Capítulo 17: Diakrinos.

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Al mismo tiempo que en la mansión se daba la reunión de las manadas, en la ciudad ocurría otro encuentro de trascendencia para nada favorable. El guerrero evangelista se había tomado el tiempo para convocar uno por uno a los principales líderes de escuadrón de la vieja guardia, primordialmente a todos aquellos que tenían hijos o nietos wavers. A la mayoría los conocía desde muchos años atrás. A algunos había tenido la tarea de dirigirlos cuando fue líder de escuadrón, con otros compartía experiencias de batallas ganadas en épocas anteriores. Los más cercanos eran los primeros guerreros unidos a la causa de la mansión; al igual que Wardjan habían acudido al llamado del general Corson siendo ellos figuras importantes en los días de la guerra para tomar la montaña.
Persuadir a los líderes no fue tarea difícil. Abel Ponce les manifestó sus preocupaciones por el futuro de la mansión y el crecimiento de NtxWave, algunos líderes compartían las mismas inquietudes mientras que otros no le dieron tanta relevancia; aún así habían sentido el deber de ir a la reunión, veían necesario estar allí para exponer su punto de vista.

Gerardo Ponce es el más propicio para estropear el propósito de la oscuridad. Wardjan lo sabe, tuvo que idear una estrategia para bloquear a su hijo. No hay mayor amenaza para un plan oscuro que un diakrino y Gerardo es uno de ellos, el principal de todos, el primer maestro de este grupo.
Los diakrinos son guerreros que tienen sus sentidos supremamente desarrollados lo que les permite percibir a la perfección cualquier artimaña maligna. Su trabajo en la mansión se enfoca en dos tareas.
La primera es diseñar estrategias de combate, cuando los escuadrones tienen una misión compleja acuden a los diakrinos para conocer la mejor manera de atacar; los soldados con el discernimiento perfeccionado dan las instrucciones precisas para que los escuadrones puedan ir a la batalla y tengan la victoria. Se debe seguir al pie de la letra las palabras del diakrino, él informa donde, como y cuando atacar; si el escuadrón se mueve tal y como se les dice no hay razón para caer. 
La segunda labor es prácticamente ser detectives, les llegan casos a resolver y se dedican a investigar para encontrar la verdad.
Uno de los diakrinos, Javier Gómez es su nombre, fue asignado para resolver lo sucedido con el Mosquetero, además de ser  un diakrino, Javier es psiquiatra. El hombre se ha especializado profesionalmente en ese campo, sus conocimientos unidos con el discernimiento dado por Dios es propicio para solucionar asuntos en los que se tienen que tratar temas mentales; precisamente lo que ocurre con Thomas.
Sin embargo, Adrián se precipitó para visitar a Thomas  con anterioridad y dañar nuevamente su cabeza. El día en que el diakrino se presentó en la habitación para hacer su trabajo, ni siquiera pudo saludar al Mosquetero. Inmediatamente a su llegada Thomas comenzó a actuar como un completo desquiciado, salió de su cama gritando palabras sin sentido, se fue hacia un costado y le impedía a los demás acercarse.

- ¡Viene a matarme! ¡Viene a matarme!- gritaba el Mosquetero entre abrumado y enojado.

Tuvieron que usar la fuerza para inmovilizarlo y mientras dos lo sostenían otro le inyectó un sedante. La conmoción obligó a Javier a posponer la entrevista, no obstante, no le quedaron dudas de que había cizaña en la mansión y que era alguien muy cercano para haber podido llegar hasta Thomas y volverlo a atacar.
De la misma manera la desaparición de Sound Wave aún está a cargo de Miguel Bautista, él con veintiocho años se ha convertido en uno de los mejores agentes de la mansión. Flaming Wave sigue a su lado en la búsqueda y junto con Miguel, dedican día y noche para hallar el paradero de Stevie.
Los diakrinos tienen entrenamientos especiales para fortalecer su habilidad, pasan por un proceso intenso donde aprenden a agudizar sus sentidos. Para los diakrinos es indispensable tener una insondable cercanía con la presencia de Dios, es ella la que les abre sus ojos a lo desconocido, les susurra al oído. Cuando la conexión es tan profunda, un diakrino puede llegar a conocer secretos hasta probando un plato de comida.
Gerardo Ponce dirige a estos guerreros, se encarga junto con otros líderes diakrinos de instruir a los primerizos. Con él se tiene que pasar el último examen que valida las aptitudes de los evaluados, aquello no con la finalidad de reprobar, ningún soldado demuestra ser incapaz, al fin y al cabo Dios les ha provisto dicho don; la prueba final permite asignar al diakrino a una de las dos ramas de servicio. Eso sí, no es un ejercicio sencillo, Gerardo es cauteloso y hasta el más mínimo detalle del exámen hace parte de aquel rompecabezas. El hombre quiere elevar el potencial de los guerreros al más alto nivel y hasta el momento lo ha conseguido. La calidad de diakrinos que han surgido en los últimos años ha puesto en jaque en más de una vez a la oscuridad. El mismo Gerardo es un poderoso diakrino; su discernimiento es admirable, sus predicciones infalibles, tiene una capacidad de armar y desarmar una situación hasta hallar la raíz del problema y dar una solución con una facilidad tan impresionante que deja a todos boquiabiertos.
Es evidente la necesidad de la oscuridad de hacer a un lado a los diakrinos, con ellos entrometiendose se corre el riesgo de fracasar.

NxtWave: El ejército de la montaña. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora