Empire II ( Defiance ) [ Finalizada ]

Episodio 67

— Joy, abajo.— soltó Lisa. Su poder estremeció en el aire, y Joy se agachó, un gemido reverberando en la parte posterior de su garganta.

— No desafíe a mis lobos, Vampiro. Y no los cautive.

— Sin intención. Mis disculpas, Alfa, — Dijo Lauren, apartándose de Joy como si no tuviera importancia.— pero no pondrás a Camila en peligro.

— Yo la protegeré.

— No. — Dijo Lauren en voz baja, tan mortalmente baja que Camila se estremeció. — Yo lo haré.

Camila cruzó los brazos sobre su pecho. Estaba tan malditamente cansada de estas luchas de poder.

— Lo he tenido.He terminado con toda esta postura y fanfarronería y todo lo demás. Lauren, trabajaré contigo siempre y cuando no te interpongas en mi trabajo. ¿Contenta?

— Eufórica. — Gruñó Lauren.

— ¿Y derechos de sangre?
— Si, está bien. Todo bien. Pon tus incisivos lejos.—Camila aplaudió interiormente cuando Lauren casi sonrió.

— ¿Cómo sabías que Lalisa había aceptado que podía trabajar con ella? — Lauren se acercó, su nariz casi tocaba la de Camila.

— He oído tu conversación.

Camila trató de concentrarse en las palabras pero se encontró cayendo en las profundidades de los ojos de Lauren. Amaba sus ojos. Oh diablos, ¿estaba Lauren encantandola ahora mismo? Ella apartó la vista, pero no pudo desterrar los susurros de deseo que la llamaban cada vez que miraba a Lauren.

— ¿Qué? ¿Qué quieres decir con que lo has oído?—  Sonriendo con ironía, Lauren pasó las yemas de sus dedos por el borde de la mandíbula de Camila.

— ¿No lo sabes?

Oh, eso lo hizo. Camila se derritió por dentro. Calor cálido como el chocolate grueso rodó a través de ella, una sensación tan emocionante que tenía que ser adictivo.

— Dime que lo que estás haciendo ahora no es esclavitud. — Lauren sacudió la cabeza.

— Me besaste. Todavía puedo probarte. Has creado la conexión. Si es esclavitud, lo creaste.

Camila se estremeció y dio un paso atrás. Quería besarla de nuevo. Amaba la idea de tener algún poder sobre ella, y ahora no era el momento ni el lugar.

— Todo el mundo en esta sala puede oírte.

— Sí.

Lauren se encogió de hombros. Camila cruzó los brazos sobre su cintura como si pudiera crear una barrera física entre ellas. Se volvió, con la esperanza de que si no podía ver a Lauren pudiera ponerse nerviosa y no humillarse completamente delante de una habitación llena de Weres. No es que ninguno de ellos pareciera importarle la exhibición pública de afecto.

— La Alfa ya ha acordado que podría acompañarla esta noche. Te llamaré por la mañana y te haré saber algo importante. — Lauren se rió.

— No lo creo. — Ella asintió con la cabeza hacia Merihan, que estaba a medio camino entre ella y Lisa, parecía ligeramente aturdida.

— Voy a llevar a Merihan al Nocturne esta noche. Creo que es donde te dirigías para empezar. Puedes venir conmigo.

— Voy a ir con Mikasa.

— No,— dijo Lauren. — no lo harás. El club estará lleno en medio de la noche. Se supone que cualquier Were o humano es un anfitrión voluntario. Incluso los soldados de Lalisa. Estarán ocupados guardándola y protegiéndose. Estarás más segura conmigo.

— Probablemente tiene razón. — dijo Lalisa, uniéndose a ellas. Ella tomó la mejilla de Merihan y besó su frente.

— ¿Cómo estás?

Merihan se estremeció y se inclinó hacia Lisa, envolviendo sus brazos alrededor de su cintura y frotándose la mejilla contra el hombro de Lisa. Ella agachó la cabeza y su cuerpo parecía inclinarse sobre sí mismo. Lisa levantó la barbilla.

— ¿Centuri? ¿Cómo estás?

— No lo sé, Alfa. — dijo Merihan, con voz áspera y llena de incertidumbre.

— No puedo recordar mucho. Sólo fragmentos de...hambre y dolor a veces. —Su voz se apagó, y miró a Wilmar, luego a Lauren.— A veces placer. Ya no sé quién soy.

— Eres mía, como siempre has sido. — Lisa pasó los dedos por el cabello de Merihan.  — Sobreviviste. Lo has hecho bien. Estoy orgullosa de ti. — Ella atrajo la mano de Merihan a su pecho, la colocó sobre su corazón.

— Siente la Manada. Siénteme. Esto es lo que eres, lo que siempre serás.

Camila  casi esperaba que Lauren discutiera o hiciera algún tipo de reclamo en Merihan, pero Lauren se quedó en silencio, con las manos metidas en los bolsillos de sus pantalones negros, como si estuviera esperando un resultado que ella ya sabía.