Final

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Capítulo treinta

Yuu

Mis padres tenían razón. Cuando me dijeron que las cosas serían complicadas al principio, pero después podía llegar a haber un equilibrio y una estabilidad y te das cuenta de que tu decisión al perdonar a una persona fue lo mejor, pues así sucedió con Mikaela y conmigo.

Las cosas al principio fueron lentas y tímidas, además de que, de cierto modo, no llegué a olvidar del todo a Mitsuba y si bien, no quería algo romántico ni sexual con ella, siempre sería una persona que perduraría en mi corazón para siempre. Por otro lado, Yoichi siguió en comunicación con Mika, aunque conmigo sentía que era un poco distante, suponía que odiaba el hecho de que le rompí el corazón a su mejor amiga y me fui con otra persona, aunque jamás fue grosero conmigo, cosa que agradecía. Kimizuki, por otra parte, nunca fue tan apegado ni se desarrolló del todo una amistad como con el castaño, pero él se comportaba con total neutralidad.

Por otra parte, había algo que descubrí referente a la mejor amiga de mi novio, era que, prácticamente, Shinoa y yo éramos familia, después de todo, Shinya si bien dejó de tener algún tipo de convivencia con su familia entera por su relación con mi gruñón padre, comentó que tuvo una prima, de nombre Mahiru Hiragui, quien tal parecía que era la hermana mayor de Shinoa, quien al final nos contó que la situación familiar de los Hiragui era muy horrible, llena de hipocresía, toxicidad, competencia entre todos, críticas, y por lo tanto ella también se fue de allí.

Lo que me sorprendió más de aquella familia, fue saber que Guren había empezado a tener algo primero con la hermana de Shinoa, pero después empezaron a mantener ciertos guiños sexuales y amorosos mis dos padres y al final, el azabache no supo a quién elegir por lo que lastimó a Mahiru y a Shinya. Por un momento, estuvo a punto de escoger a la fémina, más por comodidad que por amor, pero a mediados de su decisión, le rogó al albino que dejara todo y huyeran juntos. Fue la mejor decisión que pudieron haber tomado, admitieron, aunque para mi albino padre le fue difícil confiar en Guren al principio, por lo menos confiar en su sexualidad y en el amor que Guren le tenía.

Verídico era, el hecho de que mi historia con Mika difería bastante a la que mis padres tuvieron, pero al final, siempre sería difícil confiar en una persona que llegó a lastimarte, y a la vez, pedir que esto no se diera, era algo imposible.

Somos humanos después de todo, sentimos rencor, enojo, somos impulsivos, a veces envidiosos, celosos, egoístas o posesivos, pero es normal y natural. El punto es en mantener un equilibrio, darnos cuenta de que valemos tanto como los demás, que no somos ni menos, ni más, que así como podemos ser mejores en algo que otros, también poseemos defectos y carecemos de ciertas habilidades. No somos igual a nadie más, y no tenemos que serlo. También era importante poner un poco de nuestra parte para evitar lastimar a otros, y siempre comentar cuando algo no nos parecía y nos causaba conflicto.

Algo que me alegraba, era poder notar el crecimiento en mi novio, en la persona que próximamente, dejaría de ser solo mi pareja con ese título, para convertirse en mi esposo.

Pasamos años, claro, no era una decisión a la ligera, tuvimos nuestras peleas, nuestras discrepancias, nuestros momentos de llanto y debilidad, nuestras reconciliaciones. Al principio fue muy duro, pero también fue un tiempo lleno de palabras dulces, demostraciones de sentimientos mediante acciones y palabras, cambios enormes, dejar de lado recuerdos y sensaciones pasadas. Perdonar de corazón porque era más difícil hacerlo que decirlo, y no me arrepentía de haber aceptado que deseaba pasar el resto de mi vida junto al rubio de ojos azules más precioso, en todos los sentidos habidos y por haber, de mi mundo.

Mika era mi razón de sentirme tan feliz, tan enamorado y tan lleno de vida. Probablemente podría vivir sin él, pero, no me sentiría tan contento como lo hacía cada noche cuando nos hacíamos el amor y nos besábamos con dulzura, o cuando discutíamos si era mejor el curry picante o un curry más dulce.

Desde la charla que Mika me pidió que tuviéramos, habían pasado alrededor de cinco años. Conocí Rusia junto al rubio, viajamos a otros países también, como en nuestro aniversario número tres, que fuimos a Francia, París. Nuestro primer año juntos, fue tranquilo y conmovedor, no nos regalamos algo material, pero fue cuando decidimos irnos a vivir juntos y cambiamos de departamento a una casa en el que pudiéramos trasladarnos con más facilidad a nuestros respectivos trabajos; nuestro segundo aniversario, tampoco hicimos la gran cosa, solamente pasamos el día juntos, y en la noche nos entregamos de una manera distinta, un poco más ardiente a lo que usualmente hacíamos, sin dejar de lado el romanticismo que manteníamos; en el cuatro año, Mika y yo fuimos a visitar a Shinoa. En el quinto, el rubio me regaló un nuevo coche. Un precioso Ferrari F8 Spider en color amarillo. Aún recordaba ese día.

Mika había mencionado que hizo una adquisición fuerte para mí y que si me negaba a aceptarla, prácticamente dejaría aquello en la cochera de nuestra vivienda, empolvándose. Apenas salí de casa, mis ojos admiraron un hermoso coche amarillo convertible, con un moño adornando la parte superior del mismo. No pude evitar repetir una y otra vez lo mucho que agradecía aquel detalle y lo mucho que amaba a mi novio. Este parecía más contento que yo, y no entendía la razón. Después de eso, decidí mentir piadosamente a mi jefe alegando que me encontraba mal de salud, y rogué a Mika hiciera lo mismo, así que viajé junto a mi pareja regalándonos dos días de andar en ruedas por Japón. Solo nosotros dos, sin rumbo fijo real. Al final, el traslado fue cansado, pero valió totalmente la pena.

Aunque en esa ocasión le regalé un teléfono nuevo porque mi novio tenía el suyo en malas condiciones y no podía compararse con el Ferrari, no significaba que él me amara más que yo, ¡Porque lo amaba tanto!. Ahora entendía por qué no había buscado cambiar su móvil, ni hacer compras propias e incluso a veces vendía artilugios suyos en busca de hacer un ahorro, incluyendo un coche propio, por lo menos una moto porque a veces se me hacía tarde y no alcanzaba a llevarlo, y de todos modos no deseaba despertarme porque entraba a trabajar una hora antes que yo. De todos modos, casi medio año antes de nuestro aniversario, cambié de coche a un mazda similar al que tenía, solo que nuevo, evidentemente y en esa ocasión de color negro, así que ese coche pasó a ser para mi novio y eso me hizo sentir mucho mejor con la fuerte compra que Mika había hecho para mí.

Ahora bien, después de todo lo que sucedió, después de nueve años de separación, y de casi diez años de amistad y noviazgo tóxico, estaba seguro de que, en efecto, con mucha sinceridad y trabajo las relaciones y también las personas pueden cambiar. Claro, siempre y cuando ambas partes pongan el mismo empeño. Y por ello, jamás me arrepentiría de haber decidido volver a intentarlo con Mika.

Mi recuerdo favorito, siempre sería ese en el que el hermoso Narciso que Mika había sido en antaño, a mis ojos, se convertía de un Narciso común, a una bella flor amarilla que avisaba la llegada de la primavera. Mi hermoso Narciso blanco había evolucionado y me sentía orgulloso de ello, ya no era más un solitario chico bajo una armadura con el pensamiento de que solo era atrayente físicamente, y ni tanto, o inteligente y que si no seguía aprendiendo perdería ese encanto que lo caracterizaba.

Mikaela, mi hermoso marido, ya no podía verte más que como la persona más hermosa en el mundo y más feliz también. Ese último detalle, me encantaba saberlo.



Fin

Abjurar La Reminiscencia Del NarcisoWhere stories live. Discover now