Episodio 22

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— Deberías darme las gracias, Lobo, no me desafíes. — Lauren capturó la mirada de Merihan en su esclavitud.

— No tenemos tiempo para esta rebelión esta noche. Ya viene el amanecer. — Merihan se estremeció, incapaz de romperse completamente. Su rostro estaba luminoso de dolor, pero aun así logró hablar.

— ¿Cuándo se detendrá el hambre?

— Cuando te hayas alimentado lo suficiente.

— ¿Quién? — La mirada de Merihan se fijó en el rápido pulso que rodeaba el cuello de Rosario.

— ¿Ella puede...un poco más? — Sus incisivos cayeron, y como si sintiera su llamada, los parpados de Rosario se abrieron.

— Déjame alimentarla. — Susurró Rosario, retorciéndose entre los brazos de Lauren.

— No. — Dijo Lauren.  — Más y nunca romperás la adicción a la sangre. No te convertiré en una puta.

— Estoy ardiendo. — Los ojos de Rosario eran suplicantes, sus labios húmedos e hinchados. Sus pezones se endurecieron contra el brazo de Lauren.

— Que ella me haga correr. La necesito.

— No. — Merihan gruñó.

— Déjame probarla. — La voz de Sarah atravesó el pasillo como un látigo.

— Ese ser humano necesita atención. Al menos déjame darle un poco de líquido. — Merihan se puso en cuclillas.

— Quédate fuera de esto. — Jisoo saltó a través de la puerta y aterrizó entre Sarah y Merihan, sus caninos y garras se extendieron.

— Retirarte, centuri.

— No te respondo. — Los ojos de Merihan flamearon Vampiro rojo.

— Tú me respondes. — Lauren atrapó la mente de Merihan y alivió a Rosario, inconsciente nuevamente, en los brazos extendidos de Sarah.

— Tómala. Algunos fluidos intravenosos.

— Yo sé qué hacer.—Sarah miró desde Merihan a Jisoo, quien gruñó ante el desafío de Merihan.

— No dejes que peleen.

— Mi Vampiro necesita alimentarse.

Lauren luchó por retener a Merihan por la fuerza de la voluntad. Había juzgado mal lo fuerte que sería tan pronto después de convertirse. Merihan no era como cualquier otro Vampiro pre-animado, era más como un recién resucitado, muy fuerte y muy difícil de controlar.

— No tengo tiempo de llevarla de vuelta a la ciudad y encontrar otro anfitrión.

— La alimentaré.— La mirada de Jisoo cambió de Merihan a Lauren.

— Les daré de comer a las dos. — Lauren la estudió y Jisoo le sostuvo los ojos.

— Ven conmigo. — dijo la Vampiro y arrastró a Merihan.

— Déjala ir. Estoy lista.

Jisoo se tensó, lista para saltar si Merihan se lanzaba hacia ella. Merihan no se veía como cualquier Were en las garras del sexo o el frenesí de batalla que en que la había visto alguna vez, los ojos de Merihan no brillaban de oro de lobo, si no encendidos con llamas carmesíes. Merihan era toda una Vampiro, una extraña en el cuerpo de un compañero de manada.

— Ella te arrancará la garganta. — Advirtió Lauren.

— Puedo manejarla. — El lobo de Jisoo se preparó para pelear.

— Quiero que la lobo esté debajo de mí. — gruñó Merihan.

Jisoo casi lloriqueaba en necesidad, pero no por la llamada de Merihan. La parte del Vampiro de Merihan era ascendente, pero su atracción sexual no era nada como la compulsión magnética que emanaba de la delgada y pálida Vampiro que ahora descansaba su mano ligeramente en el cuello de Merihan. La esclavitud de Lauren martilleó a Jisoo con otra ola de poder sexual, y su clítoris se puso erecto.

— La tomarás de la manera en que te diga que la tomarás. — le dijo Lauren a Merihan suavemente.

— Cuando lo diga. — Ella miró a Sarah.

— Tendremos que quedarnos aquí. Después de que Merihan se alimente, cerca del amanecer, dormirá.

— Trae a la humana a la sala de tratamiento. — dijo Sarah. — Hay habitaciones vacías en el pasillo que puedes usar.

— ¿Es seguro? — preguntó Lauren.

— Estarás a salvo. La Manada te protegerá. — Sarah se detuvo frente a la sala de tratamiento y acarició la mejilla de Jisoo.

— Ten cuidado.

Jisoo asintió cortante, sentía el frenesí comiendo en sus entrañas. Había combatido la lujuria demasiadas veces desde la caza con la Alfa. Quería vaciar, sin sentido, sin fin. Quería los dientes de un Vampiro en su garganta. Empujó a través de una puerta y no vio a las Vampiros moverse, pero de repente ellas estaban al otro lado de la habitación, flanqueando la cama. Esperándola. Cerró la puerta e hizo algo que nunca había hecho dentro del Compuesto. Ella lo cerró con llave.

— Quítate los pantalones.

Jisoo no escuchó las palabras de la Vampiro, las sintió en su cabeza. Lauren todavía agarraba la parte posterior del cuello de Merihan y parecía estar reteniéndola, no por la restricción física, sino con la fuerza de su mente. La camiseta empapada de sudor de Merihan se aferraba a su pecho, esbozando sus tensos e hinchados senos. No se había movido, ni siquiera parecía estar cambiando bajo la presión del frenesí sexual, como hacía la mayoría de los Weres dominantes cuando necesitaban enredarse.

Jisoo no podía detectar su olor, no sentía el pinchazo en su piel de una transmisión de su necesidad. Todas las señales habituales que marcaban a Merihan como Were, como Manada, estaban silenciadas o desaparecidas.

Empire II ( Defiance ) [ Finalizada ]Where stories live. Discover now