𝓥𝓪𝓲𝓷𝓲𝓵𝓵𝓪

fourteen

Verlo ahí, tomando un café con alguien que no conocía me molestaba. ¿Celos? Para nada, Namjoon tenía el derecho de hablar con quién quisiera y cuando quisiera, pero que se haya sentado sin saludar era irritante. ¿Acaso no me había extrañado?

—Pff. —Rio Taehyung. —Tienes que ver la cara que tienes en este instante, es precioso ver tus celos a flor de piel.

—No estoy celoso.

—Si lo estás.

—No lo estoy.

—¡Que si!

—¡Que no!

—No griten, hay gente que sí necesita relajarse. —El gestante nos chito desde la caja registradora y atendió a la mujer. Si Yoongi viera como una mujer alfa coqueteaba con su pareja estaría celoso, como yo seguramente.

«¿Qué? No, no. SeokJin, relájate y pensá que estás siendo un poco intenso. No hace mucho que estás consiente de que querés estar con Namjoon, siendo específicos dos días, y hacer muchos bebés. Respira» Miré a mis costados y respiré hondo, siguiendo mis propias órdenes. En el proceso, sonreí de lado.

Taehyung me pegó en el brazo y yo se la devolví. ¿Por qué siempre que estoy entretenido con mis pensamientos me molesta? Ahg, voy a pegarle más fuerte la próxima vez. Volvió a repetir la acción y yo fruncí la frente molesto, amaba sus golpes porque me hacían reír pero en ese instante no eran para nada divertidos.

—SeokJin... ¿Podrías dejar de mirarme así? Namjoon piensa que te estoy dando golpes muy fuertes. —«¿Namjoon?» miré  hacia la mesa donde había estado tomando café con el desconocido, para mí, y luego observé la caja registradora. Wow, nunca antes lo había visto molesto.

Caminé hasta aquel lugar y tomé el lugar de Jimin, buena excusa para hacer que descanse y dejé de estresarse por las señoras que no podían ver las monedas.

—Se que tus palabras aveces se quedan cortas. —El hombre, supongo yo, de su misma edad habló con gran alegría. —Pero no pensé que sería así de lindo. Me gusta.

—Hoseok, no seas así. —Habló el tonto que no saludó al entrar.

Hoseok... Lindo nombre para una persona que parecía tan imponente a simple vista. Alto, aunque no más que Nam, y de un perfil de supermodelo. Desde lejos parece alfa, pero no se siente nada que pueda demostrar un rango de superioridad.

—Se enamoró de mí. ¿Viste? —. Sonrió, dejando ver unos hoyuelos menos marcados que Kim. —Yo te había dicho que me presentarás cuando lo hayas marcado, solo por las dudas.

—Bueeeeno, ya nos estamos yendo muy lejos de las ramas. —Tosi un poco apenado por el comentario. —Debes pagar.

— Perdón por no haber venido antes, tenía trabajo y este muchacho quería que le diera una bienvenida. —Extendio unos billetes. —Enserio lo lamento, quería hablarte pero no tenía tu número de teléfono y Yoongi no quería pasármelo.

Ahg, verlo así, tan dulce y avergonzado por algo era bonito. —No tienes porqué disculparte, no es nada.

—Si tengo que disculparme, te dije que vendría el lunes y me aparecí un viernes.

—¿Y si dejas de coquetear y me presentas? —Sin esperar respuesta, Hoseok corrió a Namjoon del frente del mostrador y extendió su mano. —Mucho gusto, Jung Hosek pero puedes llamarme "El amor de mí vida".

—Kim SeokJin, mucho gusto. —Acepte el apretón de manos, ha decir verdad los coreanos no estamos acostumbrados a esta muestra de afecto. —Y te llamaré Hoseok, si no te molesta.

—Eres aburrido, pero yo sacaré tu lado salvaje.

—¿Por qué no mejor me esperas en el auto? —Jung se marchó, no sin antes regalarme un pequeño guiño, y sin quejarse. Namjoon rodó los ojos. —Ahora pido perdón por su comportamiento, hay veces que es insoportable.

—Te perdono, si es que sales conmigo al parque un día de estos. —«SeokJin. ¿Quién es su sano juicio sale a un parque en invierno? ¿Eres tonto o tus papás son primos?» — Bueno, un parque no. No quiero que te enfermes... Bueno, eso tampoco sonó bien. Te hice quedar como un débil.

—Saldre al parque contigo. —Saco algo de su billetera y me lo entregó, miré la tarjeta. Está vez no tiraría su número de teléfono. —Y SeokJin, la debilidad no es mala. Te hace más humano. ¿No crees?

Asentí entregando el vuelto, no sabía que decir ante está situación y alargar su partida me haría sentir peor cuando se marchara.

—Quiero el paseo mañana.

—¿Me darás uno de esos besos sorpresivos? Porque me vendría bien uno de esos.

—Mmmm... —Mi labio inferior sufrió la repentina subida de temperatura en mí rostro, efectivamente estaba avergonzado. Ya juraba que aquello estaba olvidado. —Solo si me prometes la cita mañana.

—Lo prometo.

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°Las clases se suspendieron por el coronavirus, pero tengo más tarea que ganas de hacerla.
°Por favor, no salgan de sus cagas y laven sus manos. ಥ‿ಥ
°L@s amo y si tienen algún problema, no duden, contar conmigo. Yo les hablo como si fueran mis compas. ʕっ•ᴥ•ʔっ

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