Tras una estable vida junto a una mujer tan adorable y temperamental como lo era Mitsuba, Yuu se reencuentra con el ser que más había amado en todo el mundo.
Sin embargo, no pensaba darle el placer de siquiera demostrar su interés en aquel rubio. A...
Al fina, no supe cómo reaccionar. ¡Me terminé besando con Mikaela! Joder, si no se trataba de una novela romántica adolescente. Ambos éramos adultos, además, ¿En verdad me puse a llorar por acontecimientos pasados? Sí, admitía que me seguían doliendo, pero era estúpido, me hacía sentir frágil.
A pesar de ello, en cuanto llegué a mi casa, lo primero que hice fue tomar un baño y colocarme ropa interior junto con una playera que me quedaba larga de color gris solo para acostarme y dormir.
Suspiré pesadamente, ganas de no ir al día siguiente al trabajo, no me faltaban, pero sabía que no era bueno poniendo excusas y tampoco quería retrasar trabajo, así que deseché en seguida el deseo de faltar. Simplemente cerré mis ojos, pero mis mofletes los sentí calientes cuando recordé los besos de Mika. Realmente en ningún momento pude disipar ese recuerdo de mi mente.
Admitía que, me gustó más besarlo a él, que besar a Mitsuba. Siempre he odiado comparar, más... Joder, no sé qué sea lo que me hace amar como el rubio besa. No es que siguiese sintiendo algo en sí por él, pero, nadie, jamás, ha logrado cautivarme con aquella placentera actividad como lo hacía mi ex novio.
No deseaba mantener relaciones con Mika, quizá sí, quise besarlo, y sí, lo disfruté, pero hasta ahí, solo... Besa bien, y ya, pero no podía sacármelo de la cabeza.
Solo deseaba dormir, más era muy difícil no pensar en todo lo que sucedió, desde su manera de hablarme, intentar aconsejarme y decir que nadie me merecía. Por Dios, ese en serio no era el Mikaela que recordaba, aquel que siempre me afirmaba que yo era un suertudo por tenerlo en mi vida.
Quizá simplemente era Mika tratando de actuar, p ro tenía una buena relación con Yoichi, lo que significaba que quizá, en realidad no se trataba del Mika de hace nueve años.
Al final, me animé a tomar mi teléfono para enviarle un mensaje al blondo y que este tuviese mi número, pues siempre se puede ofrecer algo, ¿No es así?
"Buenas noches", no, "Hey... Soy Yuu", tampoco. "Soy Yuu", ¿cómo mierda le escribes a tu ex novio de hace jodidos nueve años?
Estuve batallando bastante, escribiendo mensajes para borrarlos en seguida, al final no lo pensé mucho y escribí lo primero que se me vino a la mente, coloqué mi teléfono en no molestar en dado caso de que respondiese pronto y decidí intentar dormirme.
No fue tan difícil, quizá necesitaba simplemente enfocarme en mantener los ojos cerrados y encontrarme en calma para conciliar el sueño, ya que no demoré más de cinco minutos en caer en los brazos de Morfeo.
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—Entonces... Se besaron —repitió Shinya... ¡A pesar de que fue una de las primeras cosas que le mencioné contarle mi caótica vida desde la última vez que vine a ver a mis padres!
