The zombie song

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Cuando el mundo se vino abajo debido a un extraño virus que se había infiltrado en el ambiente, pensó que moriría.

Las personas corrían como alma que lleva el diablo, asustadas, confundidas y desesperadas. Se revolvían, lastiman y mataban unas a otras.

Era el infierno.

Sin embargo, hubo alguien a su lado que siempre lo apoyo y Salvo de aquel sufrimiento. Una persona que estaba dispuesta a pagar las consecuencias en su lugar. Alguien cuyo rostro ya no recordaba para estas fechas.

Caminando, camuflado entre el grupo de muertos vivientes, merodeando la ciudad buscando nuevas víctimas que fueran lo suficientemente estúpidas como para quedarse cerca. Ni un suspiro tenía derecho a soltar.

Acostumbrado a ver constantemente la muerte inhumana de niños y adultos por igual, siendo divididos en partes por animales deseosos de sangre. Era horrible.

Sin embargo, al haberse convertido en uno de "ellos" no tenía derecho a criticar a quién ahora era su especie y en vez de quedarse a sollozar por los desdichados se preocupaba por conseguir algo de comida entre el montón de carroñeros que se peleaban a veces por las piernas de un padre o las manos de una mujer degollada.

Pero todo cambió en aquel encuentro.

Estaban en un edificio abandonado y a punto de colapsar. Tenía pinta haber Sido algún centro comercial en aquellos días dónde la paz era un hecho.

Sus piernas, tapadas con ropajes rasgados, se movían torpemente, como las de un corredor después de un maratón y andaban en busca de algo útil.

Hace poco había descubierto que tenía un razonamiento indigno del ser al cual ahora estaba perteneciendo,a pesar de tener los sentidos muertos y guiarse más que por la vista, por el oído. Supuso que probablemente el virus tuvo menor infección en su cuerpo, ya que según lo que comentaban en los canales informativos "el virus modificada a la persona. Le instalaba deseos de carne, sangre y muerte, lo volvía un animal salvaje y le quitaba toda pisca de humanidad, además de los efectos físicos como el rápido envejecimiento o una putrefacción acelerada".

En lugar de buscar comida como los demás o solo una persona más agregada al desfile de muertos, el buscaba objetos valiosos para los sobrevivientes, tenía cierta certeza de poder volver a la normalidad si lo intentaba a pesar de su poco intelecto ahora disminuido a nivel Dios y a qué su boca solo formulaba gruñidos o gritos como si estuviera adormecida con algún sedante.

Tenía esperanza.

Se apartó un poco del grupo de muertos que rodeaban el edificio y camino por los alrededores hasta que...

¿Disparos cerca de ahí?

El ruido no podía ser lo bastante potente como para venir del puente que sacaría a las personas de Japón, de ese lugar que estaba al otro lado de la cuidad y donde los oficiales de policía y soldados luchaban por proteger a los sobrevivientes de una horda guiada por los gritos desgarradores, las sirenas y los motores de los autos.

Se acercó a ver qué pasaba, corriendo como le era permitido. Sus piernas flaquearon al ver de dónde provenía cierta explosión.

El centro comercial que sus "compañeros" rodeaban acababa de ser explotado, ¿Pero como? Se preguntaba, teniendo en cuenta que ese lugar no parecía guardar explosivos o parecido. La única razón por la que pudiera hacerse volar y por la que ellos decidieran ir, era por qué había alguien ahí. Un sobreviviente cercano con dinamita en los bolsillos o bombas caseras.

De entre los escombros se alzó una figura humanoide y al tenerle casi enfrente solo pudo temer por la putrefacta e indigna segunda vida que le habían otorgado. La persona le apuntó con un arma en la cabeza.

𝐂𝐮𝐞𝐧𝐭𝐚𝐦𝐞 𝐮𝐧𝐚 𝐡𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚 [one shots/Shalt]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora