1° - Destiny, la nueva Winchester(SPN Fanfic)

Capitulo 30

Destiny

¿Nunca has sentido como que el mundo conspira en tu contra? ¿Cómo que, siempre estás en el lugar y momento equivocado? Así me siento yo. A veces me pregunto cómo carajo me llamaron Destiny Hope, me hubieran puesto algo como "María Magdalena" o algo que defina mi vida más detalladamente. En situaciones como esta te preguntas, y ¿dónde carajo esta mi ángel de la guarda? Bueno, el mío trabajando a varios locales de donde me encuentro. Y no es que hiciera mal su trabajo, porque, hay que ser sincera, siempre soy yo la que tienen que tener la culpa. En mi defensa, tenía hambre.

La otra pregunta del millón de dólares era, de todos los malditos bancos de todo el jodido mundo, ¿tenían que robar exactamente en este? ¿En dónde estoy yo? ¿Habré nacido con un rastreador para el peligro? Esas y muchas más preguntas llenan mi cabeza en estos momentos, mientras estoy admirando el hermoso azulejo color crema que tengo frente a mis ojos. No malentiendan, no, el asaltante no nos tiró al suelo, simplemente me acosté para poder ver bien el azulejo, porque, no sabía que color exactamente era.

Y prefiero mirar el azulejo, que mirar para otro lado y ver a las personas llorando, gracias a dios no siento lo que están sintiendo. En la esquina que esta frente a mi esta una televisión la cual, acaban de prender. ¿Enserio? ¿Veremos la novela mientras asaltan un banco? Bueno, ya le cambio de canal. ¡Oh genial! ¡Está el noticiero, y adivinen que están reportando! El asalto del banco.

El asaltante trae una especie de maya negra en la cabeza que le cubre el rostro. Es más o menos un centímetro más alto que yo, y por su voz y movimientos no pasa de cincuenta años. Ahora está parado frente a la casilla en donde está la pelirroja que me atendió a mí. Le exige dinero. Ella al instante rebusca algo frente a ella. Después de varios segundo pone frente al asaltante fajes de dinero. Este saca una bolsa del bolsillo trasero de su pantalón. Con la mano que sostiene el arma agarra una esquina de la bolsa y con la otra mano empieza a depositar el dinero dentro de ella.

¿Cuánto dinero podrá llevarse? ¿Cuánto le durara antes de que vuelva a asaltar otro banco? Mientras hacia mi investigación-para aprender a robar bancos-¡siento que alguien toca mi trasero! ¡No, esperen! Es mi celular. Mi celular está vibrando. De seguro es Ariel. Con cuidado llevo una de mis manos hacia el bolsillo de mis jeans para poder responder el celular, si es que es posible. Cuando al fin canto victoria, veo unos zapatos militares frente a mí. Lentamente levanto la vista y, ¿qué creen? Sí, es el asaltante.

- ¿A quién pensabas llamar? - dice mientras me arrebata el celular de las manos. Creo que empieza a vibrar en su mano porque mira la pantalla por un momento. Con un movimiento rápido, mi celular sale volando por el aire y se estrella en la pared de enfrente haciéndose añicos. ¿Pero qué demonios?

- ¿Porque lo hiciste? - grito realmente enfurecida hacia el anciano. No sé ni en qué momento me pare. Pero ahora estoy de pie frente a el – ¿sabes cuánto cuesta un celular de esos? ¡Seiscientos dólares, imbécil!

Bien, cuando estén en un asalto, no hagan lo que yo, ¿de acuerdo? Cuando él iba dar un paso hacia mí, la chica del noticiero anuncio que los policías ya estaban dentro del Mall, y que el periodista a cargo de la escena, ya había visto al hombre del antifaz. ¡Gracias rubia! El cristal de la puerta se rompe y parece el famoso hombre de las noticias.

El viejo frente a mí me agarro mientras estaba admirando al héroe frente a mí. Con una mano me agarro del cuello y me puso frente del como escudo. Pero la mano con el arma la coloco en mi cabeza. Bien, ahora soy el maldito rehén.