- Jeon - usaste mi apellido - no voy a tener sexo contigo -

- Abre las piernas y cambiarás de opinión - exigí, estabas cabreada por el episodio en el gimnasio - a la única que deseo es a ti, la única que me mantiene duro todo el tiempo, la que me hace babear por enterrar mi cara entre sus piernas eres tú, soy tuyo nena, no hay otra - tus ojos estaban fijos en los míos - creeme, te amo, te deseo, solo a ti, nunca la toque en mi vida, ella me besó a mí -

El Impostor | Jeon JungkookWhere stories live. Discover now