𝓥𝓪𝓲𝓷𝓲𝓵𝓵𝓪

trece

Han pasado tres días desde la última vez que ví a Namjoon y él, específicamente, había prometido venir a la cafetería. Tres días desde que aquel alfa no pone un pie dentro de las instalaciones para pedir su café amargo y una dona glaseada para contrarrestar la amargura de la bebida. Había veces que él se pasaba de raro.

—¿crees que no soy lo que él quería? —miré a Jimin mientras acomodaba unas cosas en el estante. —Es que me parece un poco sospechoso que no aparezca luego de que tuviera una "cita" con él.

—Seguramente está trabajando. ¿No me contaste que es abogado? Por ahí se le acumuló un poco de cosas y ahora mismo no puede distraerse con su futuro marido.

Reí ante su respuesta. Tal vez tenía razón y yo estaba haciendo una exageración ante la situación, además, Namjoon y yo no estábamos saliendo. ¿Por qué me estreso así? De todas formas él puede estar en cualquier parte del mundo que mí no me tiene que importar. Solo somos amigos, supongo, que se dieron un beso.

—El beso... —mis mano derecha se posicionó encima de mis labios, mi compañero de trabajo carraspeo. —¿Lo dije en voz alta, verdad?

—Si y tendrás que contarme todo al respecto porque no puede ser que no me haya enterado de eso.

—¿no te conté? Creo que si lo hice.

—No, no lo, hiciste.—se cruzó de brazos, no sabía por qué tanta fascinación por saber sobre mi vida privada. ¿Acaso es interesante ante la perspectiva de otros? —Noo, mejor dime porque hubo beso. ¿Él te lo dió? No me digas que se propaso. Le puedo decir a Yoongi que le haga entrar en razón, sabes que él sería capaz de pegarle.

Esto de imaginar historias hiper complicadas sacadas de contexto era de amigos. Con razón, luego de tantos años de amistad, nuestra relación era misma que desde que nos conocimos. Los tres, junto a Taehyung, éramos unos tontos que se basaban en responder antes de preguntar. Meternos en problemas era nuestro segundo trabajo.

—No, yo se lo di. —a expresión de sorpresa fue lo mejor que ví este día. Sus ojitos bien abierto y la, exagerada, tensión en los hombros daba que desear. —Qué? ¿No puedo dar besos?

—No, no es eso. —Dejó de cruzar los brazos y negó con estos. —Yo pensé había sido él por el hecho de que eras reacio a su contacto. Es que mírate, que me estés contando sobre su cita y eso es raro, ponte en mi lugar.

«Namjoon hizo algo conmigo» esas palabras quedaron vagando en medio de mis pensamientos sobre el tema. Ni yo entendía el porqué de mi cambio drástico y momentáneo, claro, antes de la fiesta de cumpleaños de Jungkook juraba que Kim era la persona más insoportable y deplorable de este mundo. Pero de la noche a la mañana, lo único que tenía en mi mente era ese olor característico de él. Tengo un sentimiento amor-odio ante aquello.

—Ha decir verdad, no tengo claro porqué lo besé de todas formas. —Apoyé mi espalda en la pared y la deslice hasta quedar completamente sentado en el suelo del deposito, seguramente taehyung se enojara por desvariar tanto, pero el chisme lo ameritaba. —Tuvimos una cita, fue un amor conmigo y me escuchó en todos mis problemas, escuché los suyos y mantuvimos una distancia prudente. Creo que quiso hacer incómoda mi noche, lindo gesto de su parte.

—¿Y entonces por que lo hiciste?

«Te estoy diciendo que no lo sé, bobo» acercó su cuerpo junto al mío y se sentó a mi lado, dejando su mano apoyada en su vientre por alguna razón. Tal vez esa acción era muy común entre omegas gestando, debería buscar al respecto.

—¿Y? ¿Vas a contestar? —Golpeo mi costado con su codo. —Si no vas a contar nada al respecto, dímelo. No voy a ofenderme ni nada por el estilo. —Dijo con una sonrisa en los labios.

Mentía, yo sabía que lo hacía. El hecho de que le haya ocultado un beso pequeño ya era como una traición sobre nuestro Código de amistad,creado por él, y una ofenda que podía ser tomada como iniciación de guerra.

—Creo que Namjoon me gusta. ¿Contento?

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E

mpecé las clases y me quiero matar. Send balazo a Argentina.
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