Oportunidad

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Capítulo catorce

Mika

Yoichi me había llamado hace un par de días diciéndome que su mejor amiga me había invitado a una pequeña reunión como la vez en la que conocí a los allegados del castaño. Aquello me sorprendió bastante. No iba a mentir, la fémina me agradaba, pero también me hacía sentir bastante culpable, y el hecho de que hubiese pensado en mí y decidiese hacerme partícipe de su cena con sus amigos junto con su novio, solo lograba aumentar ese sentimiento.

En este aspecto odiaba sentir algo por Yuu-chan teniendo a una novia como Mitsuba. Si la situación fuese distinta, buscaría incluso la manera de acercarme a ella e iniciar una amistad con esta. Imposible una relación o algo similar porque desde siempre he sabido que me siento atraído por los hombres, y mira que en algún punto de mi vida intenté enamorarme de una mujer, cosa que Yuu-chan impidió que sucediese, con sus ojos verdes jade y su cabello despeinado azabache. Su sonrisa enloquecedora o la forma de su rostro tan jodidamente lindo. 

Yuu-chan me dejó en claro que aún si lo intentase, no podría sentir algo por una mujer. Además, la única referencia que tenía con una mujer era Akane, y siempre me pareció fastidiosa. Aquella castaña fue lo más cercano que tuve a una casi amistad, ya que a pesar de que no le agradaba tanto hacerme partícipe de su círculo social, por mera obligación de Yuu-chan, se acercaba a mí y me hablaba en unas pocas ocasiones. 

Claro que, alrededor de los diez años de edad más parecía odiarme e intentaba alejar a Yuu-chan de mí, y no se diga de cuando empezamos a salir. Akane parecía odiarme el triple. De acuerdo, quizá no me odiaba pero sí parecía desagradarle que saliera con Yuu-chan, siempre repeliendo mi presencia, pero al final de cuentas sabía que le era horrible pensar en mi ex y en mí juntos. Seguramente sentía algo por Yuu-chan, y no voy a mentir, de cierto modo sentí placer de que mi ex no hubiese terminado saliendo con ella, y estuviese con una persona más real como lo era Mitsuba. 

En cuanto terminé de dar una pequeña pasada con el cepillo a mis cabellos rubios, me dirigí a la salida, no sin antes tomar una chaqueta de mezclilla en mi armario. Una vez fuera cerré con llave mi apartamento y me dirigí a la casa de la mejor amiga de Yoichi.

Cuando estuve a una cuadra, pude notar que un Mazda color azul se estacionaba, y no pude evitar aumentar mi velocidad para hablar con Yuu-chan.

Era probable que saliese junto a Mitsuba después de ir a comprar algo que hiciese falta, o incluso podría haber estado con los otros dos hombres, Kimizuki y Yoichi, pero esperaba que se encontrara solo, porque en serio quería hablar del pasado con él, se merecía una gran disculpa y un pequeño resúmen de lo que viví en Rusia, porque deseaba que entendiera un poco mi punto de vista. No quería justificarme. Quería que me entendiera.

—¡Yuu! —llamé al azabache que estuvo a punto de tocar. Pareció sorprendido de verme y dejó su mano en el aire por un par de segundos, aquello me pareció un tanto enternecedor y divertido, así que solo reí tenuemente.

Cuando llegué a donde el menor, pude notar que llevaba unos pantalones de mezclilla en conjunto a unos tenis rojos, una playera beige y una chaqueta café oscuro tirándole al negro. Se veía bastante lindo, como siempre.

—¿Mikaela? ¿Qué haces aquí? —cuestionó ladeando su rostro, y pude notar la decepción que le daba verme allí, cosa que logró hacerme sentir un poco triste.

—Ah. Yoichi me invitó. Dijo que... —carraspeé por la palabra que diría, ya que no me apetecía decirla del todo—, que tu novia me había invitado hoy.

Parpadeó confundido ante mi comentario, y pareció un poco enojado por ello.

—Mitsuba no me comentó nada al respecto —aceptó, negando con la cabeza—.  Como sea... Entremos —murmuró como si nada, e iba a volver a hacer el intento por tocar la puerta, más tomé su mano jalándolo levemente. Había de ser sincero, me encantaba tomar su mano—. ¿Qué pasa, Mikaela? —cuestionó un poco irritado, con el ceño levemente fruncido y sus labios torcidos en una mueca. Era un momento perfecto para disculparme por mis acciones pasadas.

Abjurar La Reminiscencia Del NarcisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora