El Impostor | Jeon Jungkook

Capitulo 12

- Vas a destrozar el saco - dijo una voz a mis espaldas. Acomodé mis guantes y mire por encima de mi hombro. Su típica sonrisa cuadrada me recibió - No lo podía creer cuando el chino me dijo que estabas aquí, la última vez fue hace mes y medio - su sonrisa se borró en segundos - ¿piensas pelear de nuevo? -

- No, solo descargo - esa simple pregunta me hizo recordar a Shiri, mi amor... seguramente ahora está buscando calor en sus brazos... ¡Ahg! Golpeé el saco de nuevo.

- Parece que tienes bastante que descargar - lo escuché murmurar - oye ¿qué pasó? ¿Dónde estuviste? El café anduvo de maravillas...- imágenes de Shiri golpearon mi cabeza, ella sonriendo, ella comiendo, hablando, durmiendo, gimiendo-... ¡Jungkook! - gritó - ¡cálmate! -

- ¡Se van a casar! - le grité - Jeongguk le propuso matrimonio - se quedó mirando en silencio, odiaba ver la lástima en los ojos de otras personas, hubiera borrado esa lástima de sus ojos de un solo puño de no ser porque él en verdad se preocupaba por mí. Era el único con el que podía confiar. Abrí la boca para contarle todo lo que había pasado ésta semana, estos cinco días, pero la cerré al instante. Sentí vergüenza de haber recurrido al hecho de que somos gemelos para poder tocar a Shiri, sé que él no me juzgará pero prefiero ser el único en saber que estuve con ella.

- Lo siento hermano - dijo él - ¿sabes que puedes llorar en mi hombro y seguirás siendo el hombre más macho alfa que conozco no? - sus brazos extendidos me daban la bienvenida, ¿un abrazo? Pasé que nadie me abrazara a vivir todo el tiempo entre los brazos de Shiri - Ven, los hombres de verdad si lloran, ¿no me vas a decepcionar verdad? No me digas que le tienes miedo a las lágrimas...-

- Taehyung - dije antes de derrumbarme en el suelo, segundos más tarde estaba escondido en un abrazo con la única persona que confío - la amo...la amo tanto ¿por qué no puede ser mía? ¡¿Por qué?!- odiaba sentirme tan vulnerable, odiaba llorar, pero no podía evitarlo, me sentía solo, me sentía idiota, la extrañaba, estaba celoso, sentía odio. Un popurrí de sentimientos que odiaba. Cuánto de detesto Jeongguk.

- Shhh - me consoló Taehyung. Él había estado conmigo desde la escuela - No vayas por ahí Jungkook, es un camino peligroso, no vayas por el camino del odio - me conocía, sabía lo que sentía en éste momento - el odio es un camino oscuro, aun así, si es tu elección sabes que estaré de tu lado, para mí tú eres mi hermano - esas palabras me transmitieron tranquilidad, saber que contaba con alguien, era oro para mí.

(...)

- ¡¿Jungkook?!- dijo sorprendido mi padre - ¡¿Ya volviste?! -

- No, en realidad soy un espejismo - cómo había extrañado el sarcasmo, ser Jeongguk me había cortado la lengua.

- Jungkook...- escuché tu voz, tu dulce voz. Pasé la lengua por mis labios antes de mirarte, que hermosa te ves recién despierta, con el cabello alborotado y esa sonrisa preciosa -... volviste- dijiste en un suspiro, mi amor no me provoques una erección..

- Si, en algún momento llegó - dijo mi padre - encendí la luz de la cocina y estaba ahí, sentado en la oscuridad, casi muero del susto-

Nop, eso sería mucha suerte.

- Jungkook, no sé si te dijo Jeongguk, si se pudo comunicar contigo pero...- ¡oh sí! La cara de mi padre desfigurándose e intentado que Shiri se callara -...Entonces decidieron hacer un viaje en familia, vienes con nosotros ¿verdad? - preguntaste con esa sonrisa que conquista

- Claro...- me contuve de decirte "mi amor"

- Bien jovencito...- extendiste tu mano hacia mí, sonreí -...vamos a preparar tus cosas, eres el que falta- ni bien puse mi mano en la tuya la cerraste y tiraste de mí. ¿Cómo no amarte? En el camino encontramos a mi madre, quien me confundió con Jeongguk pero luego vio mi vestimenta. Nuestros estilos eran bien drásticos, mientras él usaba camisas blancas, celestes o rosadas, yo vestía de negro, azul o verde militar, incluso las remeras con bandas de rock and roll tipo System of a Down o Nirvana. Las Nike de colores claros eran típicos de Jeongguk, lo mío siempre fueron los borcegos. Él vestía trajes, yo sport.