Capítulo 37: Enemigo implacable.

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La oscuridad no puede entrar decían, no obstante, ahora, ha penetrado impetuosa la montaña y está causando el peor de los males. No hay compasión en las criaturas, son sanguinarias, irascibles y están impacientes por traer devastación. El ejército de la montaña no se entrega al enemigo tan fácil. Por un lado se enfrenta a los líderes de la vieja guardia y por el otro avanza contra la multitud de criaturas.

Es sin duda una gran batalla. El despliegue de ambas fuerzas, bien y mal exhibiendo su poder. La fuerza de los búfalos, la furia de los leones, la destreza de los diakrinos, espadas, arcos, bastones y demás armas usadas de manera adecuada. Los gigantes aplastan, los saqueadores atrapan soldados y los alzan por el cielo para después soltarlos, los cazadores usan sus cadenas y capturan guerreros, idolums y furias atacando y asechando.

Murrah golpea, embiste, no descansa ni un segundo; el joven búfalo se ve rodeado de idolums. En las mismas se halla Flow Wave y las otras danzoras, mueven sus cuerpos con la fuerza necesaria para desprender de ellos las ondas de poder que hacen volar en pedazos a los cazadores y causan que las furias se desvanezcan. Gibson no se queda atrás en el asalto, el guardian del sonido pelea cuerpo a cuerpo con gigantes yendo de aquí para alla.

Mientras tanto, los refugiados ya han comenzado a impacientarse; están al pendiente de lo que sucede afuera y los agobia la angustia.

–¿A dónde vas?, Dana ven –le dice Samantha a su amiga al ver a la muchacha acercarse a la entrada.

Dana no desiste, continúa caminando y por alguna razón siente que el peligro ya ha llegado.

–Dana…Dana –insiste Vaho.
–Algo anda mal –expresa la otra waver.

De repente, se escucha el sonido de gritos y disturbios afuera.

–Dana ven para acá –Vaho está muerta de susto.

La tragedia se acrecienta. Es claro que hay una batalla. Aquello es motivo suficiente para que Dana regrese con Samantha y se aferre a ella.

Entonces, llega un momento de silencio y ciertamente no se sabe si es mejor o no. Todos quedan con los ojos clavados en la puerta, y el miedo es tan grande que se puede escuchar el fuerte palpitar de los corazones y la respiración acelerada.

Sorpresivamente la puerta sale volando causando angustiosos gritos. La desgracia no acaba allí, el cadáver de un guerrero es lanzado desde afuera obligando a todos a abandonar su sitio. Situación que aprovecha el enemigo,  una cadena aparece por la puerta, atrapa a uno y lo saca en medio de alaridos y un inútil forcejeo. Acto seguido, el salón está repleto de las criaturas esqueléticas que comienzan a cazar a los refugiados.

En la batalla de la entrada principal la situación sigue siendo tensionante. Los arqueros y tiradores envían flechas y balas en dirección al cielo derribando saqueadores. En tierra hay innumerables combates cuerpo a cuerpo. Los robotizados líderes de la vieja guardia no paran de atacar, algunos guerreros logran someter a a varios. Por su lado, el robot permanece como espectador.

Gibson es acorralado por un grupo de furias. Combatir con ellas resulta ser complejo, las criaturas de niebla se dispersan con facilidad ignorando los golpes del guardián del sonido. Las furias se apoderan de brazos y piernas, someten a Gibson y lo controlan al punto de obligarlo a golpearse el mismo en el rostro, después lo levantan y se desprenden de él en el aire; el joven choca intensamente contra el suelo.

El capitán Rimu y Bullcharge pelean contra un gigante. Los búfalos son hábiles para enfrentarlo y entre golpe y golpe logran hacerlo caer de rodillas. El capitán Rimu da un fuerte puñetazo en el estómago y Bullcharge remata con uno en la cara. El gigante se desploma sin vida.

NxtWave: El ejército de la montaña. Where stories live. Discover now