𝓥𝓪𝓲𝓷𝓲𝓵𝓵𝓪

sixteen

Namjoon y yo ya estábamos sentados en una de las bancas del parque, ambos tomados de las manos. Él, por su parte, mantenía su vista en algún punto del piso y mí persona, como todo muchacho extrovertido, observaba a mí alrededor como si no hubiera un mañana. Aunque realmente me preocupaba el hecho de que Nam no quisiera mirarme.

—¿Te molesta algo? —.Pregunté apretando un poco más su mano.—Puedo dejar de tocarte si eso deseas.

—No es eso, solo... ¿Cómo lo digo? —.Su intensión era mirarme, pero ni bien posó su vista en mis ojos miro a otro lado con rapidez. —Me pones nervioso. ¿Okey? Te idealice como una persona diferente, pero aún así genial, y terminaste siendo mejor. Ahora mí corazón no puede controlarse cada vez que te veo y siento que voy a morir de un ataque al corazón. Lo único que investigue sobre esa sensación fue que pasaba con las parejas predeterminadas pero me puse a pensar: ¿Por qué te tocaría estar toda la vida con un tipo como yo? No soy ni la mitad de cool.

—Nam, Namie, Jonnie. ¿Quieres relajarte? Inhala y exhala. —Mis palabras fueron seguidas al pie de la letra. Sonreí ante aquello. —Ahora... Retractate ¿Quieres? Ha pesar de que parecías un acosador, eres buen chico. Eres atento, dulce y Yoongi, después de tanto tiempo, me ha contado que siempre preguntaste por mí así que supongo que eres fiel.

—Jinnie, no creo que sea necesario decir todo eso para hacerme sentir bien.

—Si es necesario, no seas bobo. El que no te hayas dado cuenta el gran partido que eres me hace pensar qué, aparte de inteligente, eres bruto. —La mano que había estado aferrada a la de él, apresó el cachete más cercano. —Me dices que no y te golpeo.

—Eres violento.

—Lo sé, lo sé.

—Te aviso que no era un halago.

—Pero yo lo tomaré como tal.

Su mano tomó la que sostenía su mejilla y sonrió. Vaya, tiene la sonrisa más seductora que he visto en mí vida. Vaya, se está acercando... SÉ ESTÁ ACERCANDO. ¿Me va a besar? Espero que si, digo no. ¿O si? Ya no puedo engañar a nadie, quiero que me de un beso. Cerré los ojos y oí una risa, pequeña y dulce, luego sentí una presión en los labios. Corto y conciso.

—Me gustas, enserio. —Al escuchar esa confesión, abrí los ojos. —Me has dejado más pendejo de lo que creí estar alguna vez en mí vida.

—Creo que también me gustas Namjoon, realmente lo creo.

—Cambiaré ese creo por un "me gustas" definitivo. —Sus labios se posaron sobre los míos, otra vez, en un corto y casto beso. Si piensa que puede dañarme con besos, creo que está muy equivocado. —Tenlo por sentado.

—Me gustan los hombres con iniciativa. ¿Te lo he dicho alguna vez?

¿Qué onda raza? ¿Cómo están? Yo sobrevivo a duras penas.
°i love you, ahr.