⚡Capítulo 32: Advertencia

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Me levanté de la cama y me acerqué a una de las ventanas de la habitación, desde ahí podía observar mi casa, saqué un cigarrillo y lo encendí mientras asomaba mi cuerpo al exterior.

— ¿Desde cuándo fumas?— Me preguntó Matt asombrado mientras aún estaba desnudo en su cama.

— Mi hermano fué el que me introdujo a éste vicio— Respondí.

— Veo que has estado últimamente muy cerca de tu hermano.

— Creo que si, él siempre se me acerca y me da consejos  para seguir adelante...

—¿Todavía siguen los problemas entre tú y tu padre?— Me preguntó Matt mientras se levantaba de la cama.

— Si, cada problema es peor que el anterior, ya no podemos hablar porque terminamos discutiendo— Respondí.

— Que fuerte ...

— No te preocupes, cada día que pasa me duele menos, al principio era muy difícil aguantar sus palabras pero ahora ya no lo es, simplemente las ignoro.

—Entiendo... ¿Recuerdas cuando mis padres descubrieron mi sexualidad y mi padre me golpeó? Pues desde ese día soy más fuerte, ya después se disculparon y juraron que no volvería a pasar...

—Me alegro mucho por ti, son buenas noticias.

—Si, aunque siento que mi padre nunca me va a aceptar, sólo se disculpó porque mi madre habló con él, no puedo imaginar tu caso, dónde tu madre y tu padre no se hablan.

— Ese era otro problema, cuando mis padres discutieron y se separaron, yo apenas era un niño y era muy difícil para mí, pero ya después se me hizo tan normal.

— Cosas que pasan, toma una toalla— Dijo Matt mientras me pasaba una toalla.

—Gracias, tomaré una ducha y me iré.

Tomé una ducha rápida en casa de Matt, me vestí y salí, caminé hasta mi casa y me senté en el césped frente la carretera.

Samantha: ¿Dónde están? Ya los estoy esperando acá.

Adrián: Estoy esperando a Maikel.

Contesté el mensaje de Samantha y alcé mi vista, finalmente pude ver cómo Maikel se acercaba hasta mi.

—¿Llevas rato esperando?— Me preguntó Maikel extendiendo su mano para ayudarme a levantarme del césped.

—No mucho la verdad, Samantha ya nos está esperando— Respondí.

— Si, ya leí su mensaje, ella siempre es tan puntual.

Maikel y yo caminamos por la calle hasta llegar al centro de la ciudad, entramos al gimnasio dónde nos estaba esperando Samantha mientras hacía sentadillas.

Todas las tarde venía al gimnasio con ellos a hacer ejercicio, era la única manera de drenar el estrés del hogar.

[⚡]

— ¿Conseguiste trabajo?— Me preguntó Samantha mientras tomaba agua.

Ya habíamos terminado de hacer ejercicio y nos encontramos sentados frente a una heladería descansando.

— No he buscado— Respondí.

—¡Adrián!— Exclamó molesta Samantha— No puedes seguir viviendo de lo que te deposita Zack.

—¿Todavía te deposita?— Preguntó Maikel.

— Ya no fui más a trabajar allá pero Zack todavía me deposita dinero a mi cuenta y me manda correos...

— Yo sería muy feliz así— Dijo Maikel.

—¡Maikel!— Exclamó nuevamente Samantha— Adrián debe buscar un trabajo y mantenerse el mismo y no depender de su ex, Zack sólo te envía ese dinero para que vuelvas con él.

—Lo sé— Respondí— Pero no volveré con él.

— Haces muy bien— Dijo Maikel mientras colocaba su mano en mi hombro.

— No puede ser, nunca los entenderé a ustedes...

Samantha de pronto paró de hablar y se quedó mirando a un punto fijo frente a nosotros.

—¿Que ocurre?— Pregunté.

—Maikel ¿Esa no es tu novia?— Preguntó.

Maikel y yo seguimos la mirada de Samantha la cuál se dirigía a la cuadra del frente, exactamente en la heladería.

— Si es...— Dijo Maikel colocándose de pie.

Era Ariana, estaba comiendo helado junto a un chico, ambos estaban agarrados de las manos y se daban pequeños besos en la boca...

Vi como Maikel saltaría de manera impulsiva hacía la otra cuadra pero lo sostuve.

—Por favor Maikel, no hagamos un escándalo acá en público, si es doloroso pero espera a que se alejen de la heladería y ahí si hablas con ella...— Dije sosteniendolo.

—Maldita sea— Maldijo Maikel mientras soltaba una pequeña lágrima.

Ella nunca me agradó y ahora que le había hecho ésto a mi primo, mucho menos me agradaba.

— No puedo contenerme— Dijo Maikel mientras me empujaba y corría hacia la heladería.

—¡Espera!— Exclamó Samantha mientras ella y yo lo perseguiamos.

Cruzamos la calle teniendo cuidado de los autos que pasaban por ahí.

—¡Ariana!— Exclamó Maikel.

Ariana volteó y vio a Maikel llorando.

—¿Que haces aquí amor?— Preguntó Ariana acercándose a mi primo.

—¡No me toques!— Dijo Maikel evitando que sus manos le tocaran la cara.

Samantha y yo llegamos hasta el lugar y Ariana nos vió con furia.

—¿Que haces con éste tipejo?— Preguntó Maikel señalando al chico.

Mi mirada se posicionó sobre aquél chico con el que andaba Ariana y para mí sorpresa, ya lo conocía...

—¿A quién llamas tipejo?— Preguntó Ryan mientras tomaba de la camiseta a Maikel.

— Ten mucho cuidado con quién te metes— Dije empujando a Ryan para que así soltara a Maikel.

— Oh vaya, mira quién tenemos aquí, has cambiado bastante, ahora te ves... ¿Más masculino?— Dijo Ryan burlándose de mí.

—¿Lo conoces?— Me preguntó Samantha.

— Si, lo conozco— Respondí

—Tu deberías de tener cuidado con quién te metes— Dijo Ryan colocando su dedo firmemente contra mi pecho.

—No te tengo miedo Ryan— Respondí.

—Pues deberías.

— Ya vámonos amor, no debemos bajarnos al nivel de éstos tres— Dijo Ariana acercándose a un auto que estaba estacionado.

Maikel seguía llorando y la furia dentro de mi crecía.

—Si, lo mejor será irnos de aquí — Dijo Ryan distanciándose de nosotros— Sólo veo a una arrastrada, a una niña llorando y a una marica resentida.

Samantha trató de detenerme pero no lo logró, tomé impuso y corrí hasta dónde estaba Ryan y con todas mis fuerzas le di un fuerte golpe en la cara, haciéndolo caer en el suelo.

— ¡Policía!— Exclamó Ariana preocupada.

—¡Cállate! No llames a la policía— Dijo Ryan molesto colocándose de pie.

— Eso es lo que te mereces y más— Dije.

—Tranquilo Adrián, ésto solo será un rasguño comparado con lo que ocurrirá a ti— Respondió Ryan subiéndose a su auto color negro.

Ariana también se subió al auto y se fueron del lugar. Las personas que estaban ahí me quedaban viendo por haberle dado aquél golpe en la cara a Ryan. Samantha nos tomó de la mano a Maikel y a mi y nos hizo salir de ese lugar.

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