𝓥𝓪𝓲𝓷𝓲𝓵𝓵𝓪

Two

—Esto debe ser una maldita broma, voy a pegarle, enserio voy a pegarle. ¡No me detengan! —. Mí mirada estaba fija en el alfa que venía a tomar café todos los jodidos días, con su sonrisa de persona perfecta. La manera en que me hervía la sangre era inmensa, ahora más porque había decidido coquetear con Park.

—Nadie te sostiene Kim, no seas exagerado. —Mí gran amigo, nótese el sarcasmo, miraba la escena desde mí lado con los brazos cruzados.

Apesar de que se encontraba tan tranquilo, sabía que Taehyung no le parecía lo más bonito del mundo.

—¿Puedes tener más respeto? Soy tú mayor, no sé si te diste cuenta.

—¿Por cuanto? ¿Dos meses, tres? —. Alzó su ceja al responder, daría todo el dinero del mundo para poder acariciar su carita con una escoba.

—Te odio.

—¿Y ahora porqué están peleando? —. El pequeño de mejillas regordetas y manitos de bebé, nos miro a ambos molesto. —Ni un maldito segundo los puedo dejar solos, enserio son unos estúpidos.

Caminó hasta la cafetera y preparó el café que el castaño acosador le había pedido. Con Taehyung, manteniamos nuestras miradas encima suyo; era tierno verlo enojado, de eso estábamos seguros.

—Namjoon me pidió que te dé esto. —Extendió un papel doblado a perfección, aunque se veía arrugado por el mal trato recibido.

Tomé el papel en mis manos, bastante sorprendido y me quedé pensando un momento. El pequeñin que me había entregado el pedazo de papel solo suspiro y terminó de hacer el pedido del alfa.

—Taehyung. ¿Sabes quién es Namjoon? —. Este negó, yo miré el número del teléfono anotado y sonreí al ver que era la primera vez que alguien me daba su número de celular. Por alguna razón, una sensación de calidez se instaló en mi pecho.