Capítulo 36: La visión del General.

24 9 3
                                    

Es casi la medianoche y la tensión en la montaña va en aumento con cada minuto que pasa. El comando intercesor sigue en su ardua labor, la muralla se reconstruye. Por su parte, el ejército ya está en posición frente a la entrada principal, se prepara para el combate pues sabe que el enemigo se encuentra del otro lado.

Los arqueros y tiradores se ubican encima del muro como primeros defensores y esperan ordenes, observan a las afueras del lugar y son testigos de lo que sucede. En las filas se destacan los diferentes grupos guerreros, se ve el río de armaduras negras pertenecientes a los búfalos liderados por Rogelio Sarmiento; Murrah acompaña a su abuelo al igual que el capitán Rimu y Bullcharge. Se ve también la indumentaria dorada de lo que queda de la manada de leones comandada por Octavio Quintana, la tropa de armadura blanca que no son otros que los diakrinos, Javier Gómez se encuentra entre ellos. Guardianes del sonido, bailarinas entre ellas Flow Wave, espadachines y demás soldados también se han presentado; antigua y nueva guardia unidos para defender su territorio.

En otro lugar, Dana y Samantha hacen parte del grupo de refugiados junto a Míriam Sarmiento, los niños y otros tantos.

En efecto, la oscuridad ya está allí. Kilian el gigante va al mando y sus titanicos sirvientes lo acompañan junto a una multitud de criaturas que no quieren más sino saciar su sed de matar.

Al levantar su rostro al cielo, Kilian visualiza la llegada de sus secuaces que huyeron de la bodega. Mammón se acerca volando con el robot en brazos. Próximo a ellos se divisa niebla negra, Kilian concluye que se trata de Bricio.

Poco tiempo después los diabólicos seres aterrizan frente al gigante. Mammón y Bricio retornan a su apariencia humana mientras que Ordo dirige su mirada hacia la gran casa principal; fue creado para acabar con los guerreros que se forman allí y lleva tiempo esperando una nueva oportunidad para cumplir su propósito, esta noche se definirá si el triunfo le pertenece. El resto de criaturas le siguen la idea al robot, sus ojos quedan fijos en la mansión y aunque no pierden la compustura y mantienen una actitud serena, es claro que están desesperados por entrar.

Del otro lado del muro es Gibson quien se encuentra con la ansiedad buscando apoderarse de él, por más que se aferre a la fe no puede negar que nunca había enfrentado algo similar y mucho menos estando a la cabeza.

–¿Se ha sabido algo del General y los demás? –pregunta el guardián del sonido.
–No aún –le dice Rogelio Sarmiento. Gibson calla.
–¿Qué hacemos entonces?, Ordo y los otros acaban de llegar –dice Octavio Quintana.
–No podemos esperar a que ellos se reporten, debemos atacar –Bullcharge habla impaciente.
–¡No! –interviene Gibson –. Ellos no han atacado, además, si lo hacemos nosotros tendríamos que abrir la puerta y eso sería un error.
–¿Sugiere entonces que esperemos sin hacer nada? –replica el búfalo.
–¡Si Bullcharge!, eso haremos, ¿algún problema con ello? –Juan se ve forzado a responder con firmeza.
–Ninguno –respuesta obligada del búfalo.

Sin más que decir, lo que queda es aguardar pacientemente.

De regreso a la ciudad. Dentro de un camión furgoneta un sanador hace su trabajo y pone sus manos sobre el malherido General. Gerardo Ponce los acompaña. El hombre con la habilidad de curar cierra los ojos y en un susurro clama al cielo para que la sanidad venga. Justo en ese momento Christy hace su aparición.

–¡Papá! –la joven se apresura a acercarse. Gerardo Ponce la detiene y ella no se opone, deja que el sanador se ocupe.

La oración es efectiva, el poder curativo se desprende de las manos del hombre y se extiende por todo el cuerpo del General. Los huesos rotos son restaurados y las heridas se cierran. Nora, Paola y Miguel se presentan y se unen a la espera. En cuestión de segundos las lesiones se han curado y el General recobra el aliento.

NxtWave: El ejército de la montaña. Where stories live. Discover now