nineteen

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Las agujas del reloj se movían a un paso inexplicablemente lento, los clientes dejaron de llegar en el momento en que dieron las cuatro de la tarde y el mal humor de Jimin daba señales de no querer desaparecer. Su pareja no daba indicios de aparecer y la paciencia del joven Park estaba en cero.

—Seguramente está trabajando. ¿No? —. Toqué su hombro, esperando que al menos eso lo tranquilice. —También tiene obligaciones.

—Hoy se había tomado el día libre, me avisó que estaría un tiempo trabajando en unas pinturas y que después vendría para aquí. —Con voz dura, sacó mí mano de su hombro y sonrió. —Ultimamente me ha evitado, no sé si ya son muchos años saliendo o el embarazo, pero no siento que quiera estar conmigo.

Busqué con la mirada a Taehyung, necesitaba que al menos él le intentara dar consejos que sí sirvieran. Cuando lo ví ocupado limpiando una mesa, volví mí vista al más bajo.

—Mochi... No creo que sea eso. Estoy segurisimo de eso.

—¿Y por qué estás tan seguro?

Su pregunta me tomó por sorpresa. No tenía nada para justificar mí respuesta y honestamente la personalidad de Min siempre había sido un gran misterio para todos menos para Mochi; el único que conocía lo suficiente como para predecir todos sus movimientos.
¿Tantos años saliendo y dejar todo por un bebé que todavía no nacía? Eso sería demasiado cruel desconsiderado de su parte.

—No pienses en eso... ¿Quieres? Le hará mal al bebé. —Con esos ojitos que reflejaban tanta pureza y amor a la vez, me miró a los ojos y asintió volviendo al trabajo.

Odiaba verlo triste, pero las relaciones eran impredecibles y ni él podía hacer al respecto.

—¡Kim! —. La puerta de entrada se abrió de par en par asustando a todos los presentes, incluyéndome, dejando ver a dos cuerpos. —¡Adivina a quién encontré!

Hoseok, si no recordaba mal, tenía agarrado a Yoongi de la mano. El primero parecía un ser alegre que no dejaba de irradiar energía y el segundo parecía tener una incomodidad tremenda por el contacto físico ejercido.

—¡Es MinMin! —. Prosiguió con su palabrería el recién llegado. —La verdad es que recién nos conocemos, pero como me contó que salía con alguien de aquí vine. ¿Qué te parece? ¿Estás feliz de verme?

—No. —Respondí sin más. —Min, Jimin está triste o vas a hablarle como un alfa que sí sirve o yo mismo te arrancaré los dientes de a uno. No es solo una amenaza, es como un aviso.

Yoongi se soltó el agarre de aquel muchacho. Estando frente a frente con Jung Hoseok, este me sonrió. —¿Y sabes dónde está Namjoon? Me había dicho que vendría a verte hoy.

—No, no lo he visto. —El intento de ocultar mí felicidad al saber del alfa salió a la perfección. —Seguramente está ocupado.

—Pfff. ¿Ocupado? —. Una risa estruendosa salió de sus labios. —Debe estar con alguna omega, los alfas son así. Aparte de pensar con el cerebro, piensan con lo que tienen entremedio de las piernas: son unos locos sin razonamiento propio. Para lo único que sirven es para cojer.

—¿Qué no eres alfa? —. Dejé de lado aquella acusación. No creía que Namjoon era capaz de coquetear con cualquier Omega que se le apareciera. —Es raro que hables así de ti mismo.

—Bombom, estás muy confundido. No soy alfa, soy beta. Un beta que te va a conquistar.




✫︎¿𝐇𝐨𝐥𝐚? 
Estoy feliz porque dejarán de enviarme tarea por una semana, por eso actualicé.
Sí, cuando estoy feliz empiezo a hacer drama. ❦︎
P.D: estoy tan feliz por los leídos y votos, nunca pensé que tendría más de dos reacciones. ☹︎
Enserio amo a las NamJin shippers.




𝓥𝓪𝓲𝓷𝓲𝓵𝓵𝓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora