Capitulo 7

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      Destiny


La pequeña sesión de fotos que hice hace dos días me fue de maravilla, nuevamente me sentía viva, y recordaba cada minuto porque tenía que seguir viva. Crowley no me pidió explicaciones del encierro en la habitación por dos semanas, simplemente se la pasó consintiéndome más de lo normal. Creo que el sabia porque lo había hecho, ya que nunca resisto preguntarle por los hijos de mi padre cuando estoy triste. Él nunca me dice nada de ellos, solo que son lo mismo que papa.

Algunas de las fotos que tome en el arroyo, me sirvieron para pintarlas en cuadros, por lo que ahora la casa estaba tapizada de pinturas de paisajes y flores. Eso me hacía feliz, y por lo que veo a Crowley también, ya que no dejaba de mirarlos con una sonrisa en su rostro. Él siempre me decía lo orgullosa que estaría mama de mí, y eso me devuelve a lo mismo, porque nunca decía nada de papa.

Y aquí estamos, en la sala sentados en el mismo sillón los dos. Josh salió a hacer unas compras para la cena de mañana, ya que era mi cumpleaños número desdieseis, lo que era día familiar. A Crowley le encantaba festejarme mis cumpleaños, decía el que por que solo son una vez al año. Esos siempre eran siempre el mejor día de mi vida. Solo los tres viendo películas, abriendo regalos, y sintiendo el amor de cada uno de ellos.

- ¿Crow? - le digo sin despegar la vista de la televisión -

- ¿si? - contesta este por igual. Estábamos viendo un programa donde la gente con talento va a concursar -

- ¿porque nunca me dices nada de papa? - eso llama su atención. Suspira y me mira -

- ¿nunca te detendrás hasta que te haya dicho verdad? - asiento ante su pregunta. Él sabe que puedo llegar a ser demasiado necia -

- solo quiero saber quién soy Crowley. Por una vez en mi vida quisiera ser yo. Sin tenerme que esconder de nada. - estaba cansada de ser lo que era ahora, claro que era yo, la Destiny que nunca salía a la luz hacia lo mismo que la que está sentada en el sillón con Crow, pero no era lo mismo. Siempre tenía que vivir concentrada en no mostrar cómo me veo de verdad. Siempre tengo que tener mi mente ocupada en que yo permanezca castaña y con ojos verdes. A veces eso fastidiaba.

- Lo se cariño – se acerca más a mí, y me abraza. Recargo mi cabeza en su pecho y continua hablando – se cómo estas y lo que sientes. Pero a veces es mejor no saber de dónde venimos ni a donde vamos – besa mi cabeza – pero si tú quieres saber más, te diré – me suelta y me vuelvo acomodar como estaba antes del abrazo.

- ¿Entonces? - pregunto ansiosa

- tu madre acababa de llegar a Lawrence, Kansas. Había conseguido un empleo de cajera en una tienda cercas de donde estaba el cuarto que rentaba – suspira – para ella todo eso estaba bien, pues ya que había sido un ángel, se adaptaba bien a todo su entorno – vuelve a suspirar y se pasa las manos por la cara. Parece que sufre contando la historia de mama – cuando apenas tenía casi el mes d estar allí, conoció a John. Salieron en varias ocasiones, que créeme no fueron muchas ya que el tenia trabajo. A tu madre le contó que era mecánico y que debido a su trabajo, viajaba mucho. Le dijo que tenía dos hijos grandes. Que la madre de ellos había muerto en un incendio, cuando la casa donde vivían se había incendiado y no logro sacarla. A él le toco criar solo a sus hijos cuando eran niños – se detiene por un momento y luego continua – a los tres meses de salir, se enteró que estaba embarazada de ti. Pero tu padre ya no volvió a regresar a Lawrence.

- ¡Vaya! - sí que se había comido unos detalles cuando me contaba la historia antes -

- yo la conocí cuando ya tenía cinco meces de embarazo. Había oído que un demonio andaba haciendo niños híbridos para utilizarlos en el futuro. Claro que no me daba importancia, pero eso solo fue hasta que me entere de quien era. Yo la había conocido cuando era ángel, siempre le dije que nos fuéramos lejos los dos, que yo la amaba – eso si no me esperaba, por eso nunca hablaba de papa, porque le dolía no ser el – ella me decía que no podía, que yo era un demonio y ella un ángel, que eso nunca pasaría. Me había hecho a la idea de que debía olvidarla y pasarla por alto, pero cuando supe lo que le estaban haciendo no pude detenerme hasta encontrarla y llevármela lejos.

- ¿Entonces como supo papa de mí? - pregunte. Era una pequeña duda.

- Cuando la traje a Albuquerque, le conté todo lo que pasaba con más calma, y ella lo tomo muy bien. Me dijo que tenía que decirle al padre del bebe porque no sabía nada, y así me di la tarea de buscarlo.

- Pero si era un cazador, ¿no te dio miedo que este te fuera a matar y dejaras sola a mama?

- Si – me sonríe - tenía miedo, pero no solo por ella. John lo acepto bien igual que tu madre, pues había una posibilidad de que él bebe no fuera un demonio. Y después de eso, se volvió a desaparecer....

Sam

Nunca en mi vida hubiera pensado que un ángel se enamorara de un demonio. Hasta que conocía a Cas. No había respondido la pregunta de Dean el otro día, pero sin duda estaba muy seguro que era ella de la que él estaba enamorado. De otro modo no había explicación del porque no quería que la matáramos.

Y ahora me encuentro aquí, detrás de Dean viendo la entrada de la tubería que está detrás de la casa. Es suficientemente grande como para que podamos entrar agachados, pero no sabemos hasta que parte de la casa llega. Así que sin más, entramos al tubo y con una linterna iluminamos el camino. Caminamos como por lo que me pareció unos veinte minutos y encontramos el final. Nos costó un poco poder salir, ya que el tubo estaba un poco reducido de espacio al final. Al ya estar fuera, me di cuenta que aquella casa no estaba tan mal. El patio trasero era grande y había una alberca. Estábamos con prisa viendo por donde podíamos entrar antes de que los malditos perros del infierno nos olfatearan y encontraran.

- por ahí – dijo Dean en un susurro y apuntando un balcón que estaba por un lado de la casa. Por un lado había una enredadera enorme que daba hacia él, así que con un poco de suerte podríamos escalarlo y subir. Corrimos y trepamos, y la verdad fue muy sencillo.

Dean

La adrenalina estaba al máximo, por suerte los perro no se dieron cuenta de nuestra presencia y además, la puerta del balcón estaba abierta. Al entrar me di cuenta que la suerte no podía estar mejor, era el cuarto de ella. Era grande, demasiado grande para ser específico. La cama estaba en el medio y era enorme. El armario ni se diga, estaba repleto de ropa blanca, rosa, negra y roja. Todo era de ese color en esa habitación. Había un escritorio en un lado de la puerta del balcón y en él había fotografías y su portátil. Sam rápidamente la prendió y empezó a registrarla para ver si en ella tenía algo útil.

La verdad esa no parecía la habitación de un híbrido que podía acabar con el planeta entero. No al menos en mi punto de vista. A unos metros del escritorio había una puerta, lo que para mí debe de ser el baño, pero en la puerta hay varias cámaras digitales de diferente tipo colgando. En las puertas del armario están recargados unos cuadros, y claramente la habitación parece una habitación típica de adolescente.

Sam no encuentra nada en la portátil, son puras fotos de ella, ese tal Josh y de Crowley. De viajes y fiestas de cumpleaños, etc. apenas me estaba acercando al peinador para inspeccionar los cajones de este cuando veo el cuadro arriba de este. Es una fotografía de ella con un vestido hermoso como de princesa; de color rosa pastel con fucsia. Pero no es la foto entera que me llama la atención, si no la pulsera que trae puesta en la mano derecha que se ve con claridad. Y mi mundo cae. No puede estar pasando esto...


1° - Destiny, la nueva Winchester(SPN Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora